La rapidez con la que cambian los consumidores y con que la tecnología se vuelve obsoleta crean espacios tanto para la introducción de nuevas soluciones como para nuevos competidores.
Tampoco todos los campos están llenos, como lo demuestra el surgimiento de las iniciativas de emprendimientos como las fintech, que desarrollan soluciones en el campo financiero apoyándose en las nuevas tecnologías.
Es la convicción de Infocorp, una desarrolladora de origen uruguayo que opera en Costa Rica en dos bancos locales y que fortalecerá su presencia, tras su reciente adquisición el 5 de junio por la canadiense Constellation Software Inc. (CSI).
“CSI nos trae un respaldo financiero”, sostuvo Ana Inés Echavarren, CEO de Infocorp. “Por la pandemia las entidades financieras han detenido las inversiones, pero nosotros redoblamos la apuesta en preparación para los cambios que vendrán”.
Echavarren es la única mujer en ocupar una gerencia general en firmas desarrolladoras en Uruguay.
Infocorp fue fundada en 1994 y su negocio inicial fue la capacitación en Windows, Excel y Word a empresas. Desde entonces alcanzó 171 empleados y, aparte de Montevideo, abrió oficinas en Chile, República Dominicana, Colombia y Puerto Rico para atender unos 200 clientes en América Latina.
De la firma surgieron otros spinoff como Bankingly, Prisma, ICTecnología e ICVentures.
La especialización de la casa son las soluciones omnicanal –junto a plataformas de banca al detalle y para web, móvil, redes sociales, mercadeo y pagos– para banca.
Una reciente encuesta realizada por Latinia, un fabricante español de software para banca, entre casi 500 ejecutivos de 16 países de Latinoamérica y España sobre los efectos del COVID-19 en la industria financiera, indica que el 31% de las entidades están más abiertas respecto a tecnologías no consideradas anteriormente.
La mayoría (64%) dice que el COVID-19 contribuirá a desatascar y tomar decisiones atrasadas, pero la complejidad de los bancos desincentivará cualquier cambio (13%). Solo para el 9% todo seguirá su curso, no habrá aceleración.
¿Cuál es el valor que ustedes aportan a sus clientes a través de sus productos y servicios?
La propuesta de valor es acelerar la transformación digital, que hoy es una necesidad para garantizar la mejor experiencia al consumidor.
Nadie quiere ir las sucursales, sino conectarse a través de distintos canales apoyándose en plataformas de ominicanalidad y tecnología de machine learning, para que la comunicación se base en lo que las personas ya hacen habitualmente.
El cliente se conecta por el canal que prefiere y éste se personaliza con los servicios que requiere. Si una vez rechazó una oferta, que no se le vuelva a proponer. Se debe evitar ominimolesto.
¿Cuál es la presencia en el mercado regional hasta ahora?
Estamos en casi en todos los países de Centroamérica y Costa Rica desde hace 15 años. Somos fabricantes e implementadores.
Contamos con un socio local, S-com, pues queremos aportar un valor combinado.
En Costa Rica tiene una combinación de clientes importantes, talento en tecnologías de la información y un sector financiero avanzado.
Es un mercado que quiere cambiar. Con la pandemia se ha acelerado la necesidad de los cambios.
¿Cuáles son los planes de la firma?
Tenemos presencia con dos bancos locales, uno de ellos BCT, pero la idea es duplicar la presencia.
El negocio bancario similar en América Latina, lo que cambian son los nombres de los productos.
Hace 15 años éramos una empresa pequeña. Hoy tenemos más implementaciones en Colombia y a nivel regional está lista para transacciones.
Ya tenemos la plataforma adaptada para la banca en Costa Rica.
CSI nos trae un gran respaldo financiero y nos permite acceso al mercado de EE. UU. y Canadá, así como a las mejores prácticas con las que estamos optimizando operaciones y para conectar soluciones de fintech.
¿Cuáles oportunidades están viendo en el mercado?
La tecnología se vuelve obsoleta más rápidamente: antes duraba cinco años y ahora tres años.
Cambia mucho lo que los usuarios esperan con los cambios tecnológicos y de dispositivos.
Surgen nuevos canales todo el tiempo. Trabajamos con muchas cosas y habrá que ver qué explota.
Hay muchas oportunidades surgiendo y fintech que traen cosas nuevas, que podemos integrar. Trabajamos con una gran cantidad de fintech. Tenemos un fondo de inversión para apoyarlas mediante acuerdos comerciales.
Las fintech resuelven necesidades específicas, lo que ayuda a los bancos y a los usuarios.
¿Qué le falta a la banca local y regional?
Siempre hay espacio de mejoras. Se han dado pasos enormes, pero es a nivel de los gobiernos y de la regulación donde falta trabajar.
Por un lado, nadie quiere ir a una sucursal bancaria. Por el otro, falta la implementación de la firma digital. La ejecución no es tan fácil.
Ahora hay que cambiar. También hay resistencias de las personas y los bancos centrales imponen restricciones. No es sencillo el cambio.
En Costa Rica sí se está yendo hasta ahí.
¿Cómo se equilibra el que la tecnología disminuye los costos y eso no se traduzca necesariamente en las tasas que se cobran a los clientes, por ejemplo en tarjetas de crédito?
La inversión en tecnología es muy grande y debe ser constante, por el rápido cambio.
Debería ayudar a reducir los costos y ya se ha reducido los márgenes, pero no es tan directo.
Hay que trabajar en la automatización de operaciones y poner a las personas a realizar tareas de mayor valor. Falta eso.