Hace unos días, decidí revisar a un “muerto” abriendo mi cuenta @hotmail.com.
Desde hace varios años que en mi cabeza esto suena anticuado y cuando alguien me da su correo y dice ¨xzy@hotmail.com¨ pierde mi atención por completo.
Pero fue más que interesante entrar a explorar ese mundo.
Encontré muchísimos correos con forma de cartas para y de mis familiares y mis mejores amigos del colegio. En mis meses de intercambio fuera del país tenía como obligatorio enviar un email semanal a la casa adonde escribía un resumen de mis aventuras.
En ningún correo encontré fotos adjuntas, claro, eso de estar tomando fotos no era tan común y mucho menos compartirlas.
Revisando unos de los correos que me encontré con mis amigas de “toda la vida”, compartíamos el asombro de cómo ha cambiado la forma de comunicación en tan poco tiempo. Esto lo discutíamos –obviamente– por medio de WhatsApp en un grupo que tenemos las 3.
No voy a entrar en el extenso tema de la “revolución de la comunicación”, pero sí quiero enfatizar en esta bendita app que todos tenemos bien identificada en nuestros íconos del celular.
WhatsApp acaba de celebrar que mil millones de personas alrededor del mundo lo usan todos los días. Se envían 55 billones de mensajes, se comparten 4,5 billones de fotos y 1 billón de videos al día.
Y nos han llenado de noticias también con “WhatsApp for Business” la nueva app de mensajería aplicada a los pequeños negocios. Y aunque todavía está en etapa de prueba la intención es que las empresas puedan tener un perfil para comunicarse con sus clientes por este medio. Esta funcionalidad tendrá un costo para las empresas y los usuarios tendrán el control para bloquear o reportar como spam a cualquier información no deseada que les llegue de parte de estas empresas.
Aunque la iniciativa es de parte de la corporación para monetizar sus servicios, me genera la duda de si esto será de ayuda para los empresarios que quieran generar una comunicación más directa con sus consumidores, o si será algo que llegue a molestar a los usuarios por “invadir su privacidad”.
La clave para mí está en garantizar que NO será un medio de publicidad sino será enfocado 100% a compartir información de valor.