Luego de tres años de espera y 15 meses de operación, la implementación de los proyectos del Fondo Nacional de Telecomunicaciones (Fonatel) tiene al menos seis hilos sueltos para llevar Internet a las escuelas y colegios.
La puesta en marcha de las primeras iniciativas, que llevan Internet de banda ancha y telefonía fija a 500 escuelas y colegios de la zona norte y el Caribe, desnudó la necesidad de mejorar la coordinación entre el Ministerio de Educación Pública (MEP) y la Superintendencia de Telecomunicaciones (Sutel).
El primero tiene a cargo la red educativa y el segundo la operación de Fonatel.
La situación dificulta a los operadores la ubicación de las escuelas y colegios para desplegar las redes de telecomunicaciones.
La desconexión entre Sutel y el MEP complica la integración de Internet como una herramienta de aprendizaje en las aulas. La conexión llega a centros educativos sin computadoras, sin programas educativos adoptados al mundo digital y sin docentes capacitados.
A esto se suma que la velocidad mínima de Internet establecida en los carteles está desfasada con respecto al Plan Nacional de Banda Ancha y de la necesidad de los centros de educación.
La coordinación entre la Sutel y el Ministerio de Ciencia, Tecnología y Telecomunicaciones (Micitt) para alinear la inversión de Fonatel (en manos del ente regulador) y la política pública (a cargo del Gobierno), es otra área de mejora.
“La Sutel tiene una visión diferente de la Rectoría de Telecomunicaciones y no están atendiendo observaciones que tienen relación directa con los resultados e impacto de los proyectos y la mejor inversión”, explicó Giselle Kopper, ministra de Ciencia y Tecnología (Micitt).
Amarrar estos hilos sueltos es importante para que la ejecución del Fondo Nacional de Telecomunicaciones se corone con éxito.
Este fondo, que surge con la ruptura del monopolio de las telecomunicaciones, se creó como contrapeso a la apertura para reducir la brecha digital en el 2008.
Se nutre del pago de una contribución especial parafiscal que operadores y proveedores de los servicios de telecomunicaciones pagan cada trimestre a la Sutel.
Empero, los ingresos más fuertes provienen de la licitación del espectro radioeléctrico. El primer –y hasta ahora el único– concurso que se ha dado en el país permitió el ingreso al mercado de Claro y Telefónica.
Las empresas pagaron $170 millones al Estado que llegaron a las arcas públicas en el segundo semestre del 2011. Los fondos son administrados mediante un fideicomiso del Banco Nacional.
Al mes de abril, el patrimonio total de Fonatel era de $237.678.787. Con estos recursos, el país podría construir dos réplicas completas del Estadio Nacional y una sexta parte de una tercera infraestructura.
Calibrar brújula
En julio del 2013, la Sutel inició la ejecución de Fonatel en medio de una confrontación directa con el gobierno de Laura Chinchilla.
La anterior administración criticó fuertemente a la Sutel porque le tomó dos años (desde que Claro y Movistar pagaron los $170 millones) lanzar los concursos para reducir la brecha digital.
Las críticas también tocaron la cobertura de las iniciativas, así como la velocidad de Internet que se estaba dando a las escuelas y colegios: 4 Mbps para bajar contenido e inferior para subirlo.
En la primera fase, se adjudicó un proyecto a Telefónica (Siquirres) y otro al ICE (La Roxana) en el Caribe. Mientras en la zona norte quedó en manos de Claro y Telefónica.
Estas iniciativas, según la política pública, deben asegurar servicios de telecomunicaciones a los centros educativos, centros de salud, centros comunitarios inteligentes y beneficiar a los pobladores de la zona.
Estos proyectos, en el componente educación, benefician a 500 escuelas y colegios –según los carteles de licitación–, que representan un 9,4% del total de centros educativos del país.
Víctor García, gerente de regulación de Claro, comentó que enfrentan problemas para ubicar los centros educativos en las comunidades. La red de Internet que despliega la compañía mexicana en la Zona Norte conectará a 354 centros de educación.
Este es el operador que hoy tiene el reto de conectar al mayor número de centros educativos (casi un 71% del total) incluidos en los programas que ejecuta Fonatel.
“Nos encontramos con escuelas que no están en el pueblo que se indica o ya no existen”, dijo García, quien añadió que la situación modifica el diseño de la red que presentaron en el concurso.
Telefónica experimenta la misma situación. La empresa ya desplegó una red subsidiada en Siquirres y está construyendo otras en los Chiles y Guatuso. Tiene a su cargo el equivalente al 28% del total de beneficiados en esta primera fase de Fonatel.
EF consultó al ICE sobre el tema, pero al cierre de esta edición no se había recibido respuesta. La empresa estatal conectó a cuatro centros educativos en el Caribe de los 500 seleccionados en los proyectos en ejecución.
Para la Sutel, la geolocalización de los centros educativos no está en sus manos. La entidad depende de la base de datos del MEP para seleccionar las entidades educativas que integran en los carteles.
“No quisiera que se indique que Fonatel financia centros educativos sin conocer su ubicación. Es responsabilidad del MEP la definición, control y ubicación de sus centros. Estamos trabajando juntos”, explicó Humberto Pineda, director de Fonatel.
