Rafael Corrales y la doctora Yamilah Bouzid se conocieron debido a una emergencia que tuvo él, luego conversaron y fundaron la startup Orbicor Technologies en Costa Rica, la cual diseña el prototipo de un dispositivo llamado Heart Saver para prevención y monitoreo cardiovascular, basado en Internet de cosas médicas (IoMT).
Bouzid es cardióloga, graduada de la Universidad de Costa Rica, con un amplio recorrido en los hospitales México, San Juan de Dios, Blanco Cervantes, Calderón Guardia y CIMA.
En 2018 sufrió un evento cardiovascular. El incidente le mostró que faltan dispositivos para ayudar a los pacientes en la prevención de esta enfermedad. “No hay acceso a equipos y dispositivos que permitan un diagnóstico a nivel domiciliario”, dijo Bouzid.
La doctora conocía a Eugenia Flores, exministra de ciencia y tecnología, quien un día la llamó por una urgencia. Su hijo Rafael Corrales despertó a las 4 a.m. y escapó a tiempo de un incendio en su apartamento, pero había respirado humo y partículas candentes. La doctora ordenó que lo trasladaran al hospital CIMA. “Esa llamada me salvó la vida”, afirmó Corrales.
Lo internaron, lo sometieron a un tratamiento y al sexto día tuvo la salida. Pero la doctora Bouzid y Corrales empezaron a conversar de salud y tecnología. Corrales es máster de negocios de la Universidad de Seattle y trabajó en Intel durante 11 años. Posteriormente fue vicepresidente de integración de negocios de Establishment Labs.
En mayo de 2019 ambos fundaron Orbicor, actualmente integrada por un equipo de seis personas y al que se suman hasta cinco consultores externos según los requerimientos. El proyecto se ubica en dos de las áreas más prometedoras a nivel global en la actualidad.
La industria estima que para el 2030 se usarán más de 25.440 millones de dispositivos conectados en el mundo. La inversión en IoT pasaría de los $742 millones del 2020 a los $1.100 millones del 2023.
Deloitte predice que la disponibilidad de wearables (dispositivos de vestir), relojes y teléfonos inteligentes impulsará las apps de salud, que ya en 2017 contabilizaban 200.000. Según el reporte, la inversión en biosensores aumentó 400% desde 2012.
La necesidad de dispositivos personales de monitoreo de salud creció en el 2020, especialmente para que los pacientes realicen mediciones durante las consultas de telemedicina. Vinod Kumar, consejero delegado de Vodafone Business, pronosticó —en un foro virtual realizado en Europa esta semana— que el uso de la 5G aumentará las aplicaciones de telemedicina en los próximos años.
Invención tica
El dispositivo Heart Saver incluye tres brazaletes con sensores: dos se colocan en los tobillos y el tercero en la muñeca. Este último incluye sensores adicionales para medir el nivel de oxígeno en la sangre (oxímetro) y la temperatura. Los sensores envían los datos a la app instalada en la tableta o móvil del usuario, ya sea con sistemas operativos iOS de Apple o Android de Google.
En caso de un evento, se podría mostrar los datos al personal médico y también el paciente puede autorizar que su doctor tenga acceso a su información mediante la plataforma en la nube denominada UnnoMed.
Internet de las cosas llega a la medicina
FUENTE: ORBICOR TECHNOLOGIES || / EL FINANCIERO.
El sistema permite el monitoreo a todo tipo de personas que deseen conocer su salud cardiovascular y a los pacientes que llevan algún tratamiento, pues mide la onda de pulso aórtica, uno de los mejores indicadores biométricos en salud cardiovascular: cada vez que el corazón bombea se genera esa onda; como las arterias son elásticas, con cada bombeo se estiran y luego vuelven a su estado natural. La medición detecta pérdida de la elasticidad arterial.
