La buena noticia para Costa Rica es que hay más graduados en áreas de ciencia y tecnología, pero la mala, es que todavía no alcanza para satisfacer la demanda nacional.
El número de nuevos profesionales, que incluyen las ciencias (exactas y naturales, médicas y agrícolas), así como ingenierías y tecnologías, aumentó cuatro veces al pasar de 26.469 a 104.280 graduados durante el periodo del 2000 al 2015.
Así lo indicó el Programa del Estado de la Nación (PEN) a través de su plataforma Hipatia.
La disciplina de ingeniería de materiales, es la que muestra la tasa de crecimiento promedio anual más alta (37,5%) en cuanto a los graduados en las áreas de ciencia y tecnología.
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En esta área se desarrollan productos y procesos donde se integran de forma óptima diferentes tipos de materiales, tanto metálicos, cerámicos, compuestos y poliméricos, que pueden ser aplicados en industrias como la aeroespacial y la médica.
Mientras que por otro lado, están disciplinas que han mantenido un promedio más bajo como la ingeniería química (4,7%) y el mantenimiento industrial (0%).
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Áreas con potencial
En Costa Rica existe una asimetría importante en cuanto a su tipo de profesionales, ya que en el 2015, se graduó tan solo un 28% en áreas relacionadas con ciencia y tecnología, mientras que en las áreas sociales y de humanidades hubo un 72%.
La balanza se inclina drásticamente hacia un sector que ya está saturado, mientras que en otro sector se pide a gritos nuevos profesionales.
María Santos, coordinadora de investigación de Hipatia, explicó que actualmente en Costa Rica no existe una cifra oficial de la demanda de profesionales que existe en las empresas y esto difificulta la valoración exacta de la demanda nacional, sin embargo, se puede lograr cierta luz con el registro que efectuó la Coalición de Iniciativas para el Desarrollo (Cinde) con su listado de ocupaciones que podrían ser más demandadas por las empresas en sectores con una alta expansión.
Según Cinde, las carreras de administración de software o computación y la ingeniería industrial son las carreras tecnológicas más apetecidas dentro de las empresas.
Con respecto a las tasas de graduados que muestra Hipatia, es un buen momento para la ingeniería industrial, pues posee un crecimiento en graduados del 14,5%.
Mientras que la disciplina que más destaca es la ingeniería en materiales.
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Teodolito Guillén, de la Escuela de Ciencia e Ingeniería de los Materiales del Instituto Tecnológico de Costa Rica (TEC), afirmó que la tasa de crecimiento tan alta en cuanto a nuevos profesionales en ingeniería en materiales se debe al apoyo institucional que permitió el incremento en la cantidad de estudiantes que se reciben anualmente, además que hay una creciente demanda de esta carrera por los jóvenes que deseen estudiar una ingeniería de fuerte orientación tecnológica.
“Si bien es cierto es una ingeniería poco común en el país, a la gente le cuesta visualizar el quehacer del ingeniero en materiales, este campo es conocido y clave fundamental en el desarrollo tecnológico, científico y de manufactura en los países desarrollados. Si Costa Rica desea ser parte de la nueva industria, se debe trabajar en campos como este, con un fuerte componente tecnológico científico en el desarrollo de soluciones innovadoras”, agregó Guillén.
Proceso más lentoHay otras áreas en las cuales el crecimiento es más bajo, como en ingeniería química. Esta tiene el potencial para emprender e innovar, ya que el ingeniero químico puede promover y crear nuevos productos o soluciones.
Henry Borbón, del departamento de Química Orgánica y Bioquímica de la Universidad Nacional (UNA), señaló que el área de las ciencias no atrae mucho a los nuevos estudiantes, porque manejan una cierta fobia hacia las matemáticas y la química, y precisamente estas dos áreas se juntan en ingeniería química.
Esas deficiencias se presentan como obstáculos, por lo que solo un porcentaje bajo logra graduarse.
Para Borbón, la ingeniería química significa innovación, y esto es lo que requiere un país que, aunque no tenga muchos recursos económicos, realice grandes aportes a la ciencia y el conocimiento en la investigación que se lleva a cabo día a día en los centros con ingenieros químicos.
Estas áreas están ante un mercado hambriento por obtener más calidad científica y tecnológica, además de las grandes oportunidades para innovar.