En Costa Rica se recolectan alrededor de 600 toneladas por mes en desechos electrónicos, una cifra alimentada por el mayor acceso a los dispositivos y la frecuencia con que se cambian.
Computadoras, celulares, impresoras, cartuchos de tinta, cámaras y fotocopiadoras son parte de los residuos más comunes que se reciclan en el país.
Según datos del Ministerio de Salud, en Costa Rica hay 260 gestores autorizados, de los cuales 39 se dedican a la recolección de desechos electrónicos.
La legislación actual especifica que todas las empresas deben contar con un ente que se encargue de recolectar todos los desechos que su empresa produzca.
Fuera de las fronteras
En Costa Rica se realizan las etapas de recolección, almacenamiento, separación y clasificación de componentes.
El país todavía no cuenta con la tecnología para tratar los desechos electrónicos, por lo que los gestores se encargan de separar las piezas para luego exportarlos.
Jorge Valverde, subdirector de la dirección de Protección de Ambiente Humano del Ministerio de Salud, explicó que el reciclaje electrónico es relativamente nuevo en el país y las recicladoras han visto el potencial monetario de estos residuos.
“Puedo estimar que un 80% de los desechos electrónicos se manejan de manera adecuada”, afimó Valverde.
Según Gabriela Masís, encargada de mercadeo y ventas de Solirsa, hay una tendencia de aumento en desechos de equipo obsoleto como los monitores y televisores CRT.
De igual manera, el comportamiento de consumo y la vida útil de los aparatos más modernos tienden a ser más corta.
Ileana Barquero, subgerente general de Servicios Ecológicos M. B. B. S. A., afirmó que el consumo de las personas está cambiando y va de la mano con el avance de la tecnología.
Servicios Ecológicos M. B. B. opera desde el 2001 en el país, sin embargo la especialización del reciclaje electrónico comenzó en el 2008.
Como la producción está creciendo, es importante que las empresas desarrollen programas enfocados a la efectiva comunicación acerca de qué hacer cuando un dispositivo ya cumplió con su vida útil.
“Las campañas, publicidad, municipalidades y productores son los medios para informarle a las personas qué deben hacer con sus desechos”, añadió Valverde.
El Estado debe cumplir con la vigilancia en la protección ambiental y la salud de los habitantes, por lo que la ley para la Gestión Integral de Residuos (Ley GIR) responsabiliza importador de productos electrónicos durante todo su período de vida, incluida su disposición como residuo.
Las empresas deben ofrecer opciones para garantizar la recolección de los productos electrónicos, ya que requieren un manejo diferenciado, es decir no pueden tratarse como desechos comunes o ser enviados a los rellenos sanitarios.
Los desechos electrónicos contienen sustancias como arsénico, berilio, cadmio, cobre, plomo, níquel y zinc, los cuales causan graves daños al ambiente.