Al darse una vuelta por los polos de desarrollo inmobiliario más activos en nuestra ciudad o lugares como Jacó o Santa Teresa, se observa recientemente una nueva oferta de espacios de trabajo denominada co-working space, coworking o cowork.
Los edificios de oficinas nuevos, centros corporativos viejos que buscan nuevos inquilinos o reinventar su base de clientes; o bien, edificios de uso mixto buscando más densidad, ofrecen esta modalidad, donde la idea general es compartir bajo las mismas cuatro paredes un lugar donde poder trabajar al lado de otras personas.
A nivel mundial, la empresa norteamericana WeWork le dio más visibilidad a este concepto al tener edificios enteros, los cuales pone a disposición de trabajadores individuales e incluso para empresas completas. Hoy en día, WeWork tiene al menos 1 millón de metros cuadrados disponibiles en casi 100 ciudades del mundo.
La combinación de estas nuevas posibilidades físicas de trabajar, o modalidades más conocidas como trabajar desde la casa con nuevas tecnologías que incluyen telepresencia, traducción en tiempo real, reuniones con personas a través de un holograma o experiencias de realidad virtual con sonido de alta fidelidad, hará que se borre el concepto de la oficina tradicional con paredes, recepción y puertas que atravesar.
Conforme la adopción de estos conceptos avance en nuestro país, así saldrán nuevas buenas oportunidades para la población como las posiciones de trabajo virtuales que ofrece Amazon, poder combinar el trabajo con estar cerca de seres queridos, o simplemente tomar reuniones de manera virtual, y así evitar el tiempo perdido en presas.
Todavía quedan algunos retos importantes como la velocidad de Internet que sigue siendo muy deficiente en nuestro país, y que los líderes de estas empresas integren estas modalidades buscando adecuado control, eficiencia y efectividad para traer beneficios económicos y de motivación para los equipos de trabajo.
Esta columna la escribo mientras estoy compartiendo con otros padres de familia en el kinder de mi hijo, Bellelli Educación, que fue el primero en el país en ofrecer un espacio de coworking para las familias. Puedo tomar llamadas, seguir trabajando, mientras me ahorro un par de viajes ida y vuelta. Además me vuelvo una parte activa de esa comunidad educativa.