En junio del 2015 Costa Rica importó por última vez aguacate mexicano, al menos de manera legal. Entonces entraron 111 toneladas de la fruta, un número que ya denotaba una disminución importante con respecto a las más de 1.000 toneladas que ingresaban de manera constante desde México en meses anteriores, según datos de Procomer.
La restricción que el país puso como “medida de emergencia” para los países con presencia de la avocado sunblotch viroid –o mancha de sol– no solo representó el cierre del portillo para la fruta mexicana.
Las autoridades también prohibieron la importación desde Australia, España, Ghana, Guatemala, Israel, Sudáfrica, Venezuela, el estado de Florida en Estados Unidos y de cualquier otro país en el que existiera sunblotch. La medida significó el final del dominio de México en el mercado local de aguacates.
Aunque en agosto del 2018, Costa Rica implementó una nueva política para controlar los ingresos de fruta procedente de países con mancha de sol, todavía no se reporta ni un solo aguacate mexicano en tierra tica desde el veto.
Mientras tanto, el país se mueve entre la escasez de la fruta y los altos precios. Con México ausente del mercado, otros países empiezan a tomar la delantera con incrementos acelerados en importaciones, incluso países con presencia de sunblotch.
Tiempos idos
La medida de vetar la importación de aguacate de países con Sunblotch que se impuso hace más de tres años no tuvo que esperar mucho para que fuera catalogada como proteccionista.
Años después, la producción de aguacate costarricense sí aumentó pero no de manera sustancial. Además, la mayoría de la fruta es para exportación.
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La merma en la importación desde México afectó la oferta en el mercado local. En promedio, entre el 2010 y el 2014 entraron al país 9.616 toneladas de aguacate mexicano por año. Para el 2015 el total cayó a 5.894 toneladas.
Previo a esto se registraron momentos cuando el aguacate mexicano que entraba a Costa Rica superó las 11.000 toneladas. Solo en el 2013 la fruta mexicana representó el 86,58% de todos los aguacates que entraron al país, según datos de Procomer.
Al final de 2015, los números de las importaciones de aguacate mexicano se desplomaron a cero. Tras esto empezaron a surgir otros países, intentando llenar el vacío dejado por la fruta mexicana.
¿Quienes se comieron el pastel que México dejó?
Costa Rica siguió importando aguacate de Chile, Nicaragua, República Dominicana, Colombia, Honduras, Guatemala, Perú y Estados Unidos. Los últimos tres son países tienen presencia de sunblotch.
Nicaragua, Chile y Perú abastecieron más del 90% de las importaciones durante el 2016 y 2017 y los primeros seis meses del 2018 –según últimos datos disponibles–. Sin embargo, entre los tres no suman suficiente para empatar las importaciones mexicanas del pasado. Esta reducción se traduce en escasez por periodos y altos precios la mayoría del año.
Nicaragua desplazó a los mexicanos del primer lugar como importador de la fruta. Chile de 2011 a 2015 ni siquiera figuraba en la lista de importadores y hoy es el segundo mayor proveedor, mientras que Perú –país con presencia de sunblotch– ahora ocupa la tercera plaza.
Es decir, las importaciones de otros países aumentaron pero siguen sin ser suficientes.
Para el 2016 –primer año sin aguacate mexicano en el mercado– el total de la fruta en el país bajó en 3.090 toneladas, en comparación con las importadas en el 2014, último año completo con entrada de la fruta mexicana.
Mientras tanto la producción nacional sigue sin ser suficiente para suplir la demanda. A inicios del 2018, la cosecha de aguacate costarricense, rondaba el 35% de la oferta nacional. De enero a octubre el Hass nacional representó el 23% de la oferta de Cenada, según estimaciones del MAG.
En la OMC
Como consecuencia a las restricciones de importación del aguacate, en 2017 México denunció a Costa Rica ante la Organización Mundial del Comercio (OMC). En ese momento, argumentaron tener más de “dos décadas de comercio ininterrumpido” con el país sin que hubiera ningún problema por el aguacate.
La denuncia avanzó durante un año y finalmente ambos países agotaron la fase de diálogo. No lograron ponerse de acuerdo en una solución.
Actualmente el caso avanza en la OMC. Un panel deberá determinar la legalidad de las medidas adoptadas por Costa Rica, mientras el Gobierno evita referirse al tema alegando “estrategia de defensa". Lo que sí prometen es continuar “ejerciendo la defensa de los intereses del país”.