Ante los movimientos recientes del tipo de cambio y el anuncio del presidente del Banco Central, Rodrigo Cubero, sobre una mayor flexibilidad en el precio del dólar, es posible que se pregunte si es el momento de pasar sus deudas en dólares a moneda nacional.
Definitivamente si usted es una de las personas que se pone nerviosa, ansiosa o le disgusta la incertidumbre sobre el monto que deberá pagar cada mes por su deuda en dólares, quiere decir que es aversa al riesgo cambiario. En ese caso, lo más recomendable es que cambie la moneda.
Lo cierto es que esta decisión tiene implicaciones y va más allá de ser una decisión coyuntural, tomando en cuenta que no solo cambiará la moneda de su deuda sino también, la tasa y las condiciones del crédito.
Por esto es recomendable que analice las razones de la decisión, las condiciones y los costos adicionales que le implicaría cambiar la moneda de sus deudas.
Cuando un sujeto de crédito se encuentra ante la decisión de colonizar su préstamo, hay varios factores a considerar y una de ellas es si los motivos por los que desea cambiar de moneda se mantendrán en el tiempo o si son situaciones de corto plazo.
Leonardo Soto, gerente de crédito de Scotiabank, explica que una de las situaciones más comunes por las que las personas toman esta decisión es porque su situación financiera ha sufrido un cambio y en su nueva realidad decide que es mejor cambiar la composición de sus pasivos.
La situación puede darse porque, por ejemplo, el cliente cambió de empleador y eso implica que la moneda en la que recibe sus ingresos es distinta o porque tiene nuevos compromisos financieros o personales que redujeron su capacidad de riesgo.
Otro de los factores más comunes que pueden hacer a una persona cambiar sus deudas es el riesgo cambiario.
Cuando se tiene una deuda en una moneda diferente a la que percibe sus ingresos, es usual que los riesgos se incrementen ante la incertidumbre propia de los cambios de gobierno, los aumentos en las tasas de interés o mayores volatilidades en el tipo de cambio.
Según explicó Renán Murillo, subgerente del Banco de Costa Rica, la teoría explica que toda persona que genera sus ingresos en moneda nacional debe tener sus pasivos en la misma moneda.
“En particular, ante el anuncio del presidente del Banco Central de que permitirá una mayor fluctuación cambiaria, es evidente que el momento es ahora”, afirmó Murillo.
Los clientes crediticios pueden sentirse incómodos cuando perciben un mayor impacto en la cantidad de colones que deben desembolsar mes a mes para pagar sus cuotas bancarias en dólares.
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No obstante, es importante señalar que hay personas que, por la naturaleza de sus finanzas personales, tienen la capacidad de manejar el riesgo cambiario dentro de sus pasivos.
Factores a considerar
Estos son algunos de los factores que los especialistas de bancos recomiendan seguir cuando ya se decidió a hacer el ajuste:
- Que el cambio de cambio de moneda se aplique a créditos a largo plazo, usualmente prendarios e hipotecarios y en menor medida en créditos de consumo, que suelen tener plazos más cortos, en los que las condiciones personales y económicas del país pueden reacomodarse con mayor facilidad.
- Tome en cuenta que las entidades tardan entre ocho días y un mes para realizar todos los trámites.
- El nuevo préstamo se realiza con el tipo de cambio del día en el que se firman los documentos.
- Asegúrese que tiene claras las condiciones que le ofrece la entidad financiera. Por ejemplo, si le aplicara una tasa fija o variable, cuál es el periodo fijo y las condiciones cuando pase a ser variable.
- Estudie la tendencia que tienen las tasas de interés.
- Compare los montos de las cuotas que resultarán del nuevo crédito con el que tiene actualmente.
- Revise que su decisión de traslado de moneda no obedezca a una variación temporal del tipo de cambio o de sus finanzas. Es lo que se conoce como estacionalidades del mercado, por ejemplo, periodos en los que la cantidad de dólares en el mercado sube o disminuye por razones propias de la época, como el pago de aguinaldos por parte de empresas que reciben sus ingresos desde el extranjero.
- Recuerde que su crédito debe estar al día, es indispensable carecer de cuotas atrasadas o tener un registro de pagos impecable para poder proceder con la solicitud.
Adicionalmente existen otros factores que debe tomar en cuenta en el análisis de cambio.
Uno de estos consiste en observar con cuidado lo que pasa en el mercado y que afecta al dólar. Por ejemplo, aunque las tasas de interés activas en dólares han tenido una tendencia al alza en los últimos meses, siguen siendo más bajas que en colones.
Para créditos de vivienda en moneda nacional se ubican entre 11,27% y 12,94% mientras que las tasas en dólares oscilan entre 8,46% y 9,36% (al 18 de setiembre), según datos del Banco Central.
Esto implicaría que el cliente pagará más en colones, a cambio de la eliminación del riesgo cambiario.
Viviana Hidalgo, gerente de banca de personas de banco Lafise, explica que lo mejor es una revisión de los datos de movimientos de la tasa básica pasiva a la que se indexan los préstamos en colones, o la tasa Tri, según sea el caso.
Esta información puede encontrarla en la página web del Banco Central o puede solicitarla a su entidad financiera.
Soto, por su parte, recomienda analizar detalladamente las nuevas cuotas y hacer un ejercicio de sensibilización para verificar si puede asumir el costo con las nuevas condiciones, incluso en el peor escenario.
Lilliana Blanco, vicepresidente de finanzas de Prival Bank explica que un ejercicio sencillo es realizar una resta de cuanto queda su cuenta mensual en colones cuando la convierte a dólares si el tipo de cambio aumenta ¢20, ¢50 o ¢100, incluso más.
De esa forma puede tratar de encontrar cuál es el nivel de tolerancia en su flujo de caja mensual ante eventuales variaciones del dólar.
Costos asociados
La mayoría de las entidades solicitan costos adicionales para realizar el cambio de moneda de dólares a colones.
Los trámites legales relativos a la documentación del crédito deben ser cancelados por el cliente al momento de realizar la operación.
Además, los bancos pueden cobrar una comisión bancaria sobre el monto adeudado, pueden solicitar una documentación de ingresos e incluso algunoas entidades lo tramitan como un nuevo crédito, por lo que los requisitos son mayores y pueden implicar costos adicionales y más tiempo.
Los gastos implican honorarios, derechos y timbres de registros. En algunos casos también ajustes en la prima y en el monto de la póliza del seguro con la que originalmente se aseguró el bien.