Falta el visto bueno del Poder Ejecutivo a la concentración solicitada por Millicom (Tigo) y Telefónica (Movistar), pero a estas alturas es claro que, de darse la aprobación final, la primera deberá garantizar o superar la calidad de la red y de los servicios móviles al asumir la operación local de la segunda.
El desafío más importante, sin embargo, será mejorar la imagen que tiene en Costa Rica, tarea en la que nada contracorriente en las aguas de un mercado donde la exigencia del usuario es elevada y no le da tregua a la marca de Tigo.
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Los voceros de Millicom en el país mantienen la cautela sobre el proceso, después de la recomendación positiva de parte de la Superintendencia de Telecomunicaciones (Sutel) el pasado viernes 30 de agosto.
“Es un avance importante. Sin embargo, el trámite continúa su curso como lo establece la normativa. Cuando el proceso se complete, podremos brindar mayores detalles”, respondió José Daniel Gómez, director de Tigo Costa Rica.
El Gobierno, a través del Ministerio de Ciencia, Tecnología y Telecomunicaciones (Micitt) y la Presidencia, no tiene plazo límite para tomar la decisión, pero se espera que esto ocurra en los próximos dos meses.
“El asunto es más sencillo después de la aprobación de Sutel. El tema son los tiempos que se tomen en el Ministerio y en Casa Presidencial”, indicó Juan Manuel Campos, director general de Ciber Regulación Consultores.
A principios del 2018, Millicom había acordado con Telefónica la adquisición de sus activos en Panamá, Costa Rica y Nicaragua por un total de $1.650 millones. América Móvil (Claro) le compró los activos de Guatemala y El Salvador por $648 millones.
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La firma española decidió ceder sus operaciones regionales como parte de su estrategia global para concentrar recursos en Europa y enfocarse en las inversiones de 5G para hacer frente a la competencia de otros operadores en mercados muy dinámicos y agresivos.
Telefónica había anunciado medidas para reducir su deuda y elevar la rentabilidad con el fin de mantener la remuneración de sus accionistas.
Herencia
Al recibir la operación de Telefónica, Tigo hereda una red y un servicio con buenas calificaciones tanto por parte de los usuarios como en las revisiones técnicas de la Sutel.
De los 10 indicadores que revisó la Superintendencia, Movistar tiene ventaja sobre sus competidores –el Instituto Costarricense de Electricidad (ICE) y Claro– en llamadas a través de la red 2G, en cobertura de las tres redes (2G, 3G y 4G), en desempeño de la velocidad en 3G y en disponibilidad de la red 4G.
En otros dos indicadores (llamadas en 3G e interrupciones en llamadas 2G) iguala al mejor operador, mientras que en llamadas interrumpidas en 2G y en desempeño de la velocidad en 4G quedó de segundo entre los tres operadores.
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Los usuarios, además, reconocen la calidad de sus servicios: en telefonía móvil es, junto con el ICE, el operador mejor calificado; en servicios de datos (de 5 Mbps y más), les saca ventaja al Instituto y a Claro.
El resultado general se vio cuando Telefónica mantuvo su posición de mercado en el 2018, de acuerdo con las estadísticas publicadas en julio pasado por Sutel.
El asumir y operar las redes móviles de Telefónica no debería producir ninguna afectación ni degradación en su calidad.
El problema es…
En contraste con Movistar, las calificaciones para la operación de Tigo no se comportan en forma similar.
En la encuesta de percepción de la Sutel, realizada entre marzo y julio del 2018, Tigo obtuvo la peor calificación entre los servicios de Internet fijo y televisión por suscripción.
En telefonía (voz sobre Internet o VoIP) es el segundo peor calificado.
Aunque Tigo es el segundo operador con presencia en más cantones, en porcentajes del mercado es el segundo en Internet fijo (junto con Cabletica) y en telefonía IP, sin considerar, en este caso, que el ICE es dominante con su servicio de telefonía fija convencional.
A la firma no le ha sido fácil lograr el beneficio de la duda de los usuarios, quienes miran con acritud la calidad de la atención al cliente y la exclusividad en las transmisiones de fútbol a través de su red.
Tigo tiene claro el problema de marca.
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En marzo anterior, Gómez había señalado que los problemas en los servicios de Internet dependían de varios factores (infraestructura, centro de servicios y equipos), mientras que el inconveniente con los contenidos residía en que los altos costos impedían soportarlos con modelos y plataformas tradicionales.