La ambición de Mark Zuckerberg de hacer de Facebook una red social que conecte al mundo dio lugar al nacimiento de un gigante informático que hoy se encuentra amenazado por el escándalo sobre el uso ilícito de información personal de millones de usuarios.
Las últimas revelaciones acerca de que la empresa británica Cambridge Analytica (CA) se valió de datos de los usuarios de Facebook para manipular campañas electorales, se suman a las acusaciones de difusión de informaciones falsas y ensombrecen la imagen del grupo.
Zuckerberg, de 33 años, creó Facebook desde su dormitorio en la Universidad de Harvard en 2004, cuando tenía tan solo 20 años. Menos de tres lustros más tarde, la red social dispone de datos de unos 2.000 millones de usuarios en el mundo, algo que los publicistas pueden aprovechar para focalizar mejor sus mensajes, principal fuente financiera de la empresa.
Muchas veces elogiada, ya sea por su capacidad para conectar personas o por contribuir a la democratización de la sociedad, Facebook se enfrenta ahora a un duro aterrizaje en la realidad.
LEA MÁS: "Facebook se ha convertido en un canal muy ineficaz para las empresas"
“En 2011 sentía que las tecnologías numéricas eran democráticas por naturaleza y alimentarían revoluciones democráticas en el mundo”, indica Dannagal Young, profesora de la Universidad de Delaware especializada en redes sociales.
Si bien contribuyó a movimientos como la primavera árabe, “Black Lives Matter” o ”MeToo”, las revelaciones relacionadas con CA echan luz sobre una cara mucho menos presentable de la red social.
“La gente que utiliza estas plataformas no comprenden su modelo económico”, estima Young. “No entienden que todo lo que hacen y comparten tiene un valor mercantil”.
Regulación
Si las redes sociales funcionan esencialmente sin moderación ni filtros y permiten a todo usuario manifestar su opinión, la comercialización de los datos de esos usuarios puede tener efectos perversos.
La reputación de Facebook comenzó a decaer en 2016, cuando se ventiló por primera vez la injerencia rusa en las elecciones estadounidenses de ese año por medio de la propagación de falsas informaciones a través de la red social.
LEA MÁS: Siete ajustes para mejorar su posicionamiento en Facebook luego del cambio de algoritmo
El acceso de CA -ligada a la campaña electoral de Donald Trump- a los datos personales de 50 millones de usuarios sin el consentimiento de éstos está suscitando protestas y demandas de investigaciones a ambos lados del Atlántico.
La empresa negó haber utilizado esos datos para favorecer la llegada del magnate republicano a la Casa Blanca.
Zuckerberg, cuya gira por Estados Unidos en 2017 dio lugar a especulaciones sobre sus ambiciones presidenciales, hizo público su deseo de construir una “comunidad mundial” que involucre a aquellos decepcionados por las instituciones políticas tradicionales.
Pero los obstáculos en su empresa lo llevaron a pensar que su misión actual debía concentrarse en reparar la red social.
Emily Vraga, profesor en Comunicaciones en la Universidad George Mason, admite que Facebook se ha esforzado mucho en estos últimos meses para eliminar las falsas informaciones.
“Me gustaría, de todas maneras, que hiciera más, como, por ejemplo, hacer que el algoritmo de Facebook sea accesible a los investigadores e incluso al público, para que esté más informado sobre el modo de funcionamiento de la red”.
Roger Kay, analista consultante en tecnología de la firma Endpoint Technologies Associates, subraya que Facebook enfrenta un fenómeno que afecta también a otras empresas digitales.
Las redes sociales “comienzan a ser percibidas como un medio formidable para conectar a la gente que luego son contaminadas por agentes perturbadores”, observa.
Sería imposible para Facebook examinar todos los contenidos que transitan por la red y eliminar los que no deberían estar allí, apunta el analista.
“No se puede limpiar algo que cuenta con 2.000 millones de usuarios. No habría gente suficiente para hacerlo”, y si “se bloquea contenido, la gente se alejará”, advierte Kay.
Y agrega que “Facebook contribuye al problema pero no es su causante. El problema es la huella digital a largo plazo”.
Young, en tanto, considera que es posible que 98% de la gente de Facebook actúe de buena fe, pero no se necesita mucho para boicotear todo el sistema.
Para Young, una solución podría consistir en que los usuarios presten más atención a la protección de sus datos personales y a lo que comparten.
“En tanto usuarios, tenemos más control del que creemos. Si un número considerable de usuarios cambiara sus parámetros, Facebook se vería obligada a responder. Creo que hay una solución, pero requiere de mucha educación”, concluye.
En este contexto, la red social dijo el martes estar escandalizada tras haber sido engañada por Cambridge Analytica y aseguró entender la gravedad del problema.
La compañía expresó su determinación en aplicar enérgicamente sus políticas para proteger la información privada y tomar las medidas necesarias para garantizar que esto ocurra.