Aunque el Presidente de la República es la cara más visible del Gobierno, y por supuesto por quien votaron los ciudadanos, alrededor de él hay un círculo cerrado de funcionarios que le hablan al oído, le aconsejan, le apoyan, le dan su opinión, e incluso, le señalan los errores.
El grupo de confianza de Carlos Alvarado durante los primeros 100 de su mandato, es una combinación entre juventud y experiencia política en donde se hay nombres de conocidos actores políticos como Ottón Solís, exdiputado; Rodolfo Piza, ministro de la Presidencia; y Víctor Morales Mora, jefe de fracción del Partido Acción Ciudadana (PAC).
En el círculo más cercano al mandatario también se encuentran fichas de menor bagaje en las esferas políticas como la Primera DAma Claudia Dobles y el asesor Camilo Saldarriaga, exgerente de campaña de Alvarado.
Los cinco son alfiles con un rol estratégico dentro del entramado del Gobierno y le hablan al Presidente sobre temas específicos.
Modus operandi
¿Cómo opera la organización más cercana al Presidente? Carlos Alvarado se apoya en ellos en diferentes momentos y según la coyuntura.
Piza es, sin duda, una de las figuras más fuertes del círculo. Como Ministro de la Presidencia es el escudero de Alvarado, es quien vela por la buena imagen del Gobierno ante medios de comunicación, sectores de interés y diferentes grupos sociales.
LEA MÁS: Carlos Alvarado promete reducir el déficit del 6,2% al 3% del PIB para 2022
El mandatario le concede protagonismo y Piza aprovecha los reflectores para tratar de posicionar los mensajes clave que se barajan en Casa Presidencial.
No en vano, de la boca de Piza salieron varios anuncios importantes del Ejecutivo, como la intención de aprobar la reforma fiscal en primer debate antes de los primeros 100 días. También atendió las conferencias de prensa tras el ciclo de reuniones que mantuvo el Ejecutivo con las fracciones legislativas entre el 9 y el 11 de mayo.
Piza es el encargado de apaciguar los ánimos y enlazar actores.
El otro bastión visible en los medios de comunicación es Claudia Dobles, una Primera Dama que decidió salirse de la caja para asumir como la administradora de proyectos estratégicos del Gobierno.
Dobles asumió la brasa del tren eléctrico de pasajeros, la sectorización del transporte público, el pago electrónico de buses y la modernización de las ciudades. Para lograr que estos proyectos, entrabados históricamente, caminen la arquitecta trabaja como la persona que reúne a todas las partes involucradas para fijar metas y luego les da seguimiento con base en fechas.
La Primera Dama es esa ficha que requiere toda empresa. Es quien se pone detrás de las iniciativas con el afán de impulsarlas y de presionar para que avancen.
Las voces discretas
Los otros tres consejeros de Alvarado le hablan, pero lejos de los reflectores.
Ottón Solís lo anunció hace unos meses, se iría a cumplir en silencio con su labor como representante de Costa Rica ante el Banco Centroamericano de Integración Económica (BCIE) y mantendría un vínculo cercano de comunicación con el Presidente. Así ha ocurrido.
El fundador del PAC conversa constantemente con Alvarado, le da consejos y recomendaciones, eso sí, contra pedido del propio gobernante.
De esta cercana relación entre Solís y Alvarado da fe Camilo Saldarriaga, economista y asesor cercano del Presidente.
A Saldarriaga y Alvarado los une una relación de larga data, el asesor fue gerente de campaña del PAC en la pasada contienda electoral, un puesto de confianza que no cualquier persona ocupa.
Cada semana, Saldarriaga debe sentarse con Alvarado para definir los objetivos de corto plazo y darle seguimiento a los de mediano y largo plazo. Además, es el encargado de hacer enlaces con jerarcas de otras entidades para supervisar el estatus de algunas tareas.
El economista se desempeña como asesor del Presidente y trabaja con una especie de “gerente de proyectos”, porque esa es la línea que definió Alvarado al inicio del Gobierno. En este punto es válido atar cabos para decir que la Primera Dama también cree en el modelo de la gerencia de proyectos, ¿será el estilo de ambos?
LEA MÁS: Claudia Dobles: la 'project manager' del Gobierno
En los pasillos de la Asamblea Legislativa el mandatario tiene otra voz amiga, cercana y enfocada. Víctor Morales Mora, exministro de Trabajo y ahora jefe de fracción del PAC apoya la labor del Ejecutivo como enlace entre Cuesta de Moras y Casa Presidencial.
Morales alerta sobre el cambiante, efímero e incierto ambiente legislativo, sobre todo en tiempos cuando la discusión se centra en la aprobación de la reforma fiscal, la meta más importante del Gobierno en este momento.
Dime con quién andas...
El círculo cercano de Alvarado es más amplio que el de Luis Guillermo Solís y, quizás, le ha generado menos anticuerpos y ruido en comparación con las turbulencias que padeció su antecesor.
Durante su primer año de gobierno, Luis Guillermo Solís se apoyó en Melvin Jiménez, ministro de la Presidencia; Mariano Figueres, exdirector de la Dirección de Inteligencia y Seguridad (DIS); y Víctor Morales Zapata, exdiputado del PAC.
Con el pasar de los meses las tres fichas fueron cayendo y vieron como se les agotaba el capital político. Solís destituyó a Jiménez el 15 de abril del 2015 en medio de una polémica por la filtración del proyecto de “ley mordaza” y el presunto ofrecimiento de una embajada al exviceministro de Ciencia y Tecnología, Allan Ruiz.
Solís también se desmarcó de Morales Zapata, quien fungía como negociador del Gobierno en el Congreso. El exmandatario pidió al exdiputado no “hablar en su nombre” y renunciar a la curul para enfrentar los cuestionamientos que lo vincularon con el caso del cemento chino.
Mariano Figueres fue el único que permaneció cercano a Solís hasta el final de la administración, pese a que el Director de la DIS tenía anticuerpos por liderar una institución que el propio expresidente había prometido cerrar durante la campaña electoral.
LEA MÁS: El legado de Luis Guillermo Solís: Apenas vestigios del cambio prometido
Un presidente necesita —siempre— del consejo, la opinión y la ayuda de otras personas, por esta razón el grupo más cercano al mandatario se reviste de importancia ya que funciona como el primer filtro y como el pilar de apoyo.
Los tiempos no son fáciles. El Gobierno debe lidiar con una fraccionada Asamblea Legislativa, con una creciente inseguridad ciudadana, con un inamovible nivel de desempleo y con errores heredados como el hueco presupuestario de ¢600.000 millones. No cabe duda: el Presidente necesita ayuda.