Con las redes móviles de quinta generación (5G) se recibirán servicios de datos de alta velocidad y, principalmente, serán posibles soluciones para las personas y las empresas en diferentes áreas y aplicaciones.
“El mayor impacto económico de 5G es en el sector productivo”, insistió Edwin Estrada, ex viceministro de telecomunicaciones.
En una finca se conectan sensores y otros dispositivos para automatizar sistemas de riego, determinar zonas de aplicación de fertilizantes o ubicar el ganado, bajo un concepto de smart farm. En turismo se tendrán conexiones inalámbricas de alta velocidad para las empresas, turistas y nómadas digitales.
En una fábrica se automatizan las operaciones, aprovechando tanto sistemas mecanizados como aplicaciones basadas en Automatización Robótica de Procesos (RPA, por sus siglas en inglés) y servicios en la nube para detectar en tiempo real cuellos de botella, errores, oportunidades de mejora y correcciones.
En parques industriales, campus universitarios, hospitales, centros comerciales, edificios o sitios de alta concentración de personas (estadios o gimnasios con eventos deportivos o conciertos) se posibilitan las comunicaciones y uso de servicios de datos móviles. A nivel de la ciudad se desarrollan servicios automatizados en transporte público, monitoreo de servicios de electricidad y agua potable, y autos inteligentes o autónomos.
Las firmas tecnológicas podrán testear sus diseños para clientes que piden soluciones en 5G y los fabricantes de componentes electrónicos en zonas francas podrán traer más operaciones para manufactura de dispositivos para esta tecnología. En todos los casos se podrá incrementar la eficiencia, la disponibilidad de información en tiempo real, la competitividad y los negocios.
Elizabeth Arroyave, vicepresidenta de la Cámara de Tecnología de Información y Comunicación (Camtic) y coordinadora del Capítulo de IoT 5G de esa misma organización, explicó que en la industria global diferentes fabricantes avanzan en el desarrollo de soluciones que aprovechan 5G para todos los sectores.
LEA MÁS: Tres tendencias y modelos de negocios que se generan con 5G para empresas
En el mercado ya se comercializan diferentes modelos de servicios con 5G, que requiere un diseño de red con una mezcla adecuada de frecuencias de nivel bajo, medio y alto del espectro radioeléctico.
Costa Rica va tarde, sin embargo. En el mejor escenario, los servicios de 5G se desplegarían en el territorio nacional hasta en tres años, si se cumple la instrucción del Presidente Rodrigo Chaves al Instituto Costarricense de Electricidad (ICE) y al Ministerio de Ciencia, Investigación, Tecnología y Telecomunicaciones (Micitt) de disponer en seis meses de las frecuencias que el Instituto tiene su poder y no usa en las bandas 2.600 MHz y 3.500 MHz para un concurso donde participen otros operadores.
“Hay que esperar para ver los alcances de la instrucción”, dijo Arroyave. “Lo idóneo es disponer de las frecuencias para una licitación”.
El resto del mundo no espera. El despliegue de servicios de 5G se aceleró en el último año. En la región hay 22 redes 5G y seguirán aumentando, desplazando a las de 4G a partir de 2023, según la organización 5G Américas. Andrés Santamaría, director general para América Latina de Aruba, una compañía de HP Enterprise, señaló que las mejoras de 5G (mayor ancho de banda, velocidad hasta 20 Gbps y menor latencia) se traducen en oportunidades de innovación y mejor experiencia para los usuarios.
“No puede ser que el ICE se pare en la escoba”, alertó Juan Manuel Campos, director general de Ciber Regulación. “Se debe cumplir con el Tratado de Libre Comercio con Estados Unidos y con la legislación que estipulan que el país tiene que garantizar las condiciones para la competencia y el avance tecnológico”.
Tanto Camtic como la Cámara de Infocomunicación y Tecnología (Infocom) y el Colegio de Profesionales en Informática y Computación (CPIC) valoraron positivamente la orden de Chaves, aunque con reservas hasta no ver la instrucción.
Marco Acuña, presidente ejecutivo del ICE, respondió el pasado 10 de mayo que Grupo ICE contribuirá en la implementación rápida y eficaz de 5G en Costa Rica.
Mezcla funcional
Para que exista un despliegue adecuado de la red 5G, en condiciones equilibradas y competitivas, se requieren frecuencias de bandas bajas, medias y altas.
