Considerada por los conservadores estadounidenses como un refugio contra la censura y la “cancel culture”, la plataforma de videos Rumble ha multiplicado su audiencia recientemente, convirtiéndose de paso en un importante vector de propagación de desinformación y teorías complotistas.
Menos de 10 años después de su lanzamiento, esta compañía canadiense reivindica unos 80 millones de usuarios activos mensuales, más del doble (+142%) de los que tenía a finales de 2021.
El sitio pretende ser una alternativa a YouTube, un terreno de juego de la libertad de expresión, menos estrictamente regulado que sus competidores. Rumble cotiza en Wall Street desde septiembre y está cotizada en $2.800 millones.
A diferencia de las redes sociales Gettr, Parler, Gab o Truth Social del expresidente republicano estadounidense Donald Trump (2017-2021), Rumble atrae a numerosos anunciantes y recibe una parte importante de sus ingresos de la publicidad (poco menos de 40 millones de dólares el año pasado), aunque sigue siendo una cifra incomparable con los casi 30.000 millones de dólares que ingresa YouTube.
Tanto Trump como el promotor de teorías complotistas Alex Jones o el supremacista blanco Nick Fuentes - estos dos últimos vetados de YouTube - se han dejado tentar y han abierto su canal en Rumble.
"Es realmente el único lugar en el que pueden encontrar autenticidad, punto. No la encontrarán en ningún otro lado" aseguró el fundador de la plataforma, Chris Pavlovski, durante la presentación de los resultados de la empresa el jueves.
Caja de resonancia
La plataforma, que se autoconsidera "neutra", se ha convertido según muchos en un hervidero de desinformación y teorías de la conspiración, en particular en cuanto al coronavirus y a la elección presidencial estadounidense de 2020 ganada por el demócrata Joe Biden ante Trump.
El documental del complotista de extrema derecha Stew Peters, intitulado "Died Suddenly" ("Murió repentinamente") que relaciona, de manera empírica y sin respaldo científico la vacunación contra el covid-19 con la muerte de jóvenes, ha sido visto más de 18 millones de veces.
En septiembre, el actor británico Rusell Brand se mudó a Rumble luego de que uno de sus videos fuera retirado por YouTube por contener errores factuales sobre el coronavirus.
"Crean una caja de resonancia en la que hay muy poco contenido de izquierda", explicó Megan Squire, investigadora sobre el extremismo en la Southern Poverty Law Center, organización de defensa de los derechos humanos. "Realmente ha adquirido una marcada orientación de derechas", consideró.
El sitio de análisis de medios NewsGuard observó el año pasado que cerca de la mitad de los resultados que propone la plataforma en búsquedas sobre las elecciones legislativas estadounidenses de noviembre provenían de fuentes no confiables.
Rumble asegura que modera contenidos y veta a los que contienen obscenidades, o cuyos autores se dedican al acoso o al "doxxing": la divulgación en línea de datos e información personal sin el consentimiento de las personas afectadas.
Aunque Rumble probablemente no logre nunca el nivel de influencia de YouTube, tiene un alcance importante porque ofrece "un universo de noticias completamente diferentes" de las de las plataformas de video y redes sociales más frecuentadas, según Samuel Woolley, profesor en la universidad de Texas.
“Esto cambia profundamente la comprensión de las noticias y la información”, asegura el académico, ya que crea “un espacio en el que la verdad empírica puede ser debatida sin ser claramente refutada”.