23.617 hogares entraron en condición de pobreza durante el 2018 y 12.371 cayeron en pobreza extrema en el mismo periodo. Así lo evidenció la Encuesta Nacional de Hogares (Enaho 2018), publicada la mañana de este jueves por el Instituto Nacional de Estadística y Censos (INEC).
Los datos de la encuesta muestran que la pobreza medida por línea de pobreza en el país creció del 20% en el 2017 al 21,1% este año, una variación de 1,1 puntos porcentuales que se considera estadísticamente significativa.
LEA MÁS: Aumento de transferencias estatales ayudó a reducir pobreza extrema en 2017
En términos absolutos, en el 2017 había 305.231 hogares en condición de pobreza, pero esa cifra creció este año a 328.848, lo que se traduce en 23.617 nuevas familias que no pueden cubrir el costo de la canasta básica cada mes.
Para calcular la pobreza general en el país, el INEC estimó que el precio de la canasta básica en la zona urbana es de ¢110.047 y en la zona rural es de ¢84.535. Si un hogar tiene un ingreso per cápita igual o menor a cualquiera de los dos valores, según la zona en la que se ubique, entonces se considera en condición de pobreza.
En el caso de los hogares en pobreza extrema, la encuesta también mostró una variación estadísticamente significativa con un incremento de 0,6 puntos porcentuales entre el 5,7% registrado en 2017 y el 6,3% que se reportó este año.
Estos porcentajes se explican en que el año pasado el país tenía 86.663 hogares en pobreza extrema y para el 2018 la cifra aumentó a 99.034, lo que representa 12.371 nuevos pobres en condición crítica.
El INEC definió que si una familia tiene un ingreso per cápita igual o menor a ¢49.999 en la zona urbana o ¢41.483 en la zona rural, entonces está en condición de pobreza extrema.
Los hogares en pobreza extrema se encuentran dentro de los que viven en condición de pobreza general, pero tienen un nivel de ingresos más crítico a la hora de cubrir la compra de productos básicos para vivir.
Más pobres, más ayudas estatales
Pese a que el Gobierno mantiene desde hace tres años una fuerte política de ayudas sociales y transferencias para las familias de menores ingresos del país, la pobreza finalmente aumentó este año de manera significativa.
Una de las razones que explican el aumento en el nivel de pobreza en el país, es que el ingreso por persona dentro de los hogares de menores recursos no creció, mientras que el límite de la línea de pobreza sí aumentó debido al alza en la inflación que elevó los precios de los productos de la canasta básica.
LEA MÁS: 16.000 mujeres entraron al ‘club del desempleo’ en Costa Rica en el último año
Los resultados de la encuesta evidencian que los salarios de los hogares -principal fuente de ingresos- no crecieron durante el 2018 con respecto al año anterior, mientras que los subsidios y transferencias del Estado tuvieron un aumento del 5,3% en el mismo periodo.
Las becas y ayudas que entrega el Gobierno representan la quinta parte del dinero que reciben los hogares de menores recursos con un peso del 18,4% dentro del ingreso total, mientras que otras transferencias -entre ellas sociales- representan el 22,2% del total de los recursos que perciben estas familias pobres.
Los salarios por trabajo tienen un peso de apenas el 41,5% de ingreso total de los hogares más pobres del país.
En 2016, la pobreza (medida por ingresos o línea de pobreza) registró una caída. Ese año, 307.000 hogares sufrían de esa condición, lo que significó que el indicador se redujo del 21,7% en 2015 al 20,5% en 2016.
Para conseguir esa reducción significativa en la cantidad de hogares pobres del país se conjugaron varios factores, entre ellos un bajo nivel de inflación y un aumento importante en la cantidad de dinero que el Gobierno inyectó a las familias de menores recursos mediante becas y transferencias sociales.
En el 2016, las trasferencias del Estado que recibieron las familias pobres representaban el 17% de sus ingresos totales cada mes, para el 2017, ese componente creció al 19%. Estos subsidios tuvieron una variación del 5,5% -cifra estadísticamente significativa- y representaban unos ¢18.393 del ingreso promedio del hogar en el país.
El INEC mide la pobreza en el Costa Rica con dos metodologías, la primera es por el ingreso (línea de pobreza), y la segunda, con base en el Índice de Pobreza Multidimensional (IPM).
Esta metodología identifica cuáles hogares son pobres en función de un conjunto de necesidades sociales, consideradas básicas, de manera que se clasifican como hogares pobres multidimensionales aquellos que no logran satisfacer el umbral mínimo de cuatro categorías del total de 19 indicadores analizados.
En el 2018, el 19,1 % de los hogares se encuentra en pobreza multidimensional, mientras que el año pasado la cifra era del 18,8%.
En la zona urbana el porcentaje de hogares pobres es de 14,5 % y en la zona rural de 31,3%, sin variaciones estadísticamente significativas en relación con el 2017.