Cuando se fundó Kuiki la idea era apoyar las ventas de los comercios en el país, brindando la posibilidad para que un consumidor les compre utilizando financiamiento de esta fintech otorgado en solo unos segundos.
Una fintech es un emprendimiento o negocio que usa la tecnología de punta para ofrecer servicios financieros innovadores.
"La empresa nació en Costa Rica en 2014 como una iniciativa para brindar financiamiento de manera novedosa, con mucha transparencia y que los clientes puedan elegir cómo quieren que su cuenta funcione y que los servicios les sean entregados", destacó Ernesto Leal, presidente y CEO de Kuiki.
Hasta ese año, Leal había trabajado en altos cargos en varios bancos de la región. Fue gerente general de Banco Uno en Panamá y luego encargado regional de crédito de consumo de Citi.
Desde ahí pudo ver que habían comercios, de tamaño medio o pequeño, que no podían tener un brazo financiero para brindar crédito a sus clientes.
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Cambio en la industria
Para los consumidores la gestión de financiamiento personal es un laberinto de trámites ante las entidades bancarias: buscando información, llevando documentos y regresando una y otra vez para ver si le han aprobado un crédito.
Y a los bancos les cuesta ajustar sus servicios a las necesidades de sus clientes y a la velocidad que demanda el mercado.
El mundo, precisamente, empezaba a operar de otra manera. En otros mercados la industria se vuelca a solucionar el problema o necesidad de consumidor en el proceso de compra, lo más rápido que permite la tecnología, manteniendo la rigurosidad, el análisis y la verificación de la capacidad de pago de la persona.
La tarea era hacer lo mismo a nivel local.
Para utilizar el servicio de Kuiki se pide unos datos básicos al cliente (número de cédula y de teléfono y dirección de correo electrónico), se revisa la información que aportan los burós de crédito (brindan datos sobre historial de pago) y se hace la valoración de la capacidad y la moral de pago.
El análisis o valoración del cliente se basa en sistemas de aprendizaje automático y de inteligencia artificial, que mezclan la información del cliente en un modelo predictivo y brinda un resultado de forma inmediata.
El algoritmo va aprendiendo con el tiempo cómo se comportan los usuarios y cuáles productos se acoplan mejor a sus necesidades.
El sistema fue desarrollado, con tecnologías de firmas internacionales, por informáticos que son graduados del Instituto Tecnológico de Costa Rica.
Las tecnologías de inteligencia artificial y aprendizaje automático que se utilizan son de la empresa Singularities. Para el modelo de riesgo se utiliza los sistemas de Fair Isaac.
Una vez aprobado el crédito, el cliente recibe una llamada para verificar algunas condiciones que exige la normativa (para prevenir el lavado de dinero, entre otras cosas) y para realizar la formalización de la operación.
Con el crédito revolutivo puede hacer compras en más de 1.500 negocios en todo Costa Rica y se paga (la cuota es fija) en más de 2.000 puntos que incluye ServiMás y ATH, entre otros, y por medio de transferencias bancarias.
Cuando iniciaron, en el segundo semestre del 2014, los ejecutivos de Kuiki se acercaron a las empresas de muebles de Sarchí para que probaran el servicio.
De allá salieron con entre 1.000 a 1.500 consumidores utilizando la aplicación.
La firma cuenta hoy con varias veces esa cantidad de usuarios, Leal se reservó la cifra.
Al acercarse a los empresarios de ese cantón alajuelense no encontraron mayor resistencia, pues si bien descubrieron diferentes niveles de conocimientos y capacidades tecnológicas, la aplicación es muy sencilla e intuitiva.
"Es más fácil que usar Facebook", aseguró Leal.
Los recursos para fundar y desarrollar esta fintech provienen de los socios de Kuiki y de fideicomisos y otras herramientas financieras que han formado en entidades bancarias.
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Modernización
Kuiki también está presente en Nicaragua y planea incursionar el próximo año en América del Sur, que por su escala es un mercado muy apetecido.
Actualmente cuenta con 60 colaboradores, la mitad dedicados a la atención de clientes a través del centro de llamadas. La otra mitad la conforman informáticos y personal administrativo.
El servicio surgió como parte de la tendencia de creación de fintech, que incluyen servicios para brindar y aprobar préstamos o tarjetas de crédito, contratos inteligentes, o plataformas de financiamiento colaborativo (crowdfounding).
En América Latina podrían existir más de 1.000 fintech (actualmente se hace un estudio para determinar la cantidad con precisión) muchas de ellas en países como Argentina, Brasil y México.
En este último se aprobó una ley que podría convertirlo en un hub o centro de desarrollo para esta incipiente industria.
Leal asegura que a través de asociaciones locales y regionales de fintech se viene trabajando con los reguladores del mercado financiero para modernizar la normativa y no ahogar la innovación que pueden aportar estas iniciativas.
También se posibilitaría retener personal muy capacitado que hay en el país y que actualmente migra a otros mercados internacionales.
Un efecto adicional es que consolidaría la relación con el sector bancario, que ha pasado de desconocer a las fintech a verlas como aliadas en el campo de la innovación de servicios.
El desafío para todo el sector financiero no es necesariamente tecnológico. "Es entender cuál es el problema que se está solucionando", explicó Leal.
Y muy probable se confirme, como lo están comprobando las fintech, que sí es factible brindar servicios más ágiles.
En el caso de Kuiki el consumidor lo que debe hacer es descargar la aplicación o ir a su sitio web e ingresar los datos.
En cinco segundos, gracias a la alta tecnología y al algoritmo que se utiliza, sabe si tiene el crédito revolutivo aprobado.