A nivel mundial más de 600 millones de personas sufren problemas de este tipo. En 2019 fallecieron más de 18 millones de personas por problemas cardíacos, el 32% de las muertes globales, según la Organización Mundial de la Salud (OMS). Es casi cuatro veces más que el total de fallecidos a la fecha por COVID-19 (4,7 millones, según la Universidad John Hopkins).
Con las mediciones se puede realizar valoraciones, determinar tratamientos y prevenir incidentes. Aparte de las personas interesadas en el monitoreo personal (como los atletas), el dispositivo también se dirige a pacientes que sufren diabetes, hipertensión, obesidad, colesterol o enfermedades circulatorias o que han tenido un derrame, un infarto e incluso COVID-19.
El problema hasta ahora es que la gran mayoría realiza chequeos y tratamientos de forma reactiva, incluso cuando tienen predisposición genética por antepasados que han sufrido alguna enfermedad. De acuerdo con la OMS y la Asociación Americana del Corazón, hasta el 80% de las muertes por problemas cardiovasculares podrían haberse evitado.
Corrales y Bouzid analizaron las tecnologías disponibles, empezando con los equipos sofisticados que se usan en centros médicos. Después vieron que la evolución del IoT, los dispositivos médicos conectados y los relojes inteligentes permiten que los pacientes midan sus indicadores cardiovasculares (ritmo cardíaco, oximetría, presión sanguínea y electrocardiogramas) y suban los datos a alguna app específica o las que vienen en su móvil (Google Fit o Apple Healthkit). Pero, no son suficientes.
Comercialización
El Heart Saver y la plataforma UnnoMed de Orbicor proveería datos clínicos diferenciados y complementarios para asegurar un control continuo en línea, optimizar el tratamiento y con fines preventivos, pues el éxito del tratamiento solo se asegura al medir de forma continua los indicadores biométricos.
Los médicos también dispondrían de una versión denominada HeartSaver Pro, que tiene las mismas capacidades y se complementa con un lapicero vascular inalámbrico, para muestrear y documentar la información vascular en múltiples puntos de contacto.
El dispositivo empezó su recorrido llamando la atención. Orbicor quedó de finalista en el concurso de startups del sector salud Invest Digital Health, organizado entre el 20 y 23 de setiembre pasados en EE. UU. por Medcity y el Medical Alley Association, una asociación de empresas del sector enfocadas en la innovación.
El proyecto de Orbicor es empezar la comercialización a finales de 2022 en Estados Unidos y Europa, en un principio, mercados que por su tamaño permiten la recuperación de la inversión. También se podría distribuir a nivel local. Posteriormente se evaluarán otras regiones.
El hardware es fabricado por iTEK, un fabricante de dispositivos médicos ubicado en Costa Rica, y la plataforma UnnoMed fue desarrollada por Tibiot, de Israel y especializada en servicios en la nube para dispositivos médicos.
Actualmente realizan el registro en Estados Unidos ante la Comisión Federal de Comunicaciones (FCC, por sus siglas en inglés) y Underwriters Laboratories, un laboratorio de pruebas para cumplimiento de normas de seguridad, necesarias para la autorización de la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA).
Corrales explicó que se trata de un dispositivo clase 2 no requiere pruebas médicas. Se realiza una valoración técnica para determinar si se comporta y cumple estándares y resultados similares a los de equipos ya aprobados. Orbicor también realiza el proceso de registro de las patentes respectivas.
La comercialización se realizará a través de distribuidores y farmacias, con un precio a partir de los $300, pero el precio final dependerá de los costos de flete, impuestos y margen de ganancia del distribuidor.
El usuario compra el Heart Saver con sus brazaletes y sensores, descarga la app en su dispositivo, se registra e indica si comparte o no su información con el médico y puede integrar el tratamiento que el médico envía a través de correo electrónico. “La propiedad de la información es del paciente”, reiteró Corrales.
La startup también planea otros dispositivos de IoMT, incluyendo uno para medir puntos vasculares y un estetoscopio digital inalámbrico para que el paciente pueda realizar las mediciones que requiere el médico en una sesión de telemedicina.