Las empresas de delivery galopan con toda fuerza al ritmo de los unicornios. Tanto Rappi como Glovo, alcanzaron el valor de más de $1.000 millones, y Hugo se quiere meter en esta carrera.
Su estrategia se basa en ofrecer a través de una aplicación entregas de comidas, compras en supermercados, farmacias y otras diligencias que necesitan de un proceso de logística.
Facilidad, practicidad y rapidez son las características de este tipo de firmas, las cuales dependen de la movilidad de productos, pero que no tienen en sus activos ni un solo vehículo.
Su negocio se basa en contar con un músculo de repartidores que trabajan por conveniencia, y establecer múltiples alianzas con los comercios para aumentar su oferta y cobertura.
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Lo que llama la atención de las compañías que ingresan a este negocio es que en un corto periodo levantan jugosas rondas de inversión y alcanzan una cotización que muchas compañías del todo no lo logran o que a otras les tarda años cumplirlo.
Esta fórmula de éxito en las entregas a domicilio a través de plataformas como Uber Eats, Deliveroo, Just Eat o Glovo, crecerá a doble dígito anual en Europa, hasta alcanzar una facturación de $25.000 millones en el año 2023, estimó la consultora Deloitte en su estudio El impacto de las plataformas de ‘delivery’ en el sector de los restaurantes.
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Inversión crece como espuma
Para convertirse en unicornio, el aspecto fundamental es captar millones en rondas de inversión.
Así lo hizo Rappi, firma colombiana que fue fundada en el 2015 y tan solo tres años después de comenzar a operar, logró la anhelada valoración de $1.000 millones. Ahora están enfocados en continuar con la expansión de sus operaciones.
Esta firma ya se estableció en nueve países y 70 ciudades.
La compañía comenzó operaciones en Costa Rica en octubre pasado con una oferta que se basa en ofrecer todo tipo de envíos a domicilio.
La inversión que hizo Rappi para entrar al país fue de $2 millones y esperan facturar $10 millones para este 2020.
El turno de subir al podio de unicornios llegó a Glovo en diciembre, al obtener una nueva inversión de $167 millones, liderada por Mubadala, con el apoyo adicional de sus inversores anteriores: Drake Enterprises, Idinvest y Lakestar.
Con este empujón, Glovo llegó a los $1.000 millones y con esto espera consolidar su operación en 26 países distribuidos en Europa, América Latina y África.
Esta empresa española anunció la contratación de 300 nuevos ingenieros para continuar con la mejora en la experiencia para los usuarios, reducir los tiempos de entrega y fortalecer sus alianzas con los comercios.
Hugo tiene este sueño dorado de pertenecer al selecto grupo de startups.
“Esperamos seguir consolidando los actuales mercados de operación, superar el crecimiento exponencial de 2019 del 600% e iniciar la expansión en al menos dos países suramericanos”, afirmó Alejandro Argumedo, CEO y cofundador de Hugo.
Esta firma es de capital centraomericano y su visión es que los repartidores se conviertan en los asistentes personales de sus clientes.
Hugo además lanzó el servicio de transporte de personas en El Salvador con apoyo de inversionistas y directivos relacionados con Taxify, hoy conocida como Bolt –plataforma de Estonia y con presencia en 30 países y 25 millones de usuarios–.
“No descartamos replicar este servicio en otros mercados del área de operación”, agregó Argumedo.
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Propuestas de diversificación
La interrogante es si el mercado es capaz de albergarlos a todos.
La propuesta de estos unicornios es bastante similar. Ellas no solamente se ven como una empresa de entregas, sino que están interesadas en diversificar sus servicios con ayuda de la tecnología.
Lo que llama la atención es que los servicios por los que apuestan son básicamente los mismos.
Tanto Glovo como Rappi tienen como plan ofrecer en Costa Rica el servicio de micro movilidad con una flotilla de patinetas eléctricas tipo scooter.
Además tienen proyecciones de instalar dark kitchens o “cocinas fantasmas”, que serían construidas y equipadas por estas empresas para luego alquilarlas a restaurantes.
Con las dark kitchens, los restaurantes pueden ampliar su área de cobertura de reparto sin tener que invertir en la instalación de un local completo.
El traslado de dinero de efectivo también es parte de la apuesta de ambas. El servicio consiste en que el usuario indica a través de la aplicación cuánto dinero necesita, se le debita electrónicamente, y en cuestión de minutos un repartidor llega con dicho monto.
Glovo desea incursionar en el servicio de lavandería, tal y como ya lo hace la aplicación Mr Jeff.
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Aún con apuestas similares, los inversores le están apostando a este tipo de negocios.
“Desde la perspectiva de un inversionista estas compañías son atractivas por el volumen de clientes a los que tienen acceso y, su potencial de crecimiento rápido basado en la característica de replicarse con facilidad y tener perfiles muy amplios, ya que cualquier persona u organización necesita un delivery rápido y fácil”, señaló Allison Quesada, gestora de alianzas de la incubadora Auge.
El mundo de los unicornios pareciera ser de fantasía, pero no lo es. Alcanzar esta millonaria cifra no garantiza el éxito; estas compañías enfrentan el enorme reto de continuar innovando.
Las firmas tienen que desarrollar un negocio que gire en torno a un producto o servicio disruptivo que logre introducir alguna solución innovadora a un mercado grande y crear una organización que camine hacia ese objetivo.
El problema con estas firmas altamente innovadoras es que suele ponerse en duda su sostenibilidad de la facturación y su futuro.
En Costa Rica, las marcas locales han tenido la mala fortuna de no sobrevivir al negocio del delivery.
Entre ellas se encuentran Qué comemos, Apetito 24, Eats On y recientemente Go Pato, que cerró su línea de entregas para desarrollar su tecnología y utilizarla para darle soluciones a terceros.
Estas compañías afirmaron en su momento de cierre, que la guerra de precios, agresivas campañas de mercadeo y áreas de cobertura que ofrecen gigantes como Uber Eats, Glovo y Rappi, hicieron que el negocio no fuera sostenible.
“La fórmula de éxito está asociada a las habilidades del equipo emprendedor para diagnosticar el problema abordarse y la capacidad de permanecer conectados con los clientes, para la mejora de la solución o el desarrollo de una nueva”, explicó Quesada.
El éxito de este tipo de negocios seguirá dependiendo de la agilidad que tengan los emprendimientos para responder a los desafíos y oportunidades que se presentan.
De lo que no hay duda es que los unicornios tienen más herramientas con qué competir y desarrollar nuevas ideas.
La ventaja de este tipo de compañías es su flexibilidad y rapidez de respuesta, características que hacen que le tomen ventaja a las grandes compañías tradicionales o bien, instalar en el mercado nuevos servicios.
Aunque el término unicornio comenzó a acuñarse en el 2013 por la rareza de encontrar a un negocio con estas características, hoy pareciera que no es tan difícil encontrarlos. Antes podían ser escasos, pero actualmente en un mundo digitalizado, el espectro de innovación crece exponencialmente.
Lecciones por aprender |
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Desarrolla una propuesta que brinde valor a cada uno de los involucrados en el modelo de negocio. |
No subestimar el problema a resolver. |
No necesariamente “la solución” va estar enfoca a solucionar el problema central, se enfrentarán a otros problemas relacionados que deberán de ser abordados sin perder el foco. |
El desarrollo de un sistema de seguimiento de métricas, para poder tener una línea base para la toma de decisiones oportunas. |
La actualización y desarrollo tecnológico constante para mantenerse en tendencia, considerando su servicio como “en construcción” constante. |
Fuente: Allison Quesada, gestora de alianzas de Auge. |