Nework es una startup fundada en octubre pasado en Costa Rica que se enfoca en asesorar a las empresas a establecer una estrategia y a acercarse a proveedores de equipos, mobiliario y tecnologías de trabajo remoto.
Con la emergencia de la pandemia del COVID-19 las empresas pasaron de un día para otro al teletrabajo en todas las posiciones donde esta modalidad era factible, confiando en las condiciones que cada colaborador tenía en sus hogares.
El paso abrupto rompió paradigmas especialmente en las firmas locales, probando los beneficios en los costos. Los propietarios, gerentes y jefes se vieron obligados a reconocer que la empresa seguía funcionando con su personal trabajando desde sus casas.
Al mismo tiempo, generó la expectativa en el personal sobre la posibilidad de mantener el teletrabajo en el futuro mediante esquemas híbridos (una parte presencial y otra virtual).
“Probablemente no vamos a estar tan remotos como lo estamos en la actualidad, pero sí más que antes de la pandemia”, aseguró Fernán Gallegos, socio y director de Nework Rules.
La nueva fase requerirá ir más allá de la disponibilidad de equipos y sistemas para que las empresas cuenten con equipos de empleados que trabajen, se comuniquen, colaboren e innoven en forma remota.
“Estamos siendo testigos de un cambio hacia un verdadero enfoque en el empleado que creará mejoras sin precedentes en la satisfacción y la eficiencia”, afirmó Isabel Valer, directora regional de Avaya.
Para las empresas que se resistan, el riesgo es perder personal clave que migre a firmas donde el teletrabajo se implementa como una modalidad de operación ordinaria y no como un beneficio excepcional.
A medida que se acelera la digitalización, la automatización y los avances tecnológicos, las empresas deberán contar con estrategias para atraer nuevo talento y retener a los experimentados que cuenten con las habilidades que exige el cambio tecnológico.
“Las empresas deben priorizar el aprendizaje y el desarrollo e invertir en una variedad más amplia de recursos para abordar sus necesidades y mantenerse competitivas”, reiteró Gary Sharpiro, presidente y director ejecutivo de la Consumer Technology Association, que reúne a más de 2.000 empresas de tecnología de consumo de Estados Unidos.
Nueva etapa
La nueva etapa requerirá que las empresas implementen el teletrabajo con una perspectiva integral para garantizar la productividad, la eficiencia y la calidad, la identificación de los colaboradores con la empresa y el cumplimiento de las nuevas regulaciones. No será igual que antes de la pandemia.
Hasta marzo del 2020 las empresas confiaban en que la persona colaboradora contara con las condiciones en su hogar (escritorio, silla, computadora y conectividad) para el teletrabajo. Tampoco fue esta una prioridad cuando, en los diferentes países, se decretó el confinamiento de la población.
Si el teletrabajo se implementa en mayor medida que antes de la pandemia, se deberá garantizar que las personas cuenten con sillas ergonómicas o monitores adecuados, por ejemplo. Las empresas podrán recurrir a servicios de arrendamiento existentes en el mercado.
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Claro está, hay una serie de detalles legales que abordar ante la posibilidad de que el colaborador sea despedido o renuncie. Para desarrollar el modelo se deben agregar otros requerimientos.
La estrategia incluye aspectos de gestión y gobernabilidad, así como ayudar a los colaboradores a ajustarse al teletrabajo, a gestionar su tiempo y a cumplir con requerimientos de desempeño laboral.
Las empresas deben también asesorar a su personal en la optimización del espacio, deberán revisar procesos para lograr eficiencias en relación a los clientes, mantener la comunicación y entrenar a las jefaturas en nuevos hábitos de liderazgo a distancia.
Otra área que se requiere abordar es el de la experiencia de trabajo remoto y la integración con la empresa y sus equipos, donde se mantengan hábitos de comunicación e interrelación que ayuden a afinar el trabajo colaborativo.
“No es tanto si la empresa quiere o no quiere”, recalcó Gallegos. “Será el empleado el que va a decidir con cuál empresa va a seguir trabajando si le ofrece beneficios como el trabajo remoto”.
Existen otros desafíos adicionales que las empresas no podrán obviar: la agilidad operativa a partir de sistemas en la nube, la gestión de los datos de los clientes y la evolución de la seguridad (de protección basada en hardware y software instalado a protección de los servicios en la nube).
“Uno de los errores más comunes fue mantener el mindset de la operación como tradicional, y no entender el cambio cultural y tecnológico que implicaba pasar repentinamente al modelo de trabajo remoto”, afirmó Mariano O’kon, director regional de arquitecturas de Cisco.
Los retos también están en la adopción de nuevas tecnologías. Por ejemplo, una solución de Avaya llamada Space permite comunicar hasta 500 personas y ver hasta 61 de ellas en la pantalla, con voz y video de alta definición. Isabel Valer explicó que todo se procesa en la nube y no usa el video de la computadora de los usuarios.
Webex, de Cisco, incluye desde facilidades que integran una pizarra, adapta la imagen del video y funciona a través de la misma computadora hasta soluciones de experiencia inmersiva, programar reuniones, e instrucciones, entre otras.
La incorporación de soluciones de inteligencia artificial en las empresas deben enfocarse, asimismo, a resolver problemas y consultas rutinarias de los clientes, para elevar a los colaboradores a funciones donde resuelvan dificultades de mayor complejidad, a la innovación y al diseño de soluciones.
En todo se debe mantener la operación, garantizar la seguridad de la información y lograr una alta productividad teniendo como prioridad a los clientes.
“Asegurar que los equipos de trabajo aprendan a trabajar a distancia es el elemento cultural clave”, dijo O’kon.