Los “Panama Papers” levantaron un revuelo respecto a la tensión entre privacidad de datos y la vigilancia de información empresarial y fiscal. En el fondo, tiene que ver con seguridad de la información.
El volumen de la información está creciendo, así como la manera en que las organizaciones dependen de esta. La información es un factor crítico para sostener la operación, y el crecimiento de cualquier organización. La información es cada vez más significativa y valiosa para los negocios.
Para sustentar la marcha de las organizaciones, es necesario asegurar la información. Los medios digitales facilitan el manejo de datos y agilizan los procesos, pero el crecimiento de su volumen, su ubicuidad y su movilidad hacen que nuestras preocupaciones aumenten.
La seguridad de la información es el conjunto de medidas preventivas y reactivas de las organizaciones y de los sistemas tecnológicos que permiten resguardar y proteger la información en busca de mantener su confidencialidad (prevenir la divulgación de información a personas o sistemas no autorizados), su disponibilidad (acceso a la información y a los sistemas por personas autorizadas), su integridad (datos exactos, completos y libres de modificaciones no autorizadas) y su responsabilidad (resguardar equipo e información y dar cuentas ante autoridades competentes sobre la pérdida de la información).
El asunto no es exclusivamente tecnológico: la seguridad de la información comprende también a aquella que no está relacionada con medios informáticos.
Toda organización debe tener una política para administrar el aseguramiento de la información. Esto involucra a los gerentes y directivos: ellos deben reconocer los riesgos que resultan de un aseguramiento deficiente de la información y tomar medidas para atender tales riesgos. Quienes tienen la autoridad y la responsabilidad deben mantener un interés activo en la prevención de los riesgos de información.