#Yoconfieso que cuando probé el foam roller me sentí como un perro. La instrucción no fue “¡échese y ruede!” pero, después de toda la explicación técnica, realmente eso fue lo que terminé haciendo: restregarme contra un rodillo en el piso.
Ese rodillo se llama foam roller y eso que se hace con el es una terapia de autoliberación miofascial.
Las fascias, explica la fisioterapeuta Marcela Calvo, son estructuras que sirven para envolver y dar protección y sostén a los músculos y órganos internos. Imagínese algo así como una pantymedia que aprieta cada grupo de fibras musculares.
Estas pueden sufrir acortamiento y endurecimiento producto del ejercicio realizado por los músculos.
Al presionar su cuerpo contra el rodillo, justo en el punto donde se siente dolor o tensión, se fomenta la circulación sanguínea, lo que permite liberar productos de desecho que quedan en el organismo al hacer ejercicio, explica la fisioterapeuta Marilyn Barrientos.
“Como la persona es la que se presiona a sí misma contra el rodillo, trabaja exactamente y de forma directa en el punto de tejido conectivo y muscular que necesita ser tratado y tiene todo el control sobre cuánta presión ejercer y por cuánto tiempo hacerlo”, detalló.
Además, se mejora la movilidad y flexibilidad de la zona, lo cual amplía los rangos de movimiento y hace a las personas más ágiles y menos propensas a lesionarse.
Si se utiliza el foam roller antes de hacer ejercicio, se logra preparar al músculo para el entrenamiento que se va a realizar; y si lo hace después, se le ayuda a su recuperación.
“Esto disminuye la fatiga de los deportistas y mejora el estado de inmunodepresión post ejercicio”, dijo Calvo.
Debo confesar también que, antes de empezar a rodar con el rodillo, Barrientos me advirtió que sentiría mucho dolor. Sinceramente, y sin jugar a ser SuperCarobicos, no sentí mayor cosa.
Claro, esto puede ser porque hice unas pocas repeticiones una única vez en mi vida, cuando la recomendación que dan es practicarse este tipo de masaje de tres a cuatro veces como mínimo, dice la entrenadora personal Alicia Vargas.
Lo que no se puede hacer es utilizarlo en zonas que se lesionaron recientemente o donde se siente un dolor grave.
“Tampoco deberían usarlo personas con problemas circulatorios o con osteoporosis muy avanzada. Las que tienen lesiones de muñeca, podrían sentir molestia en algunas posturas”, dijo Barrientos.
Las entrevistadas coincidieron en que no se debe ejercer presión sobre prominencias óseas (rodillas, codos, tobillos, hombros) ni en la zona lumbar (parte baja de la espalda).
Además, en opinión del fisioterapeuta Bryan Hill, este tipo de masaje autoaplicado no debe ser un reemplazo de un estiramiento adecuado o de un calentamiento óptimo antes de entrenar; más bien considera que se trata de una herramienta complementaria.
Otros usos
El foam roller es un cilindro de espuma de embalaje de alta densidad. Su superficie es suave y su peso es liviano.
Además de utilizarlo como herramienta de terapia, se puede usar como parte del entrenamiento funcional, explicó el director deportivo en el Colegio de Médicos, Johan Salas.
“Se puede usar como soporte del cuerpo en variadas posturas de estabilidad y equilibrio que buscan fortalecer la musculatura abdominal y espinal”, explicó el promotor de salud física.
Acá sí les puedo decir que en Pilates es una maravilla porque se mueve lo suficiente como para tener que tensar el core al realizar los ejercicios, pero no tanto como parecer un oso haciendo equilibrio sobre una bola en medio circo.
Si le están dando ganas de hacer la prueba, he visto que el rodillo vale entre ¢18.000 y ¢35.000, dependiendo del tamaño.
Este se selecciona dependiendo de la parte del cuerpo que se quiere trabajar: para las zonas musculares más grandes, como las piernas o la espalda, se usa uno de aproximadamente un metro de largo, mientras que otros de menos de medio metro se usan en áreas más pequeñas, como las plantas de los pies.
Al respecto, el especialista en ciencias del deporte Duane C. Button opina que los beneficios en términos de amplitud del movimiento articular y recuperación muscular son más pronunciados en los rodillos más grandes, mientras que los más pequeños logran sensaciones más placenteras y relajantes.
Yo, sinceramente, prefiero ahorrar y pagar por un masaje practicado por un profesional en fisioterapia con cierta regularidad; pero esa soy yo. Si usted prefiere probar con el rodillo, ¡adelante! Lo peor que le puede pasar es una contractura en los cachetes tras una buena mueca o una buena risa.