Elon Musk se convirtió esta semana en el dueño de Twitter tras el acuerdo de compra por $44.000 millones, una cifra astronómica que puede permitirse la persona con la mayor fortuna del mundo.
Aunque aún es incierto el objetivo que persigue Musk con la red social del pajarito azul, el empresario ha dado algunas pistas: ve a Twitter como la plaza pública de debate de temas vitales para la humanidad, una red neutral políticamente y con menos censura.
Esta adquisición se efectúa mientras se acrecienta el debate sobre el papel y poder de las grandes empresas tecnológicas como Meta, Google y Amazon, un tema que ya arrastra años y casos, y algo de lo que hizo eco la propia Casa Blanca tras conocerse la compra por parte de Musk.
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Compra histórica
Después días en los que primero compró una participación en Twitter y una oposición inicial de los ejecutivos de la compañía, el multimillonario Elon Musk terminó por hacerse con la empresa entera luego de cerrar un acuerdo de compra por $44.000 millones. Sin embargo, el proceso de negociación continúa y es posible que Musk no tome el control pleno hasta setiembre de este año.
El cofundador de Twitter, Jack Dorsey, se posicionó a favor de Musk en un hilo de tuits. Aunque dijo que, en principio, no cree que alguien deba ser el dueño de Twitter, agregó que la meta de Musk de crear una plataforma inclusiva y de confianza “es la correcta”.
Elon’s goal of creating a platform that is “maximally trusted and broadly inclusive” is the right one. This is also @paraga’s goal, and why I chose him. Thank you both for getting the company out of an impossible situation. This is the right path...I believe it with all my heart.
— jack⚡️ (@jack) April 26, 2022
El magnate nacido en Sudáfrica es bien conocido pues la revista Forbes lo coloca como la persona más rica del mundo, con una fortuna calculada en $270.000 millones, y alguien acostumbrado a las inversiones cuantiosas: está inmerso en industrias como la movilidad eléctrica a través de Tesla o el transporte espacial comercial con SpaceX.
Musk tiene actualmente 88 millones de seguidores en Twitter y ya ha tenido algunas polémicas por publicaciones. Según la cadena BBC, en el 2018 los reguladores financieros de EE. UU. lo acusaron de engañar a inversionistas de Tesla a través de tuits, acusación que se resolvió con un acuerdo de $40 millones y que Musk sigue negando.
La compra de Twitter genera algo de inquietud, no solo entre usuarios y empleados, sino también entre observadores de la industria de redes sociales.
“Me inquieta que una sola persona se haga con el control absoluto de una red social con 400 millones de usuarios, y que pueda cambiar sus términos y condiciones de uso de forma directa e inconsulta”, dijo Mauricio París, socio de Ecija Legal especialista en Tecnología.
Reciente aún está la expulsión del expresidente Donald Trump de Twitter, hecho que para París evidencia el “gigantesco poder” con que cuentan estas plataformas, capaces de “desterrar” a la persona más poderosa políticamente del mundo.
Los planes para Twitter
Musk quiere hacer la empresa privada (en Estados Unidos, una empresa pública es aquella que cotiza en mercados accionarios), con lo que se perderá el acceso a la información sobre el manejo y resultados reales de la compañía.
Además, ha defendido de forma casi mesiánica la libertad de expresión que considera base para una democracia. Esto mientras se discute el poder de censura de las redes sociales y también su responsabilidad frente a noticias falsas o discursos de odio.
“Espero que incluso mis peores críticos permanezcan en Twitter, porque eso es lo que la libertad de expresión significa”, escribió Musk en un tuit el propio día del cierre del acuerdo.
I hope that even my worst critics remain on Twitter, because that is what free speech means
— Elon Musk (@elonmusk) April 25, 2022
Otros tuits han dejado ver la visión que tiene el multimillonario para la red social.
El 25 de abril también publicó que desea hacer Twitter “mejor que nunca” a través de nuevas funcionalidades, abriendo los algoritmos como código abierto para aumentar la confianza y autenticando a los humanos, al tiempo que combate a los robots de spam.
Dos días después aseguró que Twitter debe ser “políticamente neutral”, lo cual significa “molestar a la extrema derecha y a la extrema izquierda por igual”.
For Twitter to deserve public trust, it must be politically neutral, which effectively means upsetting the far right and the far left equally
— Elon Musk (@elonmusk) April 27, 2022
Para Paul Fervoy, presidente de la Cámara de Tecnología de Información y Comunicación (Camtic), Musk confunde el principio de libertad de expresión. Fervoy apuntó que Twitter monitorea y regula la conversación no como impedimento a la libertad de expresión sino para que pueda haber libertad de expresión.
“Pareciera que Musk quiere que Twitter sea una plataforma en donde los contenidos sean moderados con el estándar más bajo: excluyendo únicamente el contenido que sea abiertamente ilícito y eliminando las restricciones de moderación de contenido que puedan ser más discrecionales”, opinó París.
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El especialista subrayó también lo que considera una contradicción en el discurso de Musk: pide mayor libertad de expresión pero la emprende contra cuentas anónimas. Para París, no revelar la identidad puede ser un elemento clave de libertad de expresión, especialmente en territorios bajo gobiernos autoritarios o personas con vulnerabilidad política o social.
Twitter enfrenta varios retos empresariales que Musk deberá afrontar: el valor de la compañía ha venido a la baja en el último año, el incremento de usuarios aún es bajo para alcanzar la cifra de 315 millones de usuarios activos diarios que la empresa se propuso junto con la meta de aumentar sus ganancias.
En ese sentido, la fortuna de Musk es garantía de liquidez, lo que podría darle un nuevo empuje a la compañía.
“Musk tiene un gran reto de gobernanza y transparencia en la gestión de las políticas e innovación Twitter, o verá truncado el crecimiento de usuarios, que es la fuente de valor de una red social”, Alexánder Rojas, docente de Mercadeo Digital de la Universidad Lead, para quien el principal reto de Musk es generar nuevos modelos de monetización.
La publicidad como fuente de ingresos es una tarea pendiente para Twitter, pues sus competidores Facebook o Instagram, ambas propiedad de Meta, le han sacado ventaja en atraer a las marcas.
Largo debate
La movida de Musk pone una vez más sobre la mesa el debate acerca del papel y poder de las empresas tecnológicas en la vida diaria.
Se trata de un debate polarizado entre quienes piden más moderación de contenido y quienes piden reducirla, como Musk.
“Por un lado se aplaude la oposición de Musk a la censura, pero para algunos esa censura es necesaria para lidiar con las fake news”, manifestó Laura Montero, consultora y especialista en mercadeo digital de la ULead.
La Casa Blanca evitó referirse a la adquisición en particular, pero reiteró la preocupación del presidente Joe Biden sobre el poder de las empresas de redes sociales, sin importar quien sea dueño de Twitter. “Nuestras preocupaciones no son nuevas”, dijo la portavoz Jen Psaki.
Facebook y su matriz Meta es otra de las empresas que está en el foco de los reguladores estadounidenses. También en Europa hay cuestiones abiertas sobre este y otros temas.