CIUDAD DE MÉXICO, El Universal — Desde hace años Estados Unidos ha señalado que China tiene planes de espionaje en su país para poner en riesgo su seguridad nacional. Durante el gobierno de Donald Trump dichas acusaciones y regulaciones aumentaron. Basta con recordar los casos de TikTok y Huawei.
Se esperaba que con la llegada de Joe Biden las restricciones disminuyeran, pero ahora el gobierno ha anunciado nuevas empresas que entran en su “lista negra”. Las autoridades de EE. UU. continúan tomando medidas drásticas contra la tecnología china y en esta ocasión están apuntando a los mainframes, computadoras utilizadas para aplicaciones críticas, pues, afirman, están alimentando al ejército de China.
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El Departamento de Comercio ha agregado siete empresas y organizaciones de supercomputadoras a su lista de entidades, prohibiendo a las compañías estadounidenses suministrar equipos o hacer negocios con ellas. La razón es que, afirmaron, “construyen supercomputadoras que contribuyen a los esfuerzos de modernización militar, armas nucleares y tecnología hipersónica”, dijeron funcionarios estadounidenses.
Los equipos seleccionados incluyen Sunway, el Centro de Diseño de Circuitos Integrados de Alto Rendimiento de Shanghai y Tecnología de la Información Tianjin Phytium. También, a centros de supercomputación en Jinan, Shenzhen, Wuxi y Zhengzhou.
Sin embargo, a diferencia de prohibiciones similares impuestas a empresas como Huawei, en este caso no hay acusaciones de espionaje o abusos de derechos humanos que justifiquen la medida. Se trata estrictamente de controlar el desarrollo tecnológico de las fuerzas armadas de China.
Aún no se sabe con certeza cómo responderá China a este anuncio. El gobierno chino ha estado tomando medidas para reducir su dependencia de la tecnología estadounidense a través de la producción nacional. Pero las prohibiciones comerciales estadounidenses han limitado esos esfuerzos.
Muchas de las fábricas que producen chips de vanguardia están ubicadas fuera de China continental y, a menudo, dependen en parte de la tecnología estadounidense, lo que deja a la nación con pocas opciones más que invertir fuertemente en la producción nacional o utilizar técnicas de fabricación obsoletas.
La supercomputadora más poderosa
La carrera por el desarrollo de la computación cuántica se ha acelerado en los últimos años. Esta tecnología está siendo creada para realizar cálculos y tareas que un equipo tradicional no lograría.
Es por ello que grandes empresas y gobiernos están interesados en el área. En diciembre pasado, China afirmó haber construido la supercomputadora más poderosa.
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Investigadores estatales del país asiático publicaron un informe en el cual afirmaban haber desarrollado un sistema de computación cuántico que es 10.000 millones de veces más rápido que la máquina Sycamore de Google, presentada en 2018.
En el artículo, los especialistas chinos explican que las computadoras cuánticas prometen realizar ciertas tareas que se cree que son intratables para las computadoras clásicas.
“El muestreo de bosones (partículas mediadoras de la interacción nuclear débil, una de las cuatro interacciones fundamentales de la naturaleza) es una tarea de este tipo y se considera un fuerte candidato para demostrar la ventaja computacional cuántica”, se indica en el artículo.
Básicamente lo que los investigadores construyeron es una máquina de computación cuántica que usa luz para realizar una tarea muy específica (muestreo de bosones) con el único propósito de demostrar y medir su efectividad.
Las supercomputadoras pueden, en teoría, resolver problemas realmente difíciles que los físicos e informáticos estiman que una máquina clásica tardaría miles de años en resolver.
Aunque los investigadores chinos han publicado que, por ahora, su intención con esta tecnología es solo realizar pruebas específicas, EE. UU. los acusa de utilizar esa tecnología para fines militares.
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