Costa Rica es el país más caro de la región y también el que tiene los productos y servicios más costosos entre sus países pares de Latinoamérica y del mundo.
En servicios públicos, alimentos básicos, automóviles y ropa y calzado, los precios en Costa Rica son superiores a los de Estados Unidos, Chile, España, México y otros países de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE).
El fenómeno, que se evidencia en muchos otros sectores del consumo, es un efecto que se traslada desde la producción hacia el cliente final.
Los altos costos que implica producir en Costa Rica y los obstáculos que viven las empresas para regularizar sus operaciones hacen que los procesos se encarezcan y, por ende, que los productos y servicios sean más caros.
Este fue el perfil del mercado costarricense descrito por Álvaro Pereira, director de Estudios Económicos de la OCDE, quien presentó los resultados en una charla durante el evento Empresario del Año 2018 de El Financiero.
Las conclusiones se desprenden de un análisis comparativo elaborado por el equipo de Estudios Económicos de la OCDE, que comparó Costa Rica con Argentina, Brasil, Chile, Colombia y México, y los diez países con menor PIB per cápita que son parte de la organización.
Pereira explicó que, por ejemplo, un litro de leche en Costa Rica es más caro que en Estados Unidos y España, países que tradicionalmente son considerados como más caros que Costa Rica.
Costa Rica supera a todas las naciones en el costo de automóviles, ropa y calzado, considerados como bienes no duraderos, excepto a Colombia, que tiene mayores precios en estos productos.
También el país es líder en los precios más altos en conexiones a Internet, un servicio que se utilizó para determinar el costo de contar con servicios públicos.
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“Si quieren ser un país digital, hay que mejorar los precios”, aseveró Pereira.
El hecho de delimitar por qué Costa Rica era un país tan caro fue difícil para el equipo de Estudios Económicos.
Según Pereira, tuvieron que valorar varios escenarios para comprender por qué era un país costoso.
“Empezamos a ver por qué era caro y nos encontramos con las regulaciones. En Costa Rica las regulaciones siguen siendo demasiado complejas e imponen barreras a la competencia, por eso, gente con menos competencia tiene precios tan elevados”, aseguró.
Según el Indicador de Regulación del Mercado de Productos, Costa Rica está nueve puestos por encima de los países de la OCDE, lo que implica regulaciones excesivas.
También está por encima de Chile, Colombia y México.
A Costa Rica lo superan Turquía, Brasil y Argentina, naciones consideradas por la OCDE como demasiado restrictivas.
Las regulaciones y los controles del Estado también son excesivos en sectores como redes y electricidad.
Las barreras para emprendedores son otra deficiencia que nota la OCDE y que hacen de este un país más caro, especialmente por las cargas administrativas y las barreras legales a empresas.
En este punto, el representante de la organización señaló que en sectores como telecomunicaciones y electricidad existen altas barreras a empresas emprendedoras en comparación con otras naciones.
Pereira fue enfático en el hecho de que Costa Rica ofrece beneficios a empresas extranjeras para colocarse en el país, no así a empresas locales, que deben pasar por trámites tediosos y costosos para poder operar.
Costa Rica tiene mayores controles del Estado que sus pares de la OCDE y Latinoamérica, una alta participación del Gobierno en sectores de telecomunicaciones y electricidad, y también un importante control sobre algunos precios, según el estudio.
“Las normativas laborales y la fijación de tarifas para servicios regulados resultan en precios altos. Registrar una empresa en Costa Rica es demasiado complicado”, aseveró Pereira.
Perspectivas del país
El mejoramiento de las perspectivas económicas de la OCDE sobre Costa Rica están centradas en la aprobación de la reforma fiscal.
Las inversiones aumentarían levemente una vez aprobada la reforma y el escenario de la cuenta corriente mejoraría.
Además, por primera vez en muchos años, en la perspectiva de sostenibilidad para Costa Rica, la deuda pública se estabiliza y comienza a bajar.
“La reforma (fiscal) debe ser un estado del espíritu. Hay que continuar el trabajo después de la reforma, controlar los costos salariales del sector público y reducir la rigidez presupuestaria”, afirmó Pereira.
Según el informe de perspectivas económicas de la OCDE para el 2019, publicado el pasado 21 de noviembre , el consumo privado se aceleraría 0,1 puntos porcentuales el próximo año y la demanda interna e importaciones crecerían en el mercado local.
Las exportaciones están previstas a desacelerarse 0,4 puntos porcentuales en el 2019.
En cuanto a macroprecios, la inflación rondaría el 3,2%.