Erick Irias, Diego Chacón y David Jiménez son tres estudiantes de diferentes áreas de tecnología que se unieron para desarrollar una solución de casas inteligentes de fácil implementación, alta eficiencia y muy económica.
Además, crearon un servicio en la nube y una aplicación para la gestión y monitoreo desde una computadora, una tableta o un teléfono inteligente (smartphone).
Ellos fundaron la empresa Sistemas Inteligentes y Desarrollos S. A. (Sidsa) y con la ayuda de Gonelli Blanco, de Arkon Arquitectura, implementaron la solución en una vivienda de Pozos de Santa Ana que se halla en remodelación, bajo la dirección de esta segunda firma.
“La virtud del sistema es que fácilmente se adaptó a lo que había en la vivienda y que es de bajo costo”, recalcó Blanco.
Así ahora es posible para los propietarios de viviendas, condominios y oficinas contar con sistemas automatizados de iluminación, aires acondicionados y abanicos, riego de jardines, seguridad, audio y video, y apertura de portones, puertas, persianas y ventanas, entre otros. Además, se puede ver las estadísticas de consumo de electricidad, agua y gas, así como los datos de uso de instalaciones y hasta lo que ha consumido en el refrigerador.
Los costos de las soluciones más elementales de iluminación disponibles en el mercado local van desde los $300 y el desembolso final está ligado a las necesidades y deseos de los propietarios. recuadro “Planos...”.
“Depende de lo que se quiera”, recalcó Ernesto Lugo, director general de Cotisa, firma que también vende dispositivos y ofrece soluciones de casas inteligentes.
Hace 10 años un sistema básico iba desde los $2.000 y algunos presupuestos llegaban hasta los $100.000, que incluían cuartos para armarios o racks para intalar ahí servidores y módems.
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Con lo que hay en la ferretería
Hoy una solución básica de iluminación cuesta unos $300.
Si se colocan sensores de presencia (encienden y apagan luces cuando alguien entra y sale de una habitación) y se complementan con unos dispositivos conocidos como deamer (lo hay con bluetooth para control desde una tableta o smartphone), además de un sistema de audio y video pueden sumar $1.000, de acuerdo con Pamela Castro, asistente de ventas en Almacenes Mauro.
Es el mismo costo para una solución con insumos de otras reconocidas firmas globales.
Por ejemplo, Arte en Luz es una empresa enfocada en soluciones de iluminación e integración con audio, video, aire acondicionado, motores y cortinas, entre otros. Acá también se ofrecen paquetes de iluminación para cinco u ocho zonas con control desde el smartphone o desde la tableta. Los precios van de $1.000 a $3.000, indicó Ileana Alfaro, directora de Arte en Luz.
Lugo, de Cotisa, también indicó que un sistema básico de casa inteligente puede costar $1.000, aunque algunos paquetes con más funcionalidades pueden sumar unos $5.000.
En el caso de Sidsa la solución básica cuesta 60% menos porque aprovecha las instalaciones eléctricas y controles que ya se tienen en las viviendas (en especial si cumplen los requerimientos del código eléctrico del 2008).
Para hacerlo posible se crea un enlace y una interfase colocando una tarjeta en el equipo o en su conexión eléctrica. Además, se crea una red inalámbrica wifi o de tipo Ethernet (un estándar de red local).
Si se desea control de los sistemas desde fuera de la casa, incluso cuando esté en otro país, se necesita una conexión a Internet de 1 Mbps como mínimo. Agregarle cámaras de vigilancia requeriría un enlace de 3 Mbps.
Si no tiene Internet, cuando el usuario está cerca de la casa su smartphone o tableta detecta y se conecta a la red wifi o Ethernet.
Con eso el usuarios puede abrir el portón e incluso encender las luces o el audio desde su vehículo.
En la práctica estas facilidades permiten adaptar los equipos e instalaciones eléctricas mediante lo que hoy se conoce como Internet de las cosas.
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Coeficiente de inteligencia
¿Para que le sirve todo eso? La cantidad de utilidades o beneficios de este tipo de tecnologías aplicadas en viviendas son innumerables. Van desde las más simples, por pura comodidad, hasta las que incluyen seguridad.
Por ejemplo, si ya se acostó o si ya salió de la vivienda la aplicación de Sidsa le permite comprobar si dejó apagada la cocina o la plancha. El sistema muestra en la app, los dispositivos que están consumiendo energía. Desde el smartphone o la tableta puede ordenar la desconexión del dispositivo. Lo práctico, en cualquier caso, es que podrá dormir o seguir su camino con tranquilidad.
También puede programar el ambiente, música, video y hasta la parrilla de gas o eléctrica para sus fiestas o reuniones.
Los sensores también detectan si alguien se encuentra en la vivienda y activa la alarma si es un desconocido.
Los sistemas de cámaras también le permitirán comprobar el estado de los menores de edad o de adultos mayores. Y si alguien sufre un accidente, pero está lejos de un teléfono, un sistema de micrófonos capta el pedido de auxilio y genera la comunicación de emergencias de acuerdo con los protocolos o reglas que se establezcan.
Aquí se aprovechan de la misma tecnología de Siri de Apple o de Google Now, que registran, responden y activan funciones por comandos de voz.
En el caso del sistema de Sidsa no se requieren dispositivos ultramodernos. Sin embargo, se pueden aprovechar electrodomésticos avanzados, como las refrigeradoras con Internet para ver desde la app lo que hace falta comprar cuando usted se encuente en el supermercado.
“Hasta ahora el problema para la difusión de las casas inteligentes ha sido el costo. Ahora podemos transformar una vivienda con su cableado, dispositivos y equipos actuales”, afirmó Erick Irias, fundador de Sidsa.
Planos para elegir
Usted puede escoger entre dos niveles de uso de la tecnología:
Casa automatizada
Se programa horarios: de encendido de luces, audio y video, apertura de persianas y ventanas, riego de jardín, portones y puertas, etc.
Se instalan tarjetas en equipos para conectarlos al sistema y mediante interfases creadas implementar la gestión de sistemas y equipos.
Casa inteligente
Con sensores: A la vivienda automática se le agregan sensores que detectan ingreso o salida de personas y activan luces, audio o sonido.
Monitoreo: Con los sistemas web y la app se controlan y se introducen los protocolos; además se pueden tener estadísticas de consumo y uso.