En la empresa Ampo Ltda., dedicada a materiales de oficina como los conocidos archivadores, está probando una solución para monitorear la eficiencia y realizar mejoras en el proceso de producción.
La solución incluye un software que ayuda a tener y gestionar la información en tiempo real de cada línea y máquina de fabricación de productos, incluyendo datos de volumen de manufactura en diferentes momentos (por hora, día, semana o mes).
Los datos son obtenidos mediante un dispositivo de Internet de las cosas (IoT), integrado al software, que utiliza sensores colocados en cada línea para detectar y registrar la cantidad de unidades producidas.
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Los encargados pueden verlos desde sus equipos y dispositivos móviles, incluyendo tablets en la planta.
La solución fue desarrollada por la firma costarricense Automatización Avanzada S. A. (AASA) y también se prueba en plan piloto en otras tres firmas de dispositivos médicos ubicadas en el país.
La implementación de tecnologías de IoT, robótica e inteligencia artificial gana terreno en la manufactura, más allá de la mecanización tradicional de equipos y procesos, de la mano de soluciones genéricas importadas o de otras diseñadas y fabricadas por proveedores locales a la medida en el país que ganan confianza.
“Trabajar con la industria médica ha permitido probar nuestra capacidad”, recalcó Erick Silesky, director general de AASA.
Un informe de la Comisión Económica para América Latina (Cepal) recordó que la manufactura avanzada en expansión es el resultado de la evolución de las tecnologías de operación a las nuevas plataformas tecnológicas.
Así se avanza de procesos de automatización especializada en las fábricas, con una robotización aislada y estandarizada, a modelos con procesos más complejos, autónomos y robotizados que abarcan toda la cadena de valor de los productos.
Fábricas digitalizadas
Los cambios en la tecnología de la manufactura se dan a nivel de software y hardware, incorporando nuevas plataformas tecnológicas, como la IoT, la robótica y la inteligencia artificial.
Se incluye la computación en la nube (con su inmensa capacidad de almacenamiento), la impresión 3D (que reduce 12 veces el tiempo para crear un modelo) y la gestión y análisis de datos (big data).
José Salas, asesor en talento humano de la Cámara de Industria de Costa Rica, indica que la incorporación de estas plataformas exige la capacitación de nuevos recursos, para lo cual son críticos los programas de educación dual dado los costos de adquisición de equipos.
Asimismo la robotización puede implicar el desplazamiento de empleos, por lo que es necesario anticiparse con la capacitación de los colaboradores.
“En la mayoría de las ocupaciones solo se necesitará capacitación en dos o tres competencias para determinados puestos”, afirmó Salas.
Para las empresas locales el reto no es sencillo. Algunas dedican recursos a investigar y desarrollar soluciones, especialmente a nivel de software, otras a importar equipos y una buena parte no invierte.
Los principales desarrollos de robotización y desarrollo tecnológico ocurren en el país en firmas de zona franca y en especial de ciencias de la vida, donde los cambios de equipos se presentan cada dos meses (en informática ocurrían cada tres años).
De rebote han surgido algunas compañías que son proveedoras de servicios de mantenimiento de equipos al tiempo que, con lentitud, los servicios de diseño físico han evolucionado a “diseño intelectual”.
Un estudio de la firma Manpower Group reveló que el 89% de los empleadores locales de diferentes sectores mantendrán o aumentarán el número de empleados, pese a implementar nuevas tecnologías en sus operaciones.
Otro estudio de la Comisión Asesora de Alta Tecnología (Caatec) encontró que en los sectores de tecnologías de información y servicios offshore se tenían planes pilotos o estaban en etapas intermedias de automatización de tareas.
Evolución
Tales cambios han estado en el radar y en la ruta que seguida por AASA.
Durante buena parte de sus 17 años, esta compañía ofreció servicios para integrar equipos, máquinas, hornos, plantas de tratamiento y sistemas de riego, entre otros. La exigencia era a nivel de electrónica.
En el año 2012 AASA decidió incursionar en el desarrollo de máquinas integradoras y robots, lo que exige la integración de la electrónica, mecatrónica, diseño e ingeniería industrial y computación. La firma cuenta con 24 personas, la mayoría de ingeniería.
La firma también ha adoptado importantes certificaciones internacionales de calidad, que también son exigidas por los clientes.
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Aunque cuenta con clientes en la industria de corrugados (conversión del papel), alimentos y bebidas, e incluso en banca (para automatización de procesos internos). La mayor parte de los proyectos que desarrolla viene de la industria de dispositivos médicos.
Incluso de las casas matrices de algunas de estas compañías, ubicadas en Estados Unidos, les han solicitado la fabricación de equipos especializados y a la medida de sus requerimientos.
“Hemos resuelto complejidades tecnológicas que otros proveedores no han podido atender”, afirmó Juan Carlos Brenes, director de ventas de AASA.
Las nuevas tecnologías, como la inteligencia artificial, le brindan a un brazo robótico una mayor versatilidad para cumplir las tareas que se le encomienden en cualquiera de esos sectores.
Silesky y Brenes sostienen que una solución como la que se prueba en AMPO pueden ser utilizadas por pequeñas empresas que cuenten con líneas de producción estandarizadas, por sus bajos costos de adquisición y mantenimiento.
También puede utilizarse en agroindustria, donde la IoT ya se viene usando para monitoreo de cultivos, entre otros.
No es el único proyecto de desarrollo que implementa. Junto con el Centro de Investigación de la Escuela de Mecatrónica del Instituto Tecnológico de Costa Rica se desarrolla un brazo robótico.
La iniciativa es financiada con fondos no reembolsables del programa de innovación del Ministerio de Ciencia, Tecnología y Telecomunicaciones.
La empresa también decidió invertir en el desarrollo de soluciones de plasma para purificación (aire y agua) y eliminación de desechos, a través de un spin off llamado Plasma Innova desde hace tres años.