Medellín ha logrado mantener a raya la pandemia. El alcalde Daniel Quintero lo atribuye al rastreo de contagios y a una plataforma que almacena los datos que cedieron millones de personas.
Lo que para él es motivo de orgullo, para otros encarna un riesgo al derecho a la privacidad.
Con siete muertes y 1.238 contagios, la segunda ciudad colombiana es de las menos golpeadas por la COVID-19 del continente.
El control del virus ha permitido atender enfermos de otras zonas y reanudar actividades, justo cuando decesos y contaminaciones se disparan en Latinoamérica.
Las cifras son inusualmente bajas para una urbe de 2,4 millones de habitantes y densamente poblada.
En el resto del país ya van más de 71.000 contagios y 2.300 muertos desde el 6 de marzo.
"Medellín se está convirtiendo en un referente mundial de cómo resolver problemas utilizando conocimiento, utilizando información", sostiene Quintero, un ingeniero electrónico de 39 años.
El funcionario explica la estrategia: preparación del sistema de salud tres meses antes de que el virus aterrizara en Colombia, testeo masivo y su programa Medellín Me Cuida, que reúne una gran base de datos personales.
La plataforma permitió entregar alimentos y subsidios que evitaron que las personas salieran de casa, así como montar cercos epidemiológicos “a una velocidad asombrosa”.
La herramienta fue lanzada el 5 de abril en medio del confinamiento cada vez más relajado que rige en el país desde el 25 de marzo.
Más de 3,5 millones de personas están registradas, incluidos pobladores de municipios aledaños.
“Cada vez que nos encontramos un caso positivo hacemos todo un tracking que utiliza información”, explica. “Adicionalmente, a través de un rastreo por bluetooth, sabemos si esa persona entró a un centro comercial, con quién estuvo...y eso nos hace mucho más fácil la tarea”.
Los analistas cuetionan qué ocurrirá después.
“En el poscovid, ¿qué va a pasar con esa plataforma?”, planteó Felipe González, experto en protección de datos. “¿Qué pasa si se pierde la información o si llega a manos de otros?”.
Preparación
La baja incidencia del COVID-19 en Medellín se debe a que desde enero anterior se empezó a preparar al sistema de salud y a establecer tecnología de punta con anticipación.
Quintero justifica que al saber quiénes están contagiados a tiempo, se puede aislar esos casos y reducir la velocidad de contagio.
La información se habría obtenido a partir de la confianza de los ciudadanos, dice el Alcalde.
“La información nos ha permitido mejorar la capacidad para hacer cercos epidemiológicos. También le ha dado poder a los ciudadanos para protegerse”, indica.
Agrega: “Enviamos un mensaje de texto diario a los ciudadanos de cada barrio contándoles cuántos contagios tiene a 200 metros a la redonda. En la medida en que va aumentando el número de casos, las personas van tomando más precauciones”.
Cuando hay un infectado, se sabe dónde vive, dónde trabaja y se ubica de manera georreferenciada. También si utiliza el metro y a qué hora, lo que permite hacer pruebas.
“Medellín es la ciudad que más pruebas hace por caso positivo. Nosotros hacemos un gran esfuerzo por encontrar los casos de personas asintomáticas, que son las que terminan, muchas veces, contagiando a otros”, dijo.
Quintero admite los temores existentes sobre la pérdida de privacidad, pero argumenta que tener información ha permitido resolver problemas.
Señala que el deber es proteger los datos para que no sean usados con otros propósitos.
“La información que no sea necesaria será eliminada una vez se termine la pandemia. Los ciudadanos tienen el derecho fundamental a saber qué información guardo yo de ellos, pero además a eliminar la información personal si así ellos lo desean”, recordó.