“Una condición indispensable para asegurar esta competencia efectiva en un futuro en 5G, es que las bandas de espectro estén equilibradas entre los operadores y que las frecuencias sean concesionadas siguiendo mecanismos transparentes”, dijo José Gutiérrez, director legal y de regulación de Cabletica-Movistar.
En el aire |
---|
Frecuencias necesarias para desplegar redes de 5G: |
Bajas: actualmente se disponen frecuencias en la banda de 700 MHz producto del llamado dividendo digital, producto de la migración a televisión digital. |
Medias: frecuencias de 2.300 MHz, 2.600 MHz y 3.500 MHz. Aquí el ICE posee títulos habilitantes en bandas 2600 MHz y 3500 MHz, que tienen mayor robustez que la de 2.300 MHz. |
Altas: son bandas conocidas como milimétricas ubicadas en 26 GHz y 28 GHz. Hay frecuencias disponibles. |
Fuente: Especialistas consultados |
Las frecuencias de bandas bajas (700 MHz) son ideales para zonas rurales, porque tienen una amplia cobertura y, aunque tienen menor robustez ya que no soportan alto tráfico, permiten la comunicación en zonas de poca población y en aplicaciones de smart farm. Costa Rica tiene frecuencias disponibles en este nivel a partir de la migración a la televisión digital.
En el otro extremo están las frecuencias de bandas altas, ideales para zonas de alta concentración de usuarios y dispositivos (centros comerciales, universidades, parques industriales, edificios y estadios) por su “ultra alta capacidad”. Este tipo de desarrollos se combinan y complementan con conexiones de fibra óptica y wifi 6.
A un operador le interesa contar con ambos tipos de frecuencias. Y también les interesa contar con frecuencias de bandas medias, recomendadas para zonas urbanas de alta densidad poblacional por la capacidad para el trasiego de grandes volúmenes de datos y para conectar mayor cantidad de dispositivos al mismo tiempo.
En las bandas medias es donde se ubican las frecuencias que la industria insiste se necesitan, como las de 2.600 MHz y de 3.500 MHz, y que son claves por diferentes razones.
Primero, porque —además de garantizar servicios en las zonas urbanas— los fabricantes de redes (Nokia, Ericsson o Huawei) y de dispositivos diseñan equipos en las frecuencias recomendadas por los organismos internacionales, generando economías de escala que luego se traducen en costos de servicios accesibles para los usuarios y empresas.
Segundo, porque disponer de frecuencias en estas bandas eleva el interés de los operadores y la puja por las frecuencias, un propósito que no debe perderse de vista, si bien Infocom alertó sobre la tentación de plantearse objetivos fiscales con la subasta. La cámara y CPIC recordaron que los recursos de las licitaciones de espectro se destinan al Fondo Nacional de Telecomunicaciones (Fonatel).
El estudio de mercado de la Sutel para 5G ya advirtió que las firmas interesadas manifestaron que participarían en un concurso si se disponen de las frecuencias en los niveles requeridos: bajo, medio y alto. Asimismo, que no consideraban la posibilidad de un esquema con un operador mayorista y el resto brindando servicios a partir de una única red. A las firmas no les resulta atractivo pasar a depender de un operador con una cultura monopolista arraigada ni de sus costos de interconexión.
La devolución de frecuencias de 2.600 MHz y 3.500 MHz que tiene el ICE y su subsidiaria Radiográfica Costarricense S.A. (Racsa) se basa en los múltiples estudios de Sutel que confirman que estas entidades no las están utilizando en parte o totalmente.
La solicitud de devolución de frecuencias en estas dos bandas no implica que el Grupo ICE se quedaría sin recursos del espectro en este nivel. En 2.600 MHz el ICE utiliza una parte de lo que tiene para su red de 4G, pero hay unos 100 MHz que podrían ponerse en subasta y que serían suficientes para otros operadores. Las de 3.500 MHz no se utilizan del todo, desde que Racsa dejó operar su fracasado proyecto de Internet inalámbrica de largo alcance con tecnología WiMax.
La existencia de un operador que concentre las frecuencias restaría competitividad al mercado de telecomunicaciones y tampoco sería atractivo para las otras industrias y sectores, que se verían a expensas de las tarifas que se impongan.
“Hay países que habilitaron poco a poco redes y servicios móviles, pero para una economía pequeña como la nuestra no se justifica”, recalcó Campos, de Ciber Regulación. “Costa Rica requiere presentar una oferta atractiva, con una mezcla de frecuencias, a los operadores interesados”.