Seis de las nueve actividades económicas del país, clasificadas por el Banco Central de Costa Rica (BCCR), mostrarán desaceleración hacia el cierre de este año, según las estimaciones de esa entidad presentadas el pasado 23 de julio en la Revisión del Programa Macroeconómico para el 2018-2019.
A finales del 2018, las actividades económicas estarían creciendo incluso a variaciones por debajo de la mitad a las observadas durante el año pasado, especialmente la agricultura, silvicultura y pesca, las actividades profesionales, científicas y técnicas, y las financieras y de seguros.
Durante el primer semestre del año, la actividad económica creció a un ritmo de 3,1%, cifra que es 0,6 puntos porcentuales menos que el año previo.
Este comportamiento estuvo influenciado por la producción agropecuaria, que cayó 3,8 puntos porcentuales, el comercio, que cayó 1,1 puntos y las actividades de intermediación financiera y seguros, que pasaron de crecer 7,5% en el primer semestre del 2017 para crecer 4,3% en el mismo período de este año.
La desaceleración de la agricultura se le atribuye a la evolución moderada de productos de exportaciones, especialmente la piña, la sandía y el melón. Solo el banano tuvo un efecto negativo, asociado a condiciones climáticas, al igual que los productos agrícolas destinados al mercado interno.
El crecimiento, casi igual al del año anterior, de la manufactura es atribuible a las empresas de equipo e implementos médicos, frutas, legumbres y hortalizas en conserva, que se recuperaron durante este período.
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Otras actividades también mostraron desaceleración en los primeros seis meses, como la manufactura, los servicios profesionales y de apoyo a las empresas.
Por su parte, el sector inmobiliario, la enseñanza y salud, los servicios de información y comunicación y la construcción crecieron más este año comparado con el mismo período del año pasado.
Pese a esto, se espera que la producción esté liderada por el aporte de los servicios y la industria manufacturera, especialmente aquellas que se encuentran en régimen especiales de comercio, como las zonas francas, que producen para el mercado externo, y, en menor medida, en el incremento de la producción de empresas del régimen definitivo, que son las que alimentan más al mercado interno.
El Banco Central estima que la actividad de la construcción continúe su recuperación en el 2018, por un aumento de obras con destino privado residenciales y no residenciales, y en mucha menor medida construcciones del sector público.