“Por ello, tomando estas previsiones, en los carteles se ha precisado que es cuenta y riesgo de los operadores precisar la información”, añadió.
Por su parte, Alberto Orozco, director de informática del MEP, considera que la participación del Ministerio en las licitaciones es solo como beneficiario.
“El MEP es un beneficiario de fondos establecidos por ley para dotar de cobertura a las zonas más desprotegidas del país... No le corresponde al MEP indicar cuáles son esas zonas, eso lo determina Sutel”, explicó Orozco mediante correo electrónico.
Para Hannia Vega, exviceministra de Telecomunicaciones, el Estado debe tener más control sobre la dirección de los recursos públicos que se van a invertir con Fonatel.
“Eso (ubicar centros educativos para conectar a Internet) no es tarea de los operadores, sino trabajo de la administración”, destacó la exjerarca.
Esta labor también incluiría la selección correcta de los centros que realmente requieran un servicio de telecomunicaciones.
Los centros educativos beneficiados no están obligados a contratar los servicios de las redes de telecomunicaciones subsidiadas por el Estado que llegan a la comunidad. Lo anterior a pesar de que la factura mensual se pagaría con fondos de Fonatel.
“No podríamos garantizar la demanda, obligando a las instituciones a adquirir los servicios o a los operadores a cobrarnos por servicios de los centros”, explicó Pineda.
Velocidad
Otro pendiente es definir velocidades de conexión adecuadas a las necesidades del sistema educativo y a las proyecciones país.
Hoy el ancho de banda promedio de la red educativa, según datos del MEP, es de 2,7 Mbps con conexiones del ICE.
Al respecto, Humberto Pineda comentó que el ancho de banda de Fonatel para los centros educativos tiene un “piso de mínimo”, lo cual hoy no certifica un servicio comercial.
En el contrato, los operadores están obligados a asegurar una conexión mínima de 4 Mbps a cada centro educativo.
Empero, en los carteles de licitación no se especifica que ese ancho de banda se deba adaptar al tamaño (o población estudiantil) de las escuelas y colegios.
El ajuste estaría en manos de los operadores. Claro, por ejemplo, planea personalizar las conexiones.
Su director de regulación, Víctor García, explicó que la idea es brindar un ancho de banda superior a la mínima exigida a las escuelas y colegios a su cargo, pero también simétrica (para bajar y subir contenido a la nube a la misma velocidad).
La velocidad mínima de 4 Mbps no se adapta al Plan Nacional de Banda Ancha 2010-2014 (aún en vigencia) que establece para el sector educativo conexiones que oscilan entre los 6 Mbps y los 20 Mbps. Un punto advertido por la Ministra del Micitt, Giselle Kopper, quien además envió una serie de recomendaciones al ente regulador en setiembre.
El MEP ya solicitó excluir a 17 centros de la zona norte porque ya tenían una buena conexión de Internet con el ICE y elevar la velocidad a 6 Mbps en el resto de las instituciones educativas.
Lograr que la conectividad llegue junto con las herramientas necesarias para ser aprovechada en el proceso educativo, es otro hilo suelto en la red de Fonatel.
Karla Salguero, directora de recursos tecnológicos del MEP, comentó que la nueva administración trabaja en un mapeo de los programas vinculados con tecnología en la institución. Una labor que está “avanzada”.
“Queremos llegar a cada una de las escuelas y colegios conectados con Fonatel con una propuesta integral. Por ejemplo, si tiene (la escuela) un nivel preescolar, vamos a implementar el nuevo proyecto de tecnologías digitales para niños pequeños”, dijo Salguero.
Llegar a acuerdos
La conexión entre Sutel y el MEP no es la única que requiere mejoras. Los lazos con el Micitt también pueden estrecharse.
La relación de la Sutel con la administración anterior fue álgida en el tema de ejecución de Fonatel; al punto que llegó a la oficina principal de Zapote.
Y hoy, a cinco meses de haber asumido la nueva administración, se empiezan a registrar los primeros desacuerdos.
Con fecha 24 de setiembre, Giselle Kopper, jerarca del Micitt, envió una carta a la Sutel con 11 recomendaciones generales sobre la inversión de Fonatel.
“Lo que hemos podido constatar de los proyectos –en ejecución y los adjudicados– es que si no se toman medidas, el impacto y el beneficio de los proyectos de Fonatel no está garantizado, porque se diseña y ejecuta sin tomar en consideración las condiciones y necesidades de cada localidad o institución”, dijo.
Para la ministra, la Sutel selecciona las instituciones beneficiarias conforme el criterio de dónde se instalará la cobertura móvil, pero pueden existir centros educativos, Cen Cinais o Centros Comunitarios Inteligentes (Ceci) excluidos porque no están en el poblado beneficiado. Esto pese a que estén cerca.
El pasado 10 de octubre, la Sutel lanzó los concursos que darán conectividad a 608 escuelas y colegios en la zona sur.
Para Kopper, se incluyeron recomendaciones importantes, pero la visión debe ajustarse a la política pública. De no hacerse de esa manera, el riesgo es tejer una red debilitada por los hilos sueltos.