¿Cada cuánto cambia las llantas de su carro? ¿Se espera a tener un accidente para reemplazarlas o lo hace con cierta regularidad?
Pues si creyó que sus llantas estaban debajo de su ombligo, se equivoca: lo están debajo de sus pies. Las tenis que usa para hacer ejercicio son un aliado clave en la prevención de lesiones en tobillos, rodillas, caderas y espalda y, como todo, se desgastan con el uso.
La recomendación es cambiarlas cada vez que hayan recorrido entre 650km y 965km.
El entrenador del equipo de maratonistas masculinos costarricenses para las Olimpiadas del 2012, Mario Fraioli, recomienda llevar un registro de las distancias recorridas (o utilizar una aplicación que lo haga) para así darse cuenta de cuándo debe cambiar de zapatos; pero en la decisión pueden influir otros factores.
“Alguien que corre o camina tres o cuatro veces por semana, debería cambiar de tenis un par de veces al año; mientras que alguien que corre o camina más de cuatro veces a la semana, deberá hacerlo cada tres o cuatro meses. Si estamos hablando de una persona que se está entrenando para una maratón, probablemente deberá cambiarlos cada bimestre”, dice Paige Corley, directora de Biggest Loser Resort at Fitness Ridge.
Claro, si sus tenis de correr son también sus tenis de ir a la feria, de ir a mejenguear y de ir a andar en bici, el desgaste será mucho más rápido. Por eso, lo ideal es tener más de un par de tenis y alternar su uso para disminuir el desgaste y para que puedan airearse lo suficiente entre cada vez que los usa.
¿Qué son muy caras? Más caro le puede salir la factura del ortopedista, si le ocurre una lesión por utilizar un calzado incorrecto para entrenar.
Si le da pereza estar contando kilometraje y meses, puede usar sus sentidos para determinar cuándo es hora del cambio. Observe si están gastadas (menor grosor de la suela, arrugas en los lados o grietas al nivel del tobillo) o si le quedan grandes (esto puede ocurrir si está perdiendo peso). Cualquiera de esos casos será una clara señal de cambio. Y no, no estoy hablando de cambiar las plantillas; estoy hablando de cambiar todo el zapato completo.
Otra señal de que es hora de un reemplazo será empezar a sentir molestias en el cuerpo, pero idealmente no habría que esperarse hasta llegar ahí para colgar los tenis y reemplazarlos mínimo cada año.
“Mis tenis de siempre”
Recordemos que las tenis están pegadas con goma y el pegamento tiende a aflojarse con el tiempo y con los cambios de temperatura. Además, están rellenas de aire, que se disipa con el pasar de los días. Por eso, aún si sus tenis están nuevas (sea porque nunca las usó o porque están en el estante de la zapatería) podrían haber empezado ya a descontar su vida útil.
De hecho, para Tracie Rodgers, vocera del Concejo Americano de Ejercicio (ACE), “el error más grande que comete la gente al empezar a ejercitarse es ponerse el par de tenis viejas que tiene guardadas en el closet”, las cuales ya probablemente no tienen el soporte requerido y, aún más problemático, no están diseñadas para la actividad física que empezará a realizar.
Si va a jugar basketball, por ejemplo, requiere que los tenis tengan soporte en el tobillo, mientras que si va a caminar, lo necesita en el talón, y si va a correr, en la zona del arco del pie y hacia los dedos, explica la ortopedista Catherine Cheung.
¿Y si le hago a todo? La recomendación es utilizar tenis cross-trainer, que están diseñadas para realizar diversas actividades físicas, pero ninguna en particular. Ahora, si va a realizar todas esas actividades dos o tres veces por semana cada una, la American Podiatric Medical Association recomienda tener un calzado específico para actividad.
Un último consejo antes de colgar los tenis es ir al lugar indicado por su reemplazo. Tiendas especializadas, como Brooks, On The Road o Runners, le harán una prueba para determinar si su pisada se ladea (pronador o supinador) o su se mantiene neutra y le ayudarán a escoger un zapato con el soporte adecuado para amortiguar el movimiento que realizan sus pies.
Ahora sí: ¡tenis a la obra!