La tecnología y las telecomunicaciones conectan a las personas de la misma forma que hace algunas décadas. La diferencia en la actualidad es que, junto con la banda ancha, son indispensables para la educación, la salud, el trabajo y todos los sectores productivos.
Recientemente la GSM Association (GSMA) presentó al actual presidente electo, Rodrigo Chaves, y al excandidato liberacionista, José María Figures, un documento en el que plantean cuatro temas para que Costa Rica dé el salto en telecomunicaciones. Los temas fueron consensuados con actores del sector a nivel local y se espera profundizar sobre el próximo mandatario.
No son nuevos, pero son estratégicos. “Hay mucho espacio para generar políticas públicas que permitan el entendimiento de la digitalización de los procesos productivos”, dijo Lucas Gallitto, Director para América Latina de la GSMA, que reúne a operadores y fabricantes de tecnologías de comunicación móviles a nivel global.
Ante la elección de Chaves, la Cámara de Infocomunicación y Tecnología (Infocom) recalcó en la necesidad de la seguridad jurídica, eliminar las trabas en infraestructura, avanzar a las redes de quinta generación (5G) y actualizar el marco legal de servicio universal.
La Cámara de Tecnologías de Información y Comunicación (Camtic), por su parte, también espera que en la nueva administración las tecnologías de información y comunicación ocupen un papel preponderante dado que el sector digital produce la quinta parte del Producto Interno Bruto (PIB), una tercera parte de las exportaciones y genera más de 85.000 empleos.
¿Cuál es el estado de América Latina en el avance de las telecomunicaciones?
Históricamente América Latina ha sido una región seguidora. No ha sido una región que ha liderado los procesos de adopción de nuevas tecnologías. Eso ha estado siempre en manos de de Estados Unidos, Asia y Europa. Hoy hay algún tipo de rezago de Europa en esta competencia entre EE.UU. y el continente asiático.
América Latina es bastante heterogéneo y no es una excepción en el caso de las telecomunicaciones. Tenemos algunos países que dentro de la región son líderes. Por ejemplo, Brasil donde recientemente se tuvo una subasta de espectro no recaudatoria (aproximadamente el 90% o 93% son compromisos de inversión de cobertura) y se hizo un trabajo un poquito más integral en el marco legal, la duración de licencias, y las estructuras impositivas y de mercado.
En estos dos años de pandemia hemos visto en la mayoría de los países de América Latina un discurso al más alto nivel político donde se resalta la importancia de las telecomunicaciones, pero en muy pocos casos se ve política pública que realmente potencie esa declamación. Hemos visto renovaciones de licencias en muchos países con una mirada recaudatoria y se siguen poniendo trabas al despliegue de infraestructura.
¿Cuáles otros países llevan el liderazgo en la región?
Algunos países realizaron asignaciones de espectro, como Chile, Perú y República Dominicana. Una subasta no implica liderazgo. En Europa algunos países encararon procesos licitatorios, pero varios extremadamente caros.
En Colombia también se realizó una subasta muy cara.
Sí, fue una subasta de la banda de 700 MHz y de 2.5 GHz hace un par de años (para 4G). Colombia es uno de los países donde el precio del espectro se incrementó cuando lo medimos como porcentaje de los ingresos de la industria.
¿Hay suficiente comprensión de parte de las autoridades —más allá de las directamente vinculadas a telecomunicaciones— de las tecnologías de banda ancha a las cuales deberíamos apostar?
Las telecomunicaciones se utilizaban para conectar personas a personas. Con el correr de los años, con la masificación y la digitalización de los procesos productivos, de la salud, del trabajo y del transporte, las telecomunicaciones se hicieron transversales a todos los sectores.
Hoy la conectividad, que es el eje de la digitalización, está más presente en todas las verticales de la industria. Eso tiene sus desafíos.
