El sector financiero deberá reservar menos dinero para blindarse ante riesgos del ciclo económico y el efecto que este tiene en el impago de las carteras de crédito.
Un cambio normativo les permitirá reducir el colchón de las estimaciones contracíclicas y aquellas que se realizan para los créditos en dólares en manos de no generadores de divisas.
El Consejo Nacional de Supervisión de Entidades Financieras (Conassif) decidió atenuar temporalmente estas y otras medidas de gestión de riesgo de la industria dada la desacelerración del crédito en colones y dólares.
“El menor dinamismo en las principales variables económico-financieras motivó el análisis responsable que dio paso a modificar temporalmente la normativa, en beneficio de la estabilidad del sistema financiero", afirmó Luis Carlos Delgado, presidente de Conassif.
Estas estimaciones se implementaron en un “periodo de auge en el crecimiento del crédito”, pero el dinamismo de las carteras “ha disminuido desde junio de 2016”, explicó el órgano supervisor en el texto publicado en el diario oficial La Gaceta.
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“Las estimaciones contracíclicas se activan para hacer frente al crecimiento excesivo del crédito y se desactivan cuando el crédito se desacelera de manera marcada”.
Esta afirmación se desprende de la presentación realizada por la Superintendencia General de Entidades Financieras (Sugef) en setiembre del 2016, año en el que se activaron las medidas.
En ese momento, el crédito crecía a un ritmo del 13%, tanto en dólares como en colones. Sin embargo, a junio de 2018 las carteras del sistema financiero crecen 3,4% (5,5% en colones y 0,2% en dólares).
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Parece ser que este ritmo de crecimiento representa una desaceleración marcada para los reguladores.
“El tema es asegurarse y explicitar con claridad que se considera que la situación macroeconómica actual amerita tal acción, lo que claramente además implicaría reconocer que la coyuntura es adversa”, afirmó José Luis Arce, economista y expresidente de Conassif.
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A pesar de que la medida se creó para eso, el mercado cuestiona cuándo se debe acudir a atenuar la regulación y cuándo se debe endurecer. Por el momento, la decisión queda a discreción de las autoridades.
Sin embargo, algunos economistas piensan que si se van a “soltar las amarras” se debe justificar esto mediante un indicador que determine momentos de acumulación o desacumulación de estimaciones, para que la decisión no quede a la subjetividad del regulador.
Por otro lado, más allá de los cambios regulatorios, el sistema financiero enfrenta problemas como el déficit fiscal, que sin una clara solución es difícil que las condiciones crediticias, como las tasas de interés que ofrecen a los consumidores, mejoren.
¿Cuáles son los cambios regulatorios?
Hasta el momento, todas las entidades del sistema financiero deben reservar el 7% de su utilidad mensual para las estimaciones contracíclicas, pero la cifra bajará a 5% desde finales de julio del 2018 y en lo que resta de este año.
Esta será una medida transitoria por lo que pasará al 6% en 2019, para finalmente regresar al 7% en 2020.
La estimación contracíclica busca mitigar los efectos del ciclo económico sobre los resultados financieros, principalmente aquellos que se derivan de las reservas de dinero que hacen las entidades ante riesgos de impago de los créditos.
El objetivo de estas estimaciones es acumular niveles importantes de dinero, en épocas de bonanza, que permitan enfrentar las crecientes pérdidas en momentos de bajo crecimiento del negocio.
Con alta morosidad, las entidades financieras incurren en más gastos por el concepto de estimaciones incobrables y eso golpea la utilidad.
Si se llega a tener pérdidas, desaparece la capacidad de capitalizar el banco y, al final, el nivel patrimonial terminará deteriorado y con una mala imagen ante el mercado.
Por otro lado, el órgano supervisor también redujo las estimaciones genéricas para préstamos en dólares otorgados a deudores no generadores de esta moneda.
Esta estimación pasará a 1% a partir de la entrada en vigencia del transitorio, luego a 1,25% a partir del primero de junio del 2019 y retomará el 1,50% un año después.
Este cambio se aplicará en las nuevas operaciones, ya que el cambio regulatorio no es retroactivo.
Aunque esta medida puede sonar un tanto contradictoria, ya que Conassif y Sugef han sido contundentes en su intención de reducir la dolarización de la economía (algo que sí se ha logrado), la decisión de suavizar las medidas de forma temporal aclara sus intenciones.
Si la medida fuera permanente el mensaje sería otro.
“Al ser una posposición de la medida, los bancos y clientes bancarios debiesen internalizar que deben ser más cuidadosos en sus exposiciones cambiarias, considerando estos elementos en sus procesos crediticios”, afirmó Arce.
Sin embargo, cabe destacar la coyuntura en la que se decide atenuar las medidas para créditos en dólares a no generadores.
La Reserva Federal de Estados Unidos ha anunciado varias alzas en los tipos de interés, lo que ha encarecido los créditos en dólares en suelo costarricense. Además, el precio del dólar también tiene presiones al alza.
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En el contexto económico-financiero actual, el riesgo cambiario no parece bajo desde ningún punto de vista, incertidumbre comercial, tasas de interés, precios del petróleo, desaceleración de las exportaciones, entre otros factores, explicó Hermann Hess, economista y expresidente de Conassif.
Respecto a si estos cambios podrían incentivar la dolarización o no, pueden constituir un estímulo pero las causas del proceso de dolarización son más estructurales y los factores detrás de la demanda de crédito en dólares más complejos.
Por otro lado, Conassif suspendió las estimaciones genéricas aplicables a la cartera de créditos para personas físicas cuyo indicador de cobertura del servicio de la deuda se encuentre por encima del indicador prudencial.
El texto explica que la Superintendencia valorará la conveniencia de reactivar su uso, así como su alcance y los porcentajes aplicables.