Leonora Jiménez, empresaria y modelo, es una de las influencers costarricenses con mayor cantidad de seguidores en Instagram. Al menos lo era antes de caer víctima de los ciberdelincuentes.
Hace un mes, la empresaria comenzó a identificar pérdidas de información dentro de los sistemas de Traffic (revista que está a su cargo).
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Al inicio pensó que se trataba de errores internos que provocaron la pérdida de archivos de sus proyectos como Fashion Week; pero sus alarmas se encendieron cuando se enteró de que su cuenta de Instagram estaba bloqueada.
Ella estaba trabajando en su tienda cuando una asistente le dijo que la cuenta de Instagram se había cerrado y que al introducir el usuario y la contraseña, la plataforma le indicaba que los datos estaban incorrectos.
Jiménez vio como poco a poco su cuenta iba perdiendo tanto fotografías como seguidores.
“Pasé de 365.000 seguidores a cero”, narró la modelo.
Para muchos el hackeo de una cuenta de Instagram de un influenciador puede tratarse de un asunto vanal o un golpe al ego de las personas que se encuentran frente al ojo público. Sin embargo, para estas figuras más allá de estar en una vitrina social, sus redes sociales representan su herramienta de trabajo.
Un influencer es una persona que, por hobby o por profesión, cuenta con cierta credibilidad sobre un tema concreto y una gran presencia en las redes.
Los ciberdelincuentes aprovechan la exposición pública que tienen estas figuras para multiplicar el nivel de alcance del ataque informático.
La principal motivación que tienen los ciberdelincuentes al atacar figuras públicas es robar todos los datos que manejan en su cuenta, como los nombres, direcciones de correo electrónico, información de contacto e incluso los números telefónicos de los miles de seguidores que poseen.
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El apetito por las cuentas verificadas
En el caso de Leonora Jiménez, vio como cada hora se iban borrando más fotografías de su cuenta y como progresivamente iba perdiendo sus seguidores.
"Mi cuenta estaba valorada en $25.000, pues se trata de una comunidad real y de seguidores activos", dijo Jiménez.
Si bien es cierto que los influenciadores tienen exposición en las diferentes redes como Facebook y Twitter, Instagram se ha convertido en una catapulta gracias a las cuentas verificadas.
Aunque solo se trate de un check azul al lado de la fotografía del influencer, Instagram les da un lugar privilegiado a quienes cuentan con la verificación, ya que se tratan de personas o marcas que cuentan con una comunidad robusta y que tienen cierto prestigio.
Este mismo reconocimiento que les da Instagram, también lo priorizan los ciberdelicuentes. Atacar a una sola de estas cuentas, representan llevarse una jugosa comunidad de miles de personas.
Precisamente un ataque dirigido a celebridades ocurrió a finales de agosto del año pasado cuando hackearon más de seis millones de cuentas de Instagram.
El ataque tomó mayor gravedad cuando minutos después los ciberdelincuentes publicaron los datos robados en la base Doxagram (ya no está disponible) en donde se anunciaba la venta de ellos a $10 cada uno.
Estos seguidores se convierten en un daño colateral, ya que a pesar de que no son las víctimas directas, su información sí podría ser expuesta.
Camilo Gutiérrez, jefe del Laboratorio de Investigación de ESET Latinoamérica, afirmó que no se peude perder de vista que quienes están atrás de este tipo de campañas son delincuentes, que incluso también lo pueden hacer con el único impulso de hacer daño y generar algún tipo de caos en redes sociales.
Un caso conocido fue el de Mat Honan, periodista de la revista Wired en San Francisco, que vio como un atacante le robó su cuenta de Twitter solo porque le gustaba el nickname que utilizaba.
Este tipo de cuentas suelen tener una gran cantidad de seguidores, obtener el control de ella puede representar la posibilidad del envío de campañas publicitarias o incluso campañas maliciosas que le permitan a un atacante tener la posibilidad de tener una mayor tasa de éxito en sus ataques.
Para muchos cibercriminales, este tipo de ataques son un negocio y la forma de obtener ganancias económicas y de ahí la necesidad de tomar las medidas de control más adecuadas.
"Si bien la motivación económica es lo más frecuente, es más factible que al comprometer cuentas de personajes famosos o con mayor alcance mediático la notoriedad sea mayor", aseveró.
Ericka Morera, periodista y modelo también fue víctima de los ciberdelincuentes.
La influenciadora relató que recibió un link a través de un mensaje privado en su Instagram. Esto bastó para abrirle la puerta a un ciberdelincuente.
En su caso, el hacker logró apoderarse de su correo electrónico y también de su cuenta de Facebook.
“El delincuente llegó al punto de ver todo lo que escribía, porque logró también meterse a mi teléfono. Él podía cambiar mis claves. Fue angustiante porque además de perder las redes sociales, que son una herramienta de trabajo, también fue una invasión a la privacidad”, detalló Morera.
La periodista no logró recuperar su cuenta de Instagram, pues quedó totalmente vacía y tuvo que comenzar a construir su comunidad de seguidores desde cero.
Protección en redes sociales
El daño colateral que pueden sufrir los seguidores de las cuentas hackeadas, es la exposición de sus datos que están disponibles en las redes sociales.
“Los seguidores de estas cuentas que son cuidadosos en cuanto a la información que comparten en redes sociales, no deberían tener problemas ya que no tendrían información vinculada entre sus cuentas, más allá de la que es pública”, dijo Gutiérrez.
Para que usted pueda redoblar su seguridad en redes sociales, además de seguir las recomendaciones tradicionales– como tener una contraseña larga y compleja–, también es importante que tenga en cuenta la posibilidad de activar un segundo factor de autenticación.
La mayoría de redes sociales tienen esta posibilidad de forma gratuita, ya sea usando un correo electrónico, un mensaje SMS o una aplicación adicional que genere un código de seguridad.
Sumando a lo anterior, es importante considerar la forma en que se gestionan las cuentas de redes sociales.
Muchas veces los perfiles permanecen abiertos en un dispositivo determinado y si un atacante logra acceder a ese aparato, también podría tomar control de las cuentas asociadas. Por esta razón es necesario pensar en la seguridad como un asunto integral que va más allá de tener una contraseña robusta.
La protección de la información en redes sociales importa ya sea si usted es figura pública o no, sus datos valen dinero para muchos en la web.
Después del incidente que vivió Leonora, ella comenzó con su nueva cuenta de Instagram leonorajimenez01 y con ella la campaña llamada #noalrobocibernetico en donde se han sumado otras personalidades.
“Si no hay mercado, no habrá oferta de datos robados”, concluyó Jiménez.