La firma Intel cumplió en el 2024 los 50 años del lanzamiento del procesador Intel 8080, que impulsó desde 1974 el mercado de microprocesadores y la computación personal.
La conmemoración fue ensombrecida por los resultados que la firma estaba obteniendo, el cese de Pat Gelsinger como CEO y su desplazamiento en noviembre anterior en el índice Dow Jones por la estrella tecnológica del momento: Nvidia.
Gelsinger fue sustituido por dos interinos: David Zinsner y Michelle Johnston Holthaus. “Ha sido un año desafiante”, dijo Gelsinger, en su despedida. A principios de enero de este 2025, The Wall Street Journal tituló: “Los problemas de Intel son aún peores de lo que se pensaba”. Y ayer la firma publicó sus resultados financieros del último trimestre y los anuales del 2024.
“El cuarto trimestre fue un paso positivo hacia adelante”, afirmó Michelle Johnston Holthaus. “Nuestro renovado enfoque en el fortalecimiento y la simplificación de nuestra cartera de productos, combinado con el progreso continuo en nuestra hoja de ruta de procesos, nos está posicionando para atender mejor las necesidades de nuestros clientes”.
“El plan de reducción de costes que anunciamos el año pasado para mejorar la trayectoria de la empresa está teniendo un impacto”, afirmó David Zinsner.
El optimismo de sus actuales ejecutivos no logra atajar la sensación que dejan las cifras de la compañía a nivel global. En Costa Rica la firma tiene operaciones de investigación y desarrollo, servicios corporativos y fabricación. El Financiero envió consultas a Intel Costa Rica para conocer el impacto de la situación y las medidas en planillas, operación y exportaciones. Al cierre de esta publicación la respuesta estaba pendiente.
Resultados globales
Los números anuales de Intel parecen tener contrastes. En general las ventas y los resultados operativos cayeron, pero algunos productos aumentaron ventas entre 1% y 4%. ¿Es suficiente?
Las ventas totales cayeron en el 2024 un 2% respecto al 2023, cuando ya se advertían signos de preocupación después de la bonanza de la post-pandemia y la demanda de chips aumentó.
Las utilidades netas pasaron de $1.689 millones en 2023 a pérdidas por casi $18.756 millones.
Por negocio o producto, algunos aumentaron 1% (centros de datos y para redes) y en computación a clientes un 4%. Pero cayeron el de Foundry (-7%), una subsidiaria anunciada en el tercer trimestre de 2022, y el de otros (-32).
Durante el año, la planilla global se redujo en casi 17.000 puestos, un poco más de lo anunciado en el tercer trimestre, cuando también se anunció un recorde de gastos de operación en $10.000 millones. En aquel momento, la valoración de la firma cayó 26%. ¿Cuáles son las razones?
Intel en 2024
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¿Víctima del dilema del innovador?
En diciembre de 2023, Intel anunció el lanzamiento de procesadores para que los servidores y equipos tuvieran más capacidad para aprovechar las aplicaciones de inteligencia artificial (IA). Pero la producción y comercialización pudo llegar muy tarde.
Otras firmas, y especialmente Nvidia, habían tomado la delantera. Incluso, “el eterno perdedor de Intel, AMD, eclipsó los ingresos de Intel por chips destinados a centros de datos”, reportó a principios de enero el Journal.
El cambio sorprendió, porque en 2022 nada parecía señalar un giro de la situación del mercado. Incluso, en Costa Rica se celebró oficialmente el reinicio de la planta de fabricación. Al evento, Gelsinger llegó atrasado porque asistió a una ceremonia en la Casa Blanca, donde la Administración Biden lanzó su Ley de Chips, para atraer la producción de procesadores a Estados Unidos y al continente.
Los competidores incursionaron con fuerza en los negocios principales de Intel con chips de propósito general más avanzados y potentes, los CPU (unidades centrales de procesamiento, por sus siglas en inglés). La situación no pintaba bien, pese a que aquí Intel tiene el 75% del mercado.
Aumentó también el uso de GPU (unidades de procesamiento gráfico) en los centros de datos, donde Intel tiene una participación de mercado minúscula y en especial en los GPU de alta gama. Los GPU se utilizan para entrenar y entregar inteligencia artificial. Y aquí destacan marcas como Nvidia, cuyos ingresos del 2024 se estiman en $60.000 millones.
La demanda por estos chips, que no tienen relación con la arquitectura propietaria de Intel conocida como x86, cambia y en su lugar se combinan productos de la arquitectura de ARM de AMD y chips personalizados. En los clientes también hay un cambio de actitud.
Firmas como Amazon, Microsoft y Google tienen en sus centros de datos equipos chips de AMD y personalizados, basados en la arquitectura ARM, buscando velocidad y eficiencia para cargas de trabajo de IA. Algo similar ocurre en computadoras portátiles y los juegos para computadoras personales.
Los analistas en EE. UU. se preguntan si Intel es víctima del llamado dilema del innovador, cuando una empresa importante, rentable y poderosa no está dispuestas a “canibalizar” sus mayores fuentes de ingresos y luego son superadas por empresas emergentes con productos competitivos que terminan apoderándose del mercado.
Perspectivas
¿Cambiará la situación de Intel en 2025? Se espera que sí, pero hay preguntas sobre si las apuestas de la firma darán resultados.
Pintan bien los acuerdos con Amazon (para fabricar chips personalizados con tecnología 18A) y con AMD (para soporte y desarrollo del ecosistema para x86). Intel también anticipó qué está haciendo.
Intel reitera que se centra en simplificar y fortalecer su cartera de productos, mejorar sus capacidades de fabricación y fundición, y optimizar los costos. En el informe financiero de este jueves 30 de enero enumeró otras acciones específicas.
En el grupo de computación al cliente, que la firma sostiene sigue liderando con chips para IA, enviará 100 millones de equipos con chips para IA durante este 2025 y que trabaja con más de 200 firmas en más de 400 funciones para optimizar su software en silicio Intel.
Aquí incluye el lanzamiento, durante el pasado CES 2025 en Las Vegas, de los procesadores que prometen aumentos de la productividad empresarial impulsada por IA, mayor rendimiento, eficiencia y capacidades, y reducción en el consumo de energía.
Estos dos lanzamientos se fortalecerían con la introducción del Panther Lake, “su producto líder en la tecnología de proceso Intel 18A en la segunda mitad de 2025”.
Otra acción anunciada es la colaboración con Dell Technologies para un servidor que utiliza dos procesadores de Intel y, siempre en esta categoría de centros de datos, Intel indicó que también apuesta a la tecnología de memoria MRDIMM, “el sistema de memoria más rápido jamás creado”, en los procesadores Intel Xeon 6.
En productos para redes, durante el CES 2025, la firma lanzó una nueva línea de procesadores para computación de borde y sobre Intel Foundry la firma dijo que en diciembre anterior se logró la producción completa de un diseño basado en Intel 16 para un cliente externo, con planes para la fabricación en volumen a finales de este año en Irelanda, su principal centro europeo de fabricación de obleas. A estos anuncios se agregaron dos informaciones más.
Primero, que está en marcha la instalación de herramientas de proceso en Arizona, que permitiría el aumento de la producción de Intel 18A este mismo año.
Segundo, que firmó un acuerdo definitivo con el Departamento de Comercio de EE. UU. que otorga a la empresa hasta $7.860 millones en financiación directa en virtud de la Ley Chips. Intel ya recibió $2.200 millones en los últimos cinco meses.
“El 2025 será un año de estabilización”, habría dicho Michelle Johnston Holthaus, según el Journal.
También deberá encontrar el sustituto de Gelsinger.