Los cambios en el empleo ya se pueden ver. Los sistemas de autoservicio en los aeropuertos son apenas un anticipo. Lo mismo, en los hoteles.
A nivel mundial, los hoteles envían correos electrónicos a los clientes que quieren organizar un evento corporativo. En los documentos adjuntos va la cotización y luego el contrato (con firma electrónica). ¿Qué tiene de novedoso? Lo envía un agente digital, apoyado en tecnología de inteligencia artificial (IA), sin intervención de ningún empleado. No es el único cambio.
Ya hay hoteles que usan servicios inmersivos para ver y elegir la mejor habitación, robots autónomos de limpieza y equipos para el chequeo de ingreso, que además informa al cliente los horarios del restaurante, la cocina y el gimnasio.
En Nueva York un brazo robótico recibe a los clientes en el Yotel, en Tokio el hotel Henn Ha dispone de dinosaurios recepcionistas y robots baristas para el café y, en Valencia, el Caro Hotel tiene iluminación inteligente en las habitaciones, asistente inteligente vía WhatsApp para comunicarse con recepción y un lector digital con acceso a miles de periódicos y revistas.
Vienen más innovaciones. En la última Feria Internacional de Turismo (Fitur), realizada en enero anterior en Madrid, se presentaron gemelos digitales (también para elegir habitación y otros servicios) que ya usan 60 cadenas internacionales, incluyendo a Radisson Hotel Group, Iberostar Hotels & Resorts, Barceló Group, RIU Hotels & Resorts, Hyatt y Palladium Hotel Group.
También se mostraron robots sofisticados para servicio al cuarto y traslado de mercancías, sistemas de automatización de custodia de equipajes, para bares y para grifos de bebidas, y apps para reportar —con una fotografía— problemas o si requiere aseo.
La transformación del empleo por la automatización, de la mano de la IA y de la IA física (que combina robots y androides con IA) afectará todos los empleos. “Dentro de diez años, la mayoría de las tareas humanas serán realizadas por IA”, dijo recientemente Bill Gates, cofundador de Microsoft, en el programa de Jimmy Fallon.
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En educación y salud se usarán tutores y sistemas de diagnóstico basados en IA. El único empleo que no se verá afectado es la programación en informática, según Gates. Aquí ya se usa IA, aunque se requiere supervisión humana, pero en una o tres décadas la tecnología estará más desarrollada.
En Costa Rica se estima que el 68% de los trabajadores se encuentran en ocupaciones con alto riesgo de automatización para los siguientes 10 o 20 años. En un reciente informe, la Academia de Centroamérica estima que más del 50% de los empleos de alta calificación —profesionales, técnicos y científicos— serán los que aprovechen la IA.

En su oficina o la planta
Piense en todas las tareas que realiza en su puesto, apoyándose en la ofimática. Las tecnologías de automatización robótica de procesos (RPA) y la IA facilitan ya tareas como el ingreso de datos, la gestión de correos electrónicos (resumen, redacción y respuesta), las reservas de salas de reuniones y el procesamiento de documentos.
Los ingenieros pueden planificar proyectos y asignar tareas, crear planos y esquemas o flujos de trabajo, generar la documentación y la simulación para pruebas virtuales, intercambiar información con otros departamentos, realizar diseños y mecanismos de mantenimiento de sistemas automáticos (incluyendo robots) y generar soluciones innovadoras a problemas existentes.
En contabilidad los sistemas automatizados facilitan el registro de los datos contables desde hace años. Y va más allá. Se pueden realizar conciliaciones contables y bancarias, generar informes contables y financieros, y obtener acceso a la información en tiempo real. Según McKinsey & Co. eso reduciría los costos laborales hasta en un 80%, pues se requerirían menos recursos humanos.
Las firmas de estudios de mercado, de tecnología y entidades internacionales sostienen que la automatización aumentará la productividad, el trabajo remoto y la flexibilización laboral, así como generará nuevos empleos.
Según el Foro Económico Mundial por cada puesto eliminado se crearían hasta cuatro puestos de trabajo que requieren habilidades digitales y de IA. La realidad es que la más reciente ola de despidos de informáticos en Estados Unidos implicó la sustitución de personal que no tenía competencias de IA.
Se verán disminuidas las posiciones de cajeros, auxiliares de gerencia y personal administrativo, diseñadores, atención al público, operarios en manufactura y peones agrícolas, conductores, recepcionistas, de servicios de limpieza, locución y redacción, entre otras.
Se requerirá más personal en informática y ciberseguridad con IA, ingenieros de robótica (para diseño, construcción y mantenimiento), analistas de inteligencia comercial, ingenieros de servicios financieros digitales y expertos en programación de sistemas automatizados, procesamiento de lenguaje natural y de prompts e investigadores de IA.

Todo esto exige que las personas tengan las competencias en las nuevas tecnologías, incluso en puestos básicos. Los cambios ya empezaron y se irán profundizando cada vez más.
Un informe de la Universidad de Stanford, EE. UU., reveló que en apenas un año los sistemas de IA lograron avances en la generación de vídeo de alta calidad y los agentes del modelo de lenguaje superaron a los humanos en tareas de programación.
Aumentaron también las aplicaciones. Por ejemplo, en salud, la Food and Drug Administration (FDA) aprobó en 2023 más de 223 dispositivos médicos habilitados para IA, frente a sólo 6 en 2015.
Los autos inteligentes ya no son experimentales: Waymo, uno de los operadores estadounidenses más grandes, ofrece más de 150.000 viajes autónomos cada semana, mientras que la flota asequible de Apolo Goo sirve ahora a numerosas ciudades de toda China.
Aumentaron también la inversión en IA y el uso de negocios (del 55% al 78% de las empresas entre 2023 y 2024). Sin embargo, persisten las lagunas en el acceso y la preparación.
No hay que esperar para que otras invenciones salgan al mercado.
Con una altura de 1,72 metros y un peso de 72 kilos, el Apollo es el primer robot humanoide comercial de la empresa texana Apptronik.
El equipo que lo creó desarrolló previamente el robot espacial Valkyrie de la NASA. Está diseñado para tareas en almacenes y plantas de fabricación como levantar cajas, recoger y colocar artículos y ensamblar componentes.
En el futuro, incluso podría realizar entregas a domicilio y cuidar a personas mayores. Apollo y otros robots similares que surjan competirán con los drones que ya se están utilizando —y otros que se desarrollen en el futuro— para entregar paquetes a larga distancia.
¿Qué pasará con todos los empleos que desplacen?