El laboratorio de irradiación gamma que inaugura este jueves el Instituto Tecnológico de Costa Rica (ITCR) tendrá aplicación en el sector productivo (para el mejoramiento de cultivos, por ejemplo), en salud y hasta en cultura.
"La emisión controlada de rayos gamma de alta intensidad se utiliza para diversos fines. Por ejemplo, para reducir la cantidad de bacterias y hongos en materiales y alimentos, lo que alarga su vida útil", explicó Miguel Rojas Chaves, coordinador del Centro de Investigación en Biotecnología del ITCR.
Rojas agregó que este tipo de irradiación de alimentos es permitida en Costa Rica desde 1994, según lo estipula la norma NCR 167.
"Los proyectos a realizar pueden ser de ciencia básica, aplicada y prestación de servicios", afirmó Rojas.
El especialista explicó que se trata de un laboratorio de irradiación gamma multipropósito, cuyo elemento central es un irradiador autoblindado Ob-Servo Ignis, cuya fuente radioactiva es cobalto 60 con una actividad de 12 mil Ci (curies).
Esto permite una emisión controlada de rayos gamma de alta intensidad.
La radiación gamma o rayos gamma es un tipo de radiación electromagnética constituida por fotones, producida generalmente por elementos radiactivos o por procesos subatómicos. También se genera en fenómenos astrofísicos.
Debido a las altas energías que poseen, los rayos gamma constituyen un tipo de radiación ionizante capaz de penetrar en la materia más profundamente que la radiación alfa y la beta. Permiten esterilizar equipos médicos y alimentos gracias a esta potencia.
Rojas destacó que en este momento, esta es la primera unidad de irradiación recargable de este tipo que existe en el país y cuenta una cámara de irradiación de cinco litros.
Explicó que las fuentes de cobalto pueden ser recargadas, pues la empresa fabricante posee la tecnología de extraer en el mismo sitio aquellas cuya actividad haya decaído a un nivel bajo para su uso y, a su vez, colocar fuentes radiactivas nuevas.
El laboratorio de irradiación gamma se une a otro de biotecnología inaugurado en el 2015 por el ITCR.
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Servicios empresariales, salud y cultura
Este laboratorio tendrá aplicaciones en el área productiva, como en el campo vegetal, donde el uso del equipo permitirá aumentar la eficiencia y acortar el periodo de creación de nuevas variedades.
La tecnología también se emplea para el mejoramiento de cultivos producidos por semilla (como algodón, trigo, maní, maíz y arroz) y de cultivos propagados vegetativamente (árboles frutales, palma aceitera, piña y papa).
Y hay otras áreas de aplicación.
En el campo médico la herramienta permitirá el funcionamiento, por ejemplo, de un banco de tejidos en Costa Rica, ya que se podrán radioesterilizar diversos tipos de tejidos cadavéricos como piel, huesos o válvulas cardiacas para mejorar el tratamiento de enfermedades crónicas o de accidentes.
La investigación y desarrollo de nuevos materiales se podría incrementar al disponer de altas dosis de radioactividad, pues será posible crear nuevos polímeros o sistemas poliméricos (por ejemplo, hidrogeles) para aplicaciones biomédicas e industriales.
Así las empresas a las cuales se daría el servicio de irradiación gamma pueden ser de los sectores agrícolas, biomédicas y hospitalarias.
También en el campo cultural se puede aplicar la radiación, por ejemplo en manuscritos antiguos de gran valor histórico, para evitar su deterioro por microorganismos y evitar el uso de preservantes químicos.
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Inversión
La adquisición de este equipo la realizó directamente el Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA), por lo que se exigieron las normas de seguridad y funcionamiento más estrictas a nivel mundial para este tipo de irradiadores.
Este es un proyecto cofinanciado que de momento alcanza a $457.000, para el cual el ITCR invirtió $285.000 en el equipo e infraestructura.
De parte del OIEA se espera obtener apoyo para otra misión de experto, un curso de capacitación y equipos adicionales de dosimetría.
El laboratorio está ubicado en el costado suroeste del campo frutícola del Centro de Investigación en Biotecnología (CIB), donde se construyó la edificación para ese fin.
Rojas afirmó que ya se dispone del permiso del Ministerio de Salud para la operación del equipo. "Por tratarse de un irradiador autoblindado, el edificio no requiere de medidas de seguridad adicionales", indicó. "Precisamente, el peso del aparato, de nueve toneladas, se debe en su mayor parte al blindaje de plomo que posee".
Asimismo las personas que operarán el irradiador ya cuentan con sus dosímetros personales, los cuales miden las tasas de radiación. Estos serán analizados mensualmente por parte del Centro de Investigación en Ciencias Atómicas, Nucleares y Moleculares (Cicanum), de la Universidad de Costa Rica.
Rojas también explicó que la puesta en funcionamiento del equipo está asegurado por un sistema redundante de múltiples pasos y llaves de seguridad. En caso de emergencia puede ser detenido inmediatamente.
La radiación a un metro de distancia del equipo, ya puesto en operación, corresponde a la radiación natural de fondo que usualmente se da en Cartago (unos 80 nSv/hr).
"Esto significa que el blindaje del equipo es lo suficientemente efectivo para la estancia segura de las personas encargadas de la operación del irradiador e incluso para aquellas que deben realizar las labores de limpieza de la instalación", aseguró Rojas.