¿Alguna vez han notado que después de entrenar, hay días en los que quieren comerse el mundo y otros en los que ni sienten hambre?
Una investigación publicada en el Journal of the Endocrine Society reveló que el ejercicio de alta intensidad suprime el apetito de manera mucho más efectiva que el ejercicio moderado, especialmente en mujeres.
¿Por qué? La respuesta la encontraron en la llamada “hormona del hambre”, que se llama grelina. Esta hormona se encuentra en niveles naturalmente más altos en las mujeres en comparación con los hombres.
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“El ejercicio de alta intensidad puede ser más efectivo que el de intensidad moderada para reducir los niveles de grelina y modificar el hambre”, concluye el estudio realizado por científicos de la Universidad de Virginia.
Esto sugiere que, para suprimir el apetito (a través de la hormona leptina), es necesario entrenar por encima del umbral de lactato, el punto en el que comenzamos a respirar más rápido y sentimos que el ejercicio se vuelve significativamente más desafiante.
Para los mortales, quienes no contamos con equipos especializados para medir los niveles de lactato, es posible identificar si un ejercicio es intenso o moderado con base en nuestra frecuencia cardiaca.
StudyFinds agrega “el ejercicio de intensidad moderada puede, en realidad, aumentar el hambre en comparación con no hacer ejercicio" pues vieron que, este tipo de actividad no cambió los niveles de grelina o, incluso, llevó a un aumento neto de esa hormona.
Como concluye la autora principal de la investigación, Kara Anderson: “El ejercicio debe considerarse como una ‘medicina’, donde la ‘dosis’ debe personalizarse según los objetivos individuales”.
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