Uno es contar con una agenda digital de gobierno. No es un patrimonio propio de Costa Rica el hecho de que distintas autoridades no tengan la sapiencia necesaria. También a nivel municipal.
¿Hay resistencia en la población a las telecomunicaciones y específicamente a Internet?
Sí hemos encontrado. Lo vemos mucho por oleadas. Al principio de la pandemia había una teoría conspirativa sobre el coronavirus, las vacunas y 5G. Se han dado casos en que los técnicos de mantenimiento de las antenas eran atacados por las comunidades. Hay mucho desconocimiento.
Costa Rica se ubica, en los rankings de telecomunicaciones entre los primeros 100 a nivel global, entre los primeros cinco de América Latina y primero o segundo en América Central, junto con Panamá. ¿Qué hace falta?
Para integrar completamente a los costarricenses a la economía digital son cuatro los pilares planteados en el documento: la promoción de políticas de espectro a largo plazo, centradas en la inclusión digital; facilitar el despliegue infraestructura; implementar políticas de servicio universal nacionales y unificadas; y modernizar los marcos de política de política y regulación.
No son nuevos.
Sí, claramente. Ahora, probablemente, lo que cambia es el para qué. Cuando éramos jóvenes llevar un móvil era un símbolo de estatus. Hoy claramente es un elemento democratizador, igualador, que nos permite acceder a educación, información, salud.
El motivo de conectar a todo y todos para un futuro mejor tiene que ver con los objetivos de desarrollo sostenible de Naciones Unidas. Lo que estamos poniendo sobre la mesa probablemente cambió y queda mucho qué hacer.
¿Cuál es la urgencia de lo que se planteó? Porque para los políticos y gobernantes, la tecnología es un tema más junto a otros y a veces menos importante que el tema fiscal, por ejemplo.
La tecnología es la herramienta transformadora de la vida de los ciudadanos. La mayor adopción de los de los servicios de telecomunicaciones le da la capacidad a la sociedad de poder informarse mejor, estudiar, trabajar.
De acuerdo a la Unión Internacional de Telecomunicaciones un 10% de aumento de la adopción de banda ancha móvil tiene un impacto de aproximadamente del 1,5% en el PIB en un país de renta baja o media, porque nos volvemos más productivos. Eso con una visión únicamente desde el usuario final.
Recordemos que 5G tiene un potencial transformador a nivel productivo. La adopción de nuevas tecnologías y digitalizar procesos productivos, que luego se pueden automatizar y se pueden mejorar, claramente es una herramienta de aumento de productividad.
De lado de la industria está claro que la revolución 4.0 toca lo fiscal, la salud, la educación, el agro, la manufactura. ¿Los gobiernos lo tienen claro?
Entendemos que todavía hay mucho desconocimiento. Por eso es importante involucrar a los hacedores de política pública para empezar a incluir los procesos de digitalización en los procesos productivos transversales.
Ruta digital |
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Propuestas de ‘El camino hacia una Costa Rica digital’: |
Promover políticas de espectro a largo plazo centradas en la inclusión digital: las políticas de espectro deberían enfocarse en ampliar la capacidad y la cobertura de las redes, no en maximizar la recaudación del Estado. |
Facilitar el despliegue de infraestructura: se requiere eliminar los obstáculos a nivel municipal para la instalación de para redes actuales y futuras, generar condiciones de certidumbre jurídica y previsibilidad que incentiven las inversiones. |
Implementar una política de servicio universal nacional y unificada: la estrategia del Fondo Nacional de Telecomunicaciones (Fonatel) debe ser reevaluada, procurando evitar la duplicidad de programas y contemplando los casos de buenas prácticas internacionales. |
Modernizar los marcos de política y regulación: realizar análisis costo-beneficio de la regulación, con criterios de eficiencia. La velocidad con la que avanza la tecnología exige encarar una desregulación inteligente, simplificando normativa y eliminando la regulación obsoleta que entorpece la innovación. |
Fuente: GSMA América Latina |