
El Ministerio de Ciencia, Tecnología y Telecomunicaciones (Micitt) dice que la responsabilidad de mover las torres e instalaciones del Volcán Irazú es de las empresas concesionarias de telecomunicaciones, radio y televisión. Su tarea sería de apoyo.
“Estamos abiertos a colaborar en el proceso de coordinación para ayudar a buscar las mejores opciones”, respondió Franciso Troyo, director de espectro radioeléctrico y redes de telecomunicaciones del Micitt.
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La situación en la cima del Irazú, sin embargo, exige más que buenas intenciones para colaborar y, probablemente, demanda más agilidad y decisión política, ya que fueron los últimos acontecimientos los que movieron a las partes a conformar un “grupo de trabajo”.
La solución no es simple.
“Debemos explorar las posibilidades para una solución en conjunto”, dijo Saray Amador, presidenta de la Cámara Nacional de Radio y Televisión (Canartel). “Se podría llevar hasta dos años analizar y planear la reubicación, pues tiene que ser un sitio que permita cumplir con las coberturas exigidas en los títulos habilitantes”.
Según el mismo Micitt, en un comunicado de prensa enviado hace unas semanas, el 3 y el 4 de agosto pasados este Ministerio recibió una alerta sobre el aceleramiento de una masa inestable de terreno cerca de las instalaciones y torres en el Volcán Irazú.
La advertencia provenía del Observatorio Vulcanológico y Sismológico de Costa Rica (Ovsicori), perteneciente a la Universidad Nacional, y de la Comisión Nacional de Emergencias (CNE).
El Ministerio reenvió la alerta a los concesionarios tres días después. Luego, lo anunciado se materializó.
A finales de agosto pasado, un bloque de 25 millones de metros cúbicos se desprendió, lo que al fin motivó que el 3 de setiembre, un mes después del reporte de Ovsicori y la CNE, el Micitt convocara a un grupo de trabajo.
Se incluye ahí a la Cámara Nacional de Radio (Canara), la Cámara de Infocomunicación y Tecnología (Infocom), Canartel, la Superintendencia de Telecomunicaciones (Sutel), el Sistema Nacional de Áreas de Conservación (Sinac), Ovsicori y la CNE.
En realidad habían pasado cinco años desde que se diera la primera advertencia del Ovsicori y del CNE sobre la situación de los terrenos ocupados por las torres de telecomunicaciones y de las emisoras.

Línea vista
El Irazú históricamente es el sitio privilegiado para ubicar torres de transmisión de las señales de telecomunicaciones y de las emisoras de radio y televisión por la “línea vista”: no hay obstáculos para una amplia zona y para interconectar repetidoras que retransmitan las señales en otras regiones.
Al inicio “lo ideal” era estar a la orilla, dada la tecnología existente.
Cuando en 2015 se dio la primera advertencia sobre los problemas del terreno donde se ubican las torres, y ante cualquier eventualidad del mismo volcán, se habló de reubicarse en otro sitio alrededor del Valle Central.
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Sin embargo, varias emisoras se trasladaron a nuevas instalaciones construidas en el mismo volcán.
No fue sencillo debido a los procedimientos y ritmos de las instituciones involucradas. Las demoras en los permisos, especialmente en la Secretaría Técnica Nacional Ambiental (Setena), incluso exigió la intervención del Micitt.
Amador explicó que tener un sitio conjunto, al que se orienten las antenas de las viviendas, es necesario en especial para los hogares que reciben radio y televisión sin costo y vía señal abierta. Cualquier traslado debería ser, por las mismas razones, en conjunto y con alguna sincronización.
El sitio debe contar, aparte de la ubicación ideal, con infraestructura vial y de servicios (electricidad y agua). Algunas opciones estarían dentro de áreas de conservación ambiental.
Durante los años anteriores el proyecto no avanzó debido a las mismas dificultades que vive la industria, desde los cambios en la publicidad, que afectan los ingresos de las emisoras, hasta los problemas para rediseñar el modelo de negocios y la falta de una visión conjunta.
Tanto desde el punto de vista tecnológico como de mercado, sin embargo, las condiciones cambiaron en estos años y podrían facilitar la reubicación.
En primer lugar, la tecnología actual no exige que cada emisora tenga que construir sus propias instalaciones. Pueden compartir edificio, cada emisora con su propio espacio, y pueden compartir torres.
En segundo lugar, en el mercado existen empresas que se encargan de construir las instalaciones y mantenerlas, por lo que las emisoras no tendrían que realizar altas inversiones y solo tendrían que pagar un monto mensual o anual, si lo prefieren, de alquiler.
Amador dice que en algún momento se planteó que el Sinart podría realizar la inversión, pero por la falta de recursos de esta institución se descartó.
La pandemia del COVID-19 desplazó, sin embargo, las preocupaciones sobre los problemas en el Irazú.
Hasta que se desprendió la ladera, se cayó la torre de radio Fundación, aumentó el riesgo para la torre de canal 13 y se dio la alerta de que los problemas del terreno siguen extendiéndose en la cima del Irazú.

Responsabilidades
Canartel insiste que en la zona afectada por los deslizamientos se encuentran instalaciones de emisoras que ya no se usan, pero que no se desmantelaron por los costos, primero, y el riesgo, actualmente.
Únicamente canal 13 estaba trabajando en la torre que está en riesgo de caer al precipicio.
El Micitt, sin embargo, indicó que se trabajaba en el restablecimiento de los servicios que fueron afectados por la caída de la ladera.
La misma institución dice que el informe de Ovsicori y de la CNE detalla la existencia de nuevas grietas y movimiento en áreas donde existe infraestructura de telecomunicaciones.
El Micitt es claro que la responsabilidad de una eventual reubicación es de los concesionarios, previas gestiones ante diversas entidades y ante el mismo Ministerio, que autoriza el “traslado desde la perspectiva de las telecomunicaciones y el uso del espectro”.
Troyo reconoció que una solución conjunta (entre concesionarios) tiene ventajas y eficiencias, como poder compartir infraestructura, y que al Ministerio le corresponde el “rol de articulación interinstitucional”, para lo cual está en disposición de colaborar.
Por ahora el retiro de torres y otras instalaciones en la zona de riesgo lo autoriza la CNE y el Sinac.