Si bien es cierto que los hombres llevan la batuta en cuanto a participación en carreras relacionadas con ciencia y tecnología, en los últimos dos años las mujeres se han dejado sentir con aportes en estos nichos.
La brecha de género que hay en estas carreras paulatinamente se va acortando, aunque todavía falta para llegar a la igualdad.
En el 2016 del total de graduados en áreas de ciencia y tecnología, un 53% correspondió a mujeres y un 47% a hombres, según datos de la plataforma Hipatia del Programa del Estado de la Nación.
Esta tendencia de mayor participación femenina se ve reflejada desde el 2013 cuando la participación femenina fue de un 52%.
No obstante, al sumar el total del talento de los últimos 16 años, el total de mujeres en estas carreras queda muy por debajo de las de los hombres.
Las ciencias medicas es el área que concentró mas graduadas en el 2016. El 76% de quienes obtuvieron un título universitario en estas carreras fueron mujeres, frente a un 24% de varones.
En ciencias agrícolas la participación femenina para ese mismo año fue de 45%. Mientras que en ciencias exactas y naturales se vio un patrón similar al graduarse un 42% de mujeres y un 59% de hombres.
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La mayor diferencia de género se evidencia en las carreras de ingeniería y tecnología al tener una fuerza masculina de 63% de los graduados frente a un 37% de mujeres.
A pesar de este panorama, existen científicas y tecnólogas que han logrado darle sabor a un área con gran potencial profesional.
Yendry Corrales, ingeniera química; Patricia Sánchez, genetista, y Cornelia Miller, ingeniera forestal, son ejemplos de mujeres que han logrado emprender en campos tradicionalmente ocupados por hombres, y no solo han cumplido con llegar allí, sino también en marcar diferencia.
Dejar huella
La tendencia de brecha de género en carreras de ciencia y tecnología no es exclusiva de Costa Rica.
Los datos muestran que las carreras que típicamente siguen las mujeres son las ciencias sociales y ciertas áreas de las ciencias naturales o médicas. En contraste, los hombres se inscriben en las disciplinas tecnológicas y las ingenierías, así lo mostró el más reciente estudio del Observatorio Iberoamericano de la Ciencia, la Tecnología y la Sociedad, de la Organización de Estados Iberoamericanos.
Aunque el estudio reconoce que la contribución de las mujeres ha aumentado notablemente, en algunas áreas del conocimiento persiste una brecha de género que impacta en el reconocimiento, el acceso y la permanencia en puestos relevantes de la jerarquía y, desde luego, en la compensación económica.
Precisamente estos son parte de los obstáculos que han tenido que superar las científicas nacionales.
Yendry Corrales ha trabajado en Brasil, Alemania y Suiza y ha publicado en revistas de alto impacto internacional en las áreas de ciencia de materiales y nanotecnología. También ha ganado financiamiento por parte de países europeos para desarrollar proyectos de investigación.
Actualmente ella es investigadora sénior del programa de becas de mujeres en la ciencia –Fellowship Program for Women in Science– en el National Center of Competence in Research Bio-Inspired Materials de la Universidad de Friburgo, Suiza. Fue seleccionada entre cientos de mujeres de todo el mundo.
“En algunos casos el desarrollo de proyectos ha sido un poco más lento o difícil. Uno tiene que enfrentar y resolver ciertas situaciones en las cuales algunas personas encasillan las actividades para mujeres u hombres”, comentó Corrales.
En el área de ingeniería forestal, donde se desempeña Cornelia Miller, la especialista señaló que la equidad de género es lejana.
Miller tiene más de 19 años de experiencia en proyectos en el área de la geomática aplicados al desarrollo sostenible y manejo responsable del medio ambiente con un enfoque en la ciencia, la tecnología y la transferencia del conocimiento.
Desde el 2008 se desempeña como directora del laboratario Prias del Centro Nacional de Alta Tecnología (Cenat-Conare).
En el laboratorio tienen relaciones estratégicas con la NASA y con la Agencia Espacial Alemana, con la que trabajan en determinar la calidad del agua mediante imágenes satelitales.
“Las científicas tienen dificultades para ver su trabajo reconocido de manera equitativa. Desde el siglo pasado se han visto estos problemas. Hoy se ha avanzado en generar conciencia, pero todavía nos falta para llegar a la igualdad”, acotó Miller.
La científica considera que la creación de redes de apoyo, fortalecer la educación desde niñas y destacar las posibilidades que existen en la ciencia se puede impulsar la participación femenina.
En el área de tecnología de alimentos se ha mantenido una importante participación de mujeres. De hecho, en el 2016 se registró que se graduó un 79% equivalente a mujeres frente a un 21% de hombres, según datos de Hipatia.
En un inicio la participación de mujeres fue muy difícil, pero las cosas han cambiado, señaló Patricia Sánchez, coordinadora del Programa de Agromática, Seguridad Alimentaria y Slow Food del Área de Gestión Ambiental del Centro Nacional de Alta Tecnología (Cenat-Conare).
A sus 63 años, Sánchez continúa con su labor científica a pesar de ya estar pensionada.
Ella ha sido una de las principales asesoras en el proceso de denominación de origen para el queso Turrialba y la cerámica Guaitil (Guanacaste) ya que ha brindado acompañamiento y guía a los productores turrialbeños y a los artesanos guanacastecos para cumplir con los requerimientos técnicos que implica ese proceso.
Patricia realiza giras constantemente a diferentes zonas del país para conocer las realidades y necesidades de los productores locales y darles asesoría sobre cómo dar valor a sus productos, mejorar su calidad y comercializarlos de manera justa.
La experiencia de Sánchez la hace ver con optimismo el cambio de la sociedad, ella percibe que los jóvenes le perdieron el miedo a este tipo de carreras y eso ha permitido que no sea "tan difícil encontrar a una mujer en estos campos”.
Algunas áreas de ciencia han sido favorecidas por el incremento en la participación de mujeres, no obstante específicamente en las ingenierías es donde se nota el mayor rezago.
Por ejemplo, en ingeniería de información y comunicación la brecha es aplastante. En el 2016 se graduaron 1.143 hombres (77%) y 351 mujeres (23%).
"Los sectores deben instaurar de manera proactiva la paridad de género en el futuro del trabajo a través de la formación efectiva, el reciclaje de las capacidades y la mayor capacitación. Esto les beneficiará a largo plazo, ya que las empresas diversas tienen un mejor desempeño”, afirmó Saadia Zahidi, miembro de la Junta Directiva del Foro Económico Mundial.
El mensaje de las científicas es continuar con el trabajo y fortalecer la red de apoyo para ir cerrando las brechas en las áreas que se perfilan como el futuro del trabajo.
“El acceso a los recursos financieros para mujeres en general están en un segundo plano respecto a los hombres, siempre nos va a costar, tenemos que trabajar un poco más para vender la idea. La clave está en hacer trayectoria y estudiar”, dijo Miller.