Las cervezas artesanales en Costa Rica, sobre todo las que se producen por fabricantes nacionales, enfrentan el estigma de que son bebidas caras. Sus precios inician a partir de los ¢2.000 y en bares pueden alcanzar hasta los ¢4.500.
¿Una cerveza artesanal en ¢1.300? Por más extraño que le suene, así es. Tres fábricas locales se preparan para introducir al mercado productos de bajo costo con el objetivo de crecer y competir con bebidas comerciales e importadas.
La cervecería artesanal Treintaycinco, una de las fábricas más grandes en este segmento del mercado, lanzará el próximo 10 de diciembre su primer producto a un precio de ¢1.300 para venta al detalle en supermercados y bares.
Se trata de la cerveza marca 35 Extra Premium Lager, fermentada y preparada en un proceso de 60 días que incluye levaduras traídas de República Checa. Con este producto la empresa pretende entrar a competir con otras bebidas del mismo tipo como las importadas Heineken, Stella Artois y Carlsberg.
José Acosta, gerente de ventas de Treintaycinco, explicó que el crecimiento de la empresa en cinco años les permitió reducir costos y apostar por mayor volumen en un modelo de economía de escala.
“Este es una cerveza que tiene características parecidas a las de una industrial, pero sin caer en eso, porque usamos insumos importados. No pierde su ADN. Al aumentar nuestra capacidad de producción entramos en otra escala, podemos ofrecerle a la gente una reducción en los márgenes y movernos hacia las cervezas de bajo precio”, comentó Acosta.
Treintaycinco es una de las 42 empresas afiliadas a la Asociación de Cerveceros Artesanales de Costa Rica (Acacr) dentro del capítulo de cervecerías. Esta compañía ubicada en Ciudad Colón es una de las más grandes en el mercado costarricense.
En la actualidad exporta de manera permanente a Panamá y prepara su primer cargamento de 21.200 cervezas que saldrá para Rusia a mediados de diciembre, mientras que otras 10.000 botellas se enrumbarán a China en enero del 2019.
Acosta relató que las inversiones hechas por la empresa para exportar a estos mercados superan los $20.000, además de retos asociados como la traducción de etiquetas a ruso y mandarín.
En sus primeros cinco años de operaciones, Treintaycinco produce 13 líneas permanentes de cerveza y distribuye en 600 puntos de venta de los cuales 400 son en formato retail.
Más opciones
Las cervecerías artesanales entienden que la situación económica del país impulsa a los consumidores a comprar productos a precios más bajos.
Fernando Mora, director del capítulo de cervecerías de la Acacr y propietario de la empresa Irreverente, destacó que existen algunas barreras para la producción de bebidas artesanales más baratas.
“Las cervecerías artesanales del país deben enfrentar altos costos de producción y en la mayoría de los casos se trata de empresas pequeñas o en crecimiento, por lo que no pueden apostarle, de entrada, al volumen. También los bares y restaurantes donde se venden las cervezas tienen costos fijos que elevan los precios finales”, apuntó Mora.
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Sin embargo, el crecimiento de algunas empresas en este segmento sirve para apalancar a las fábricas incipientes que tienen menos recursos. Por ejemplo, Treintaycinco es la única cervecería artesanal del país que cuenta con laboratorio de pruebas para sus bebidas y ofrece estos servicios de forma gratuita a otras empresas más pequeñas que al inicio no pueden costearlos.
Irreverente Cervecería Artesanal también prepara para enero del 2019 el lanzamiento de su primer producto de bajo costo. La cerveza de la marca Déjà vu saldrá al mercado con un precio que oscilará entre ¢1.250 y ¢1.350.
De acuerdo con Mora, Arboleda Cervecería Artesanal también alista su primera cerveza de bajo costo con un rango de precios similar.
Sello de independencia
El pasado 20 de julio, la Asociación de Cerveceros Artesanales de Costa Rica presentó el ‘sello de independencia’ que se incluyó en las etiquetas de 200 bebidas de este tipo con el objetivo de diferenciarlas de las que producen empresas como Florida Ice & Farm (Fifco), bajo su marca Domingo 7.
“Cualquiera puede hacer una cerveza artesanal, pero no todas son independientes, hechas por productores que compiten en un mismo rango de precios. Ese es el espíritu del sello”, puntualizó Mora.
El ‘sello de independencia’ es una práctica utilizada por fabricantes de cerveza artesanal en Estados Unidos, México y Chile. Costa Rica es el cuarto país que implementa este tipo de distintivo.
Gisela Sánchez, directora de Relaciones Corporativas de Fifco, indicó que este sello cervecero artesanal independiente, busca diferenciar a los consumidores de cerveza artesanal e independientes de las empresas cerveceras industriales y no independientes.
“El ‘sello de independencia’ no hace referencia al proceso de elaboración, es por eso que en el caso de La Micro Brewing Co., con la marca Domingo 7, nuestro compromiso es seguir haciendo un producto totalmente artesanal, es decir, producir cantidades pequeñas de cerveza, no llegando al 1% de la producción anual de cerveza en el país, y utilizar métodos tradicionales en su elaboración”, agregó Sánchez.
Aunque todavía es pronto para pensar en una amplia oferta de cervezas artesanales con precios bajos en el mercado local, la promesa del sector se encamina en esa ruta para el 2019.