¿Qué hace usted con el celular, computadora, refrigeradora o lavadora que ya no funciona?
En una economía como la de Costa Rica, con un dinámico mercado de electrónica de consumo y empresarial, se generan grandes cantidades de basura electrónica. El problema es que solo una porción es tratada adecuadamente.
En el 2017 ingresaron 2192 toneladas de equipos nuevos de uso doméstico, información y telecomunicaciones, según datos del Ministerio de Salud basados en estimaciones de la Asociación para la Gestión Integral de Residuos (Asegire) y de la firma Global Electric Electronic Processing (Geep).
De acuerdo con Asegire, que reúne a 80 importadores y distribuidores locales, en la última década se gestionaron 300 toneladas anuales de residuos eléctricos, electrónicos y de manejo especial.
“La mayoría de las personas tienen, en la casa, un celular o una computadora que no sirven. Es preferible eso a que los tiren a un río”, dijo Roberto Solís, propietario de Valu Shred, firma gestora de residuos electrónicos.
Entregar la basura electrónica a gestores no cuesta. En Costa Rica hay 62 centros de acopio y de tratamiento de computadoras, móviles, tabletas, electrodomésticos, fluorescentes, servidores, transformadores, aires acondicionados y equipos de refrigeración.
Valu Shred, de origen canadiense, está en la Zona Franca Z, Alajuela. Fundada hace siete años, esta compañía recibe residuos electrónicos de empresas e instituciones ubicadas en todo el país.
En algunos casos se paga por residuos como chatarra o metales no ferrosos (cobre, aluminio y acero inoxidable) y en otros se cobra de $0,05 a $0,25 por kilo más el costo de traslado.
Solís recomendó que, al entregar equipos o dispositivos en desuso, las empresas y la población se aseguren del tratamiento que se les dará.
Reglas y OCDE
La realidad es que la mayor parte de los desechos electrónicos en la actualidad son depositados en lotes, botaderos y rellenos sanitarios, lo cual contamina el agua, los suelos y el aire.
La situación es aprovechada por gestores informales que venden las partes de valor y descartan inadecuadamente el resto. Además, empresas, entidades y personas arriesgan su información confidencial almacenada en los dispositivos.
Por eso la opción adecuada es el tratamiento de los residuos con los gestores registrados por el Ministerio de Salud. Estos deben cumplir la guía técnica que establece las condiciones y los procedimientos para la recuperación (incluyendo eventos de recepción), acopio y almacenamiento, desensamblaje y valorización, transporte y exportación de los residuos electrónicos.
“El Ministerio tiene un programa de control, el cual –por programación o denuncia– inspecciona a los gestores de residuos”, aseguró Eugenio Androvetto, director de Protección al Ambiente Humano del Ministerio de Salud.
La mayoría de los residuos son manejados por empresas grandes (unas 17 toneladas) que deben cumplir las directrices de sus casas matrices, ubicadas en otros países, las cuales, a su vez, son auditadas y certificadas por entes externos.
La gestión de la basura electrónica y otros residuos también es parte del proceso de admisión de Costa Rica a la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), que exige implementar políticas y programas de manejo, así como facilitar el comercio internacional de residuos destinado a la recuperación y el reciclaje.
Reciclaje corporativo
Aparte de Valu Shred, otras firmas del mismo giro de negocios son Geep y Soluciones Integrales de Reciclaje S. A. (Solirsa).
Durante las últimas semanas, Valu Shred estuvo recolectando materiales de Walmart, Amazon, IBM, PC Central, Pops, Dos Pinos y Banco Nacional, entre otros.
La firma también maneja equipos desechados por diferentes dependencias de la Caja Costarricense del Seguro Social y de centros de acopio de varias municipalidades.
Una vez almacenados, se inicia el desarmado o separación de los componentes de los equipos. Luego se mandan a empresas encargadas del tratamiento.
El hierro se envía a India o Ecuador; el cobre, el aluminio, el acero inoxidable y el bronce, a una empresa que los exporta; las llantas y algunos plásticos, a Holcim y Cemex para ser incinerados y aprovechados como combustible en la fabricación de cemento y derivados.
Otros desechos como el vidrio también se envían a la Vidriera Centroamericana S. A. (Vicesa), y, el plomo de las baterías, a PB Metals.
Mal global
La velocidad de la innovación tecnológica y de la reducción de costos incrementa el acceso a productos electrónicos: para el 2020 se usarán 50 000 millones de dispositivos.
El efecto inmediato es que la basura electrónica crece más que otros tipos de desechos. En el 2018 se generaron 50 millones de toneladas, según Naciones Unidas, cifra que se duplicará si no se hacen cambios, advirtió el Foro Económico Mundial.
En el mundo solo se gestiona el 20 % de la basura electrónica, pese a que su valor supera los $62 500 millones, una cifra mayor al PIB de 123 países, según el mismo Foro.
Se espera que la computación en la nube, las políticas estatales y el correcto manejo de los equipos y dispositivos electrónicos en las empresas ayuden a mitigar la situación, al tiempo que genera nuevos negocios y empleos.
Iniciativas
Los fabricantes tecnológicos también implementan programas de reciclaje y de manejo de desechos.
HP, por ejemplo, realizó en marzo y abril pasados –en conjunto con los distribuidores Office Depot, Intcomex y Dataformas– una iniciativa denominada Reciclatón, para reciclar tóners originales y cambiar impresoras viejas por nuevas con un descuento del 20 %.
Anamaría Ordónez, gerente regional de suministros de HP, indicó que el reciclaje de cartuchos de tóner en Costa Rica representa un 5 % de las ventas locales.
Globalmente, la compañía espera reciclar 1,2 millones de toneladas de hardware y suministros para el 2025.
En la actualidad, el 80 % de los cartuchos de tinta y todos los cartuchos de tóner se fabrican con plástico reciclado; un porcentaje del material fue recuperado del mar.
Ordónez explicó que los cartuchos entregados por los clientes en Costa Rica son transportados y almacenados por la empresa Fortech Química, en Cartago, para luego enviarlos a una planta en Estados Unidos, donde son desmantelados o triturados.
De ellos se recuperan plásticos y metales empleados para fabricar nuevos productos, incluyendo cartuchos. La firma recalca que nada va a los vertederos.
Los esfuerzos crecen, pero es claro que una buena parte de lo que se haga depende de la conciencia de usuarios, empresas e instituciones.
“No hay que pensar solamente en que alguien se haga cargo de los residuos electrónicos”, insistió Roberto Solís, de Valu Shred. “Se requiere que el tratamiento sea el adecuado”.