El spinning es una actividad que combina el entrenamiento cardiovascular con el fortalecimiento muscular. Sus beneficios no solo provienen del ritmo y la intensidad, sino también de las combinaciones de posiciones de brazos y piernas que se emplean durante la clase.
En posts anteriores les comenté cómo ajustar la bici de spinning correctamente de acuerdo con su estatura y la longitud de sus brazos, piernas y tronco y cómo aprovecharla para trabajar velocidad, potencia, resistencia o fuerza.
Sin embargo, para quienes aún se aburren de practicar este ejercicio porque solo se les ocurre que pueden estar sentados o de pie, les comparto otras posiciones que pueden ejecutar.
Pedalear sentados es la forma más básica del programa de spinning y se considera la base para desarrollar fuerza y resistencia.
Estando sentados, se pueden tener las manos en posición 1, lo cual trabaja un poco más los tríceps o en posición 2.
En esta postura, se tiene una mayor estabilidad y la apertura de los brazos favorece la expansión del pecho, facilitando así el intercambio de aire. De pie, las manos pueden estar en posición 2 ó 3.
Cuando se está en posición 2 vertical, se activan los músculos del core para estabilizar la parte inferior del cuerpo.
Al realizar transiciones entre sentarse y estar de pie, también se desarrollan fuerza y equilibrio.
Si quiere más trabajo de glúteos, la posición 3 favorece ese objetivo. Además, involucra el trabajo de la parte superior del cuerpo y el core, mejorando la estabilidad general del cuerpo.
Si quiere enfatizar el trabajo de isquitibiales (la parte de atrás de la pierna), lleve las caderas sobre el sillín, sin llegar a sentarse.
En cualquiera de las posturas de brazos se pueden flexionar los codos a 90 grados, a diferencia del resto del programa.
No es algo que emule tan fielmente la realidad de un ciclista. Sin embargo, hacerlo permite intensificar el trabajo de tríceps.