La emergencia sanitaria por el coronavirus desnudó las limitaciones de los servicios de Internet fija, pese a los esfuerzos de los operadores de este tipo de servicios.
“Necesitamos la conectividad en los hogares”, dijo Giselle Cruz, ministra de Educación Pública, el 28 de abril en la conferencia de prensa de mediodía.
LEA MÁS: El otro cuello de botella de Internet fijo: la velocidad de subida
En los últimos años la expansión y algunos movimientos esporádicos de precios de los operadores conectaron a la industria de telecomunicaciones con el optimismo.
La nueva era de ofertas agresivas de los operadores no se produjo, empero, y se mantienen las barreras de precio y en la extensión de las redes, tanto en infraestructura como en el ritmo de instalación.
Los cambios parecían beneficiar más a los suscriptores actuales, pero durante la emergencia se produjeron problemas de estabilidad del servicio de Internet fijo, fueron evidentes las limitaciones de los servicos asimétricos y hasta ocurrieron incidentes por accidentes de tránsito principalmente.
“Las necesidades actuales y la demanda de tráfico en Internet son atípicas y responden a una crisis sin precedentes en el país”, sostuvo Federico Chacón, presidente de la Superintendencia de Telecomunicaciones (Sutel).
LEA MÁS: 3.000 incidentes afectaron servicios de Internet a hogares en el primer trimestre del año
Por hogares y por población
El trabajo y la educación remota, dado el confinamiento requerido entre las medidas de la emergencia sanitaria, fueron posibles desde mediados de marzo gracias al nivel de conectividad que tiene Costa Rica.
Sin embargo, las dificultades de las redes de Internet fija fueron más allá de la calidad, pues también quedó claro que muchas familias recurren a Internet móvil y que éste no es suficiente.
Al desmenuzar datos se ve mejor el panorama. En Costa Rica el 86% de los hogares tiene servicio de Internet, fijo o móvil, de acuerdo con la Encuesta Nacional de Hogares (Enaho) de julio de 2019.
El problema es que el servicio de Internet fijo solamente llega al 60%, según el Instituto Nacional de Estadísticas y Censos (INEC), encargado de esa encuesta.
La Superintendencia de Telecomunicaciones (Sutel) dice que Internet fijo alcanza al 55% de las viviendas a junio de 2019. La entidad está revisando y validando los datos a diciembre del año anterior.
Por donde se mire, en el país, cuatro de cada 10 hogares no tienen Internet fijo. Además, en tres años años el incremento en la penetración por viviendas es lento, tan lento que en los primeros seis meses del 2019 fue insignificante.
Pero los hogares no son de familias extensas y, de acuerdo a la misma Sutel, el servicio de Internet fijo alcanza apenas al 17% de la población: dos de cada 10 habitantes.
La situación tampoco ha variado mucho desde el año 2017.
Por zonas, la urbana claramente supera a la rural en el acceso a Internet tanto móvil como fijo; y por, nivel socioeconómico, los hogares en mejor condición tienen mayor acceso.
La Enaho muestra una pobre presencia de computadoras en los hogares. Si se quiere incrementar la penetración de Internet fijo, las acciones públicas y los servicios privados deberían ser más integrales, con soluciones que abarquen conectividad y equipos.
La lentitud en la implementación de los proyectos del Fondo Nacional de Telecomunicaciones (Fonatel) tampoco ayuda.
¿Qué ha pasado con el impacto de las promociones, movimientos de tarifas y extensión de redes que realizaron los operadores de Internet fijo durante 2018 y 2019?
Alcanzaron para incrementar la velocidad de los usuarios existentes, aparentemente.
Antes más de la mitad de los que tenían el servicio recibían enlaces con velocidades menores a los 52 Mbps.
El dato de Sutel a junio del 2019, muestra que ahora al menos un 46% obtiene capacidades de 8 Mbps en adelante.
Reto
Las razones sobre la baja penetración de los servicios de Internet fijo son variadas.
Para la Sutel es posible que la mayoría de usuarios no la consideran necesaria y se apoyan en los servicios de telefonía móvil, acceso a redes fijas en sus lugares de trabajo y en los centros educativos, y en las áreas de públicas de wifi.
Eso tal vez podría cambiar producto de la crisis y de las personas para realizar tareas desde sus hogares con enlaces de mayor capacidad y estabilidad.
Solo que un usuario no deja de utilizar ni de pagar el Internet móvil para adquirir un servicio fijo. Normalmente, si adquiere el servicio fijo, mantiene el servicio de datos móviles.
Otra razón podría ser el precio de los servicios.
El informe de la misma Sutel sobre el mercado de Internet fijo había indicado en 2016 que el límite de asequibilidad era el 5% de los ingresos de una familia.
Si la tarifa de los servicios supera ese porcentaje es difícil que las familias adquieran un enlace.
LEA MÁS: El límite de ingresos para adquirir un servicio de Internet
Chacón dijo que el Índice de Precios de Internet Fijo (IPIF), elaborado por la Sutel, indica que las tarifas del servicio bajaron 17% entre junio de 2018 y el mismo mes de 2019.
“Creemos que esta tendencia se mantiene y muchos operadores continúan mejorando su oferta, incluso bajando hasta en un 50% el precio de su oferta”, agregó el funcionario.
Los datos de la Enaho hacen suponer que para los dos quintiles de menores recursos, sin embargo, todavía esas bajas de precio no estarían alcanzando, pues los porcentajes de acceso a Internet fijo y móvil son inferiores al promedio nacional.
Los operadores han trabajado en dos direcciones: migrar a los clientes actuales a mayores velocidades y diseñar ofertas comerciales más atractivas.
En el Instituto Costarricense de Electricidad (ICE) se pasó del 20% al 38% los suscriptores con enlaces de 10 Mbps o más, indicó Isaac Vargas, jefe interino de la unidad de productos y servicios de telecomunicaciones del Instituto.
Leandro Lagos, director de negocios al cliente de Tigo, respondió que hay “un fuerte crecimiento” motivado por nuevos clientes que adquieren enlaces de mayores velocidades y por las aumentos automáticos a todos los suscriptores que se realizaron en el 2019.
“Hoy tenemos velocidades promedio de toda nuestra base de clientes en la zona de la Gran Área Metropolitana cercanas a 50 Mbps y en las zonas rurales a 30 Mbps”, afirmó Lagos.
El ejecutivo reiteró que el acceso a la infraestructura de postería es uno de los inhibidores para la ampliación de las redes a más zonas, pero que –aún cuando se obtiene la autorización– el despliegue es “lento y rezagado”.
Aparte de la infraestructura, habrían otros cuellos de botella como la disponibilidad de frecuencias que faciliten instalar y conectar redes fijas en más zonas.
“Un gran reto de los operadores es extender sus redes en todo el país”, dijo Juan Manuel Campos, director general de Ciber Regulación Consultores.
Y llegar a más hogares y a más población.