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La nueva unidad de Client Computing Group (CCG), que empezó a operar con 15 empleados en octubre en Intel Costa Rica, se dedicará a investigación y desarrollo de dispositivos de nueva generación en conjunto con grupos de trabajo que tiene esa corporación en otros países.
Además, crea la oportunidad de atraer otras unidades de Intel enfocadas en nuevas tecnologías, como Internet de las cosas (IoT, por sus siglas en inglés) y para que el país convenza a otras firmas a instalar aquí áreas de investigación y desarrollo.
En la mira también podría estar la semilla del invento que en el futuro revolucione la industria ( The New New Thing ), como lo hizo el navegador de Internet en los 90 o el iPhone en el 2008.
El CCG se une al centro de servicios, al Centro de Investigación y Desarrollo, y al megalaboratorio, que Intel puso en operación desde finales del 2014.
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Desde que Intel se instaló en Costa Rica se piensa solo en su efecto en exportaciones y empleo. ¿Cuál es el impacto de este nuevo tipo de inversiones?
Es un tema de talento especializado. Estas inversiones permiten a Intel avanzar en el nivel de complejidad de labores y al país posicionarse para que más empresas hagan labores similares aquí como ocurrió en 1997 con la planta.
¿El impacto es local?
Diría que es más que impacto en la economía local. Nosotros hacemos de esto un caso de éxito, lo presentamos a la corporación Intel y allá tienen un dato más para seguir creyendo en Costa Rica. Tendremos más elementos para atraer más actividades.
“Cuando teníamos la planta eramos 2.700 empleados. Cuando hablamos de la transformación de la operación en el país dijimos que íbamos a ser 1.200 personas y hoy somos 1.900. Es algo que no teníamos planeado y que ayuda a traer operaciones como estas”.
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¿Estamos pasando de una maquila de manufactura a una de investigación y desarrollo?
Más bien son ‘operaciones de valor agregado en investigación y desarrollo’. La maquila es manufactura muy básica y Costa Rica abandonó eso hace mucho tiempo. Esto es más inteligencia, más capacidad. Desde aquí interactuaremos con operaciones en Oregon o en India para desarrollar los productos del futuro.
Tenemos la oportunidad para atraer estas inversiones debido a los menores costos en relación con los países desarrollados.
Creo que genera un valor agregado tener costos competitivos dentro de economías de rango medio. Es un fenómeno que se ha dado desde que éramos muy textileros, pasando por la electrónica, ciencias de la vida, servicios y ahora investigación y desarrollo. Es un ascenso en el valor agregado de las operaciones.
Intel viene teniendo buenos resultados en áreas como IoT. ¿Se podrá atraer unidades de investigación y desarrollo en estos nuevos segmentos?
Depende más de lo que como país mostremos. A Intel le llama la atención nuestra comunidad maker (“hazlo tú mismo”).
De innovadores.
Sí. Esa comunidad precisamente está orientada a IoT. Gente que hace maravillas en robótica o equipos que hacen dibujos con solo que se les dé la instrucción. Sí, hay posibilidades, pero depende de lo que mostremos.
“El IoT es muy importante. El CCG nos permite –a Intel en Costa Rica– trabajar con los dispositivos de nueva generación e incluso en la siguiente ‘gran cosa’ ( The New New Thing ), que todavía no sabemos que será y que podría surgir del talento costarricense junto con otras operaciones”.
¿Cuáles son las limitaciones que tenemos que superar?
Es un tema de talento. Es una oportunidad. La academia, Cinde y los ministerios de Comercio Exterior y de Ciencias, todos estamos alineados en que eso es lo que tenemos que resolver.
¿Y en áreas como Internet o electricidad están resueltos?
Hay temas de costos por mejorar. Internet es importante porque se trabaja día a día con gente que está en otros países, pero no es un riesgo hoy pues hay redundancia. En electricidad sería una gran ventaja si los costos fueran más competitivos. El país tiene claros todos estos elementos. Trabajamos en atrapar las nuevas oportunidades.
