Estar a la cabeza de una empresa no es una tarea sencilla: demanda mucho tiempo y dedicación del emprendedor.
Frente a tantas obligaciones, algunos empresarios se van a un extremo en el que toda su vida gira alrededor del trabajo y manejan altos niveles de estrés, lo que puede poner en riesgo su salud física y emocional.
“Entre más me ocupo menos me preocupo de mí mismo. Entonces, voy delegando todas las situaciones de importancia personal a un segundo, tercero, décimo plano”, explica la psiquiatra Karina Vargas Lepe, de la Clínica Gaia.
El estrés es una sobreactivación de una parte del cerebro que se llama la amígdala, que está como en alerta constante.
Estos son algunos consejos que le permitirán mantener el estrés bajo control o, al menos, disminuirlo:
1. Aparte 15 minutos diarios para relajarse
Si lleva horas trabajando, saque unos minutos de su agenda para hacer ejercicios de respiración, para estirarse.
Levántese de su silla y dé una vuelta. Esto puede ayudarle a relajarse y a cargar energías nuevamente.
Se recomienda implementar esta práctica con todos los empleados de la empresa, lo que puede ayudar a que la eficiencia sea mayor y a que fluyan de mejor forma las ideas.
“Para un empresario que está en una pyme su principal herramienta de trabajo va a ser su cuerpo, su mente y si no la tiene afinada no va a poder obtener un producto útil de ella o, por lo menos, no por un tiempo duradero que es lo que se busca”, indica Vargas.
¿Qué ejercicios se pueden poner en práctica?
Por ejemplo, existe lo que se denomina proceso de relajación inducida, que ojalá pueda realizar desde la mañana.
La persona se sienta en su silla, se pone cómoda, cierra los ojos y le pide a alguien que le describa, poco a poco, un lugar que le cause sentirse más relajado, como la playa o la montaña. La idea es usar la imaginación.
“Todo su cuerpo va relajándose hasta que llega a un lugar seguro, a una cabina (por ejemplo), un lugar donde se siente relajado. Cuando ha llegado a ese lugar seguro dice: ‘bueno, usted está de nuevo en su trabajo’. Así va a poder mantener ese estado de relajación a lo largo del día”, ilustra Vargas.
Este tipo de ejercicio realmente es útil.
“El problema es que alguna gente siente que esto es pura paja y que no funciona. Cuando uno le enseña a alguien a realizarlo a lo largo del día les va funcionando sumamente bien”, dice.
Una opción sería buscar a algún experto que le dé charlas a su personal sobre cómo respirar o cómo relajarse y, una vez que las conozcan bien, implementar estas técnicas unos minutos cada día.
2. Incorpore el ejercicio en su rutina diaria o, al menos, tres veces por semana
El ejercicio físico no solo le ayudará a mejorar su salud cardiovascular, sino que le permitirá liberar la presión que tenga acumulada o que se genere diariamente.
Si no puede o no le gusta hacer ejercicios de alto impacto, realice ejercicios sencillos, pero sea constante.
Si usted logra hacer ejercicios 15 minutos, por lo menos tres veces a la semana durante tres meses, ya su cuerpo se adapta y cada vez le va pidiendo más y se va sintiendo mejor.
“Hay mejor oxigenación, hay producción de endorfinas y, al producirse endorfinas, hay mayor liberación de serotonina, hay más sensación de bienestar, el riesgo de depresión es menor. La depresión está asociada al estrés”, detalla Vargas.
Evite incurrir en prácticas que aparentan disminuir el estrés, pero que realmente no lo hacen, como fumar cigarrillos, consumir drogas, o beber mucho alcohol.
“En el momento puede ser que ayuden, pero a largo plazo lo único que hacen es dormir la sensación de estrés sin realmente dar una liberación del estrés”.
3. Aliméntese bien y no se salte las comidas
Antes de que una persona se levante en la mañana, toda la noche su cuerpo ha estado trabajando con azúcar que se guardó en el hígado para emergencias.
Esto ayuda a que la persona se mantenga con las funciones básicas mientras duerme.
Cuando se levanta tiene más o menos 40 minutos para comer de nuevo y tener la energía suficiente para empezar el día
Si la persona no come, debido a que está "muy ocupada", el cuerpo se queda sin el azúcar del hígado y empieza a buscar fuentes alternativas, que puede ser la grasa del cuerpo o los músculos.
Sin embargo, hay un problema. La grasa y los músculos liberan algo que se llama cuerpos cetónicos, que sirven muy bien para alimentar casi a todo el cuerpo, pero no así al cerebro, que se alimenta principalmente de azúcar.
“Si no se alimenta bien, su capacidad de concentración, de resolver problemas lógicos, de atención, de aprendizaje, sus reflejos, van a disminuir automáticamente porque su cerebro se está alimentando de una manera deficiente”.
Por ello, es importante alimentarse bien para alejarse de males como la gastritis, úlceras, estreñimiento y de enfermedades.
Sea como un deportista, que usualmente se alimenta muy bien, a horas fijas, para rendir en sus actividades.
4. Duerma bien, no sacrifique horas de sueño
Si no duerme bien, la información que almacena a lo largo del día puede que no se guarde correctamente en el cerebro.
Personas crónicamente fatigadas tienden a tener mayores problemas de memoria.
Además, al no descansar bien pueden aumentar los niveles de cortisol (se le considera la hormona del estrés).
“Cuando uno está por mucho tiempo con hormona del estrés, entonces suceden un montón de cambios a nivel del cuerpo: tiende a aumentar la presión arterial, tienden a aumentar los niveles de azúcar, mi capacidad de razonar es más pobre porque la oxigenación extra que se da durante la noche no se ha dado”, explica Vargas.
Al dormir, se deben completar un número de ciclos de sueño para poder decir que se descansó realmente.
Por ello, si sacrifica horas de sueño por trabajo, más bien terminará afectando su rendimiento laboral.