Bajar de peso, hacer ejercicio, ponerse a dieta… Esos deben de estar en el top 5 del ranking de metas de año nuevo más prometidas en todo el mundo.
¿Cómo lograr que esos --y los otros propósitos para el 2013-- no se queden en solo palabras?
“Piense que se trata de una maratón, no un sprint”,aconseja la psicóloga Susan Albers en la revista Fitness.
No se trata de un pique de poca distancia que se corre en poco tiempo, sino de una distancia larga, cuyo recorrido requiere tiempo, compromiso y fuerza de voluntad.
Por eso, será importante mantener la mente positiva desde la creación de los propósitos. En lugar de “no voy a comer tanta azúcar”, podría proponerse “comeré menos azúcar”, por ejemplo.
“Hacer ejercicio” es muy impreciso y bajar “equis cantidad de kilos” puede sonar demasiado inalcanzable.
Así, las metas deben ser específicas, medibles, alcanzables, realistas y temporalmente viables. (Dato para los poco observadores: las iniciales de esas palabras en inglés crean la palabra smart). Por eso, una mejor forma de crear el propósito sería decir “haré spinning durante 30 minutos, tres veces por semana”.
Crear nuevos hábitos ---o dejar los indeseables--- no se logra de la noche a la mañana. A veces, es más fácil ir ganando pequeñas batallas semanales que pretender ganar la guerra en un solo día.
Pero recuerde que las metas no solo deberían ser cambios sino también refuerzos a lo que ya se está haciendo bien y que puede ayudar a lograr otros propósitos nuevos.
“Me cuesta”
Definitivamente, la fuerza de voluntad es una herramienta clave para alcanzar las metas propuestas. “Se trata de la habilidad de utilizar la corteza profrontal del cerebro para identificar qué es bueno para uno y luego tomar la decisión correcta”, explica el psicólogo Michael McKee.
“Todos tenemos fuerza de voluntad pero varía mucho de uno a otro”, dice. Sin embargo, hasta eso se puede entrenar y fortalecer haciendo elecciones difíciles.
Será necesario identificar los obstáculos que tendrá que superar para alcanzar el objetivo y, si aún así suena inalcanzable, quizás ayuda extra pueda servir. Ropa deportiva nueva, recetarios saludables innovadoras, un entrenador personal o un compañero de ejercicio, la visualización de lo que quiere lograr… Cualquiera de esas opciones podría ser combustible extra para llegar a la meta.
Poner los propósitos por escrito puede ser también una buena idea, dice McKee, sobretodo si se trata de cambiar un hábito existente. “Anote cuál es el comportamiento que quiere cambiar y lleve un diario para notar las circunstancias en las cuales aparece ese comportamiento. Esto puede ayudarle a identificar patrones de comportamiento y planear mejor cómo cambiarlos”.
¿Y si fallo en el intento? A todos nos pasa. Identifique la causa del fallo, asuma la responsabilidad correspondiente y siga adelante.
¡Feliz año nuevo a todos!