En un viaje que realizaron a España en agosto del 2016, el matrimonio de María Paula Paganella y Esteban Villalobos encontró la idea de un negocio de mensajería que ya echaron a andar, utilizando una app y basándose en el modelo de negocios de Uber.
María Paula y Esteban necesitaban retirar un paquete en un lugar que quedaba a 25 o 30 kilómetros de donde se encontraban.
Alguien les recomendó utilizar un servicio de mensajería, el cual se podía gestionar a través de una aplicación móvil y a un precio muy cómodo.
“Sería bueno llevarlo a Costa Rica y darle un enfoque más empresarial”, pensaron.
Ella es diseñadora publicitaria, publicista y tiene un postgrado de mercadeo digital y trabajó en una empresa encargada en servicios tecnológicos para los mercados de Estados Unidos y Europa. Él es ingeniero de sistemas y tiene una maestría también, en su caso de gestión de proyectos.
Así crearon el negocio
Para echar a andar la idea del emprendimiento se apoyaron en el conocimiento y experiencia que tenían.
La idea del negocio era ofrecer el servicio a pequeñas y medianas empresas, por ejemplo, que requieren realizar envíos, pero no pueden contratar uno o varios mensajeros en forma permanente.
En febrero del 2017 empezaron a preguntar a otras personas y empresas si les parecía útil el servicio, revisaron el mercado e hicieron las proyecciones financieras.
“Hago mucho análisis de factibilidad de proyectos”, se justificó Esteban.
“Vimos que sí se podía”, dijo María Paula.
Otra tarea fue escoger las empresas que se encargarían de diseñar y desarrollar la app y el sitio web, así como para la comunicación en redes sociales: Facebook e Instagram.
María Paula y Esteban también empezaron a diseñar el flujo o proceso que llevaría el servicio, incluyendo la incorporación de mapas de Google para que el cliente indique el origen y el destino de un envío.
Y tocaron las puertas de BAC Credomatic para incorporar el pago mediante tarjetas de débito o crédito.
En el medio hubo que realizar todos los otros trámites ordinarios que implica el nacimientode un negocio: creación de la sociedad, inscripción en la Caja Costarricense del Seguro Social, y registro en la Dirección General de Tributación.
El logo de la firma también se formalizó ante el registro, las motos propias (cuentan con ocho mensajeros propios) fueron aseguradas y se definió el proceso para la selección de los mensajeros colaboradores.
El emprendimiento, oficialmente inscrito como Rápidos Servicios Yo Voy, abrió una oficina en Guadalupe, Goicoechea, desde donde es más fácil cubrir cualquier ruta.
El servicio tiene cobertura en el Área Metropolitana, incluyendo Paraíso y Grecia en los extremos este y oeste, respectivamente.
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Cómo funciona
La app estuvo lista en marzo anterior para pruebas y en abril pasado se lanzó en iOS. En Android estará lista en este mes de mayo.
El cliente se inscribe sin ningún costo y cuando solicita un servicio indica el punto de inicio del viaje, el destino y si es un viaje de ida y vuelta o uno especial (donde hay que esperar o el mensajero debe hacer alguna gestión).
El pago se hace a través de la app en el momento que se recibe una notificación de inicio de la gestión.
Los mensajeros de planilla y los colaboradores cuentan también con una app en la que reciben la notificación para realizar la diligencia.
El sistema busca el mensajero más cercano al punto y que pueda realizar el mandado solicitado. Al aceptar, la notificación es recibida por Yo Voy y por el cliente.
La empresa monitorea cada una de las gestiones desde la oficina, aparte de revisar quiénes están conectados, y la cantidad de envíos realizados, entre otros indicadores.
Los colaboradores o asociados son mensajeros que normalmente se dedican a esta labor a tiempo completo.
Ellos son elegidos según los criterios y valores de la empresa, que también tiene definido y es muy clara sobre el tipo de paquetes que pueden transportarse y cuáles no.
Por ejemplo, no se transportan armas, sustancias ilegales, joyas, dinero. Tampoco transportan personas ni comidas.
Los mismos mensajeros deben cerciorarse de lo que llevan, por su seguridad y la empresa también se fija en el tipo de clientes que puede aceptar.
“Corremos los mismos riesgos que cualquier empresa de mensajería tradicionales”, afirmó María Paula.
Las motocicletas tienen cajones de 35 por 45 centímetros y capacidad para 8 kilos de peso, como documentos, cables de computadoras, portátiles, algunos tipos de herramientas y hasta tres tarros de pintura.
Los mensajeros colaboradores ganan un porcentaje que asegura sus costos.
María Paula y Esteban ya están pensando que en el futuro podrán dar servicios de mensajería utilizando vehículos.
En lo inmediato la meta es aumentar la cantidad de mensajeros asociados.
Tras un año trabajando en el diseño del servicio, en el cual se apoyaron en ahorros propios y el aporte de un socio inversionista, en abril empezó la divulgación del servicio.
A la fecha la app había sido descargada por 260 usuarios y Yo Voy llega a realizar entre 9 y 30 envíos por día, especialmente los días de más demanda (lunes, martes y miércoles).
El servicio también puede ser utilizado por clientes que están fuera del Valle Central o de Costa Rica y necesitan realizar un envío de un punto a otro en el Área Metropolitana entre lunes y sábado de 7 a.m. 7 p.m.
“Estamos 50% por encima de lo que habíamos proyectado”, aseguró Esteban.