Ronald Méndez siempre había estado interesado en las energías renovables. Luego de dos años de investigación, decidió unirse a la tendencia de generación distribuida.
Méndez asegura que durante ese tiempo escuchó comentarios de que la tecnología no era tan factible en Cartago por razones del clima frío que caracteriza a la zona, pero afirma que eso ha cambiado y ahora es más caluroso.
Desde hace poco más de un año tiene instalados ocho paneles solares en el techo de su hogar para una familia de seis miembros.
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La inversión inicial llegó a cerca de ₡3 millones, sumando el costo del equipo, la instalación y los trámites ante la Junta Administrativa del Servicio Eléctrico Municipal de Cartago (Jasec).
Dicha inversión tardará unos años en recuperarse, admite Méndez, pero sí ha notado una reducción en el monto del recibo eléctrico: pasó de pagar entre ₡40.000 o ₡50.000 a ₡6.000 en ciertos meses.
Experiencia similar ha tenido la empresa Pronainca, ubicada en el cantón de León Cortés, en la zona de Los Santos.
La empresa se dedica a la producción y comercialización de granadilla, aguacate y mora. Su planta de empaque cuenta con un cuarto de frío que consumía mucha energía eléctrica, por lo que el objetivo era reducir ese gasto.
Para ello, colocaron 21 paneles solares hace un año y cinco meses, con una inversión de $12.500 más ₡500.000 de trámites en Coopesantos, pero para este último monto la compañía eléctrica les dio la facilidad de pagarlo en cuotas en el recibo mensual.
“La inversión es alta pero al bajar tanto el consumo eléctrico ayuda a la empresa para que pueda salir con otros gastos”, contó Alejandra Naranjo, administradora de Pronainca.
Dicho monto del recibo pasó de un costo máximo de ₡350.000 en los meses más altos de producción, cuando más se necesita el cuarto de frío, a ₡50.000 en la misma temporada.
Sus experiencias con las distribuidoras correspondientes fue distinta. Con Jasec, el trámite tardó unos tres meses y fue lento, según Méndez, quien agregó que percibió cierta reticencia por parte de la empresa.
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Naranjo, por su parte, asegura que el proyecto de Pronainca fue uno de los primeros del área de Coopesantos, por lo que el proceso fue de aprendizaje mutuo, fluyó bien, y se llevó unos dos meses.
Los costos y los pasos a seguir dependen de cada empresa distribuidora, aunque el reglamento actual establece un procedimiento estándar para todas.
¿Qué hacer para empezar?
Una de las primeras dudas que surgen a la hora de iniciar la experiencia de autoproducción de energía es el presupuesto.
El presupuesto depende del diseño del sistema y este, a su vez, se basa en el consumo eléctrico. Para calcular este último se debería sumar cada electrodoméstico y equipo que consuma energía, pero lo más sencillo es revisar el recibo eléctrico, explicó Randy Alemán, propietario de Smart Power, empresa encargada de la instalación de ambos proyectos de Méndez y Pronainca.
Comercialmente se habla de dólar por watt. El costo varía si se trata de una residencia o si es industria o comercio.
Para viviendas el costo por watt oscila entre $1,4 a $1,6, mientras en comercios o industrias va de $1,1 a $1,3, esto porque entre más alto sea el consumo eléctrico es más rentable la colocación de sistemas fotovoltaicos porque los ahorros son más grandes.
Así, por ejemplo, si se necesita un sistema residencial para un consumo de 3.000 watts, el costo del proyecto instalado oscilaría entre $4.200 y $4.800 más la tramitología ante la distribuidora correspondiente. No obstante, Alemán precisó que el consumo promedio en viviendas ronda los 4.000 watts.
El experto desaconsejó este tipo de sistemas si el consumo eléctrico es pequeño, pues la inversión será alta, tardará en recuperarse, y el ahorro no será tan significativo.
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A continuación, un resumen de los principales pasos antes de aventurarse en la experiencia de autoproducción.