Los fondos públicos están demasiado comprometidos como para poder estimular la investigación científica y el desarrollo de nuevos productos o soluciones.
El contexto es complicado. El déficit fiscal pone en aprietos las finanzas del Estado marcadas por una estructura de gasto inflexible.
Ante la realidad del erario público, la esperanza de que se destine más inversión para ciencia se desvanece. Así lo aseguró Marcelo Jenkins, titular del Ministerio de Ciencia, Tecnología y Telecomunicaciones (Micitt).
Para la institución, el problema se agrava debido a que en el país se depende de los fondos públicos para administrar los proyectos de investigación. Es un papel que en otros países asume el sector privado.
Este no es el único reto que tiene el Ministerio. El área de telecomunicaciones presenta los pendientes más importantes: banda ancha para mejorar el Internet fijo, la transición de la televisión analógica a la digital y la licitación de los 70 MHz para telefonía móvil.
¿Será el 2017 cuando finalmente habrá avance en estos temas? En una entrevista con EF, Jenkins explicó cuáles son los retos que tiene la institución y cuáles los avances que tuvo la institución.
Rendición de cuentas
Antes de pensar en un país que se base en una economía del conocimiento, se debe estimular la investigación científica con inversiones.
Desde este postulado de arranque, Costa Rica ya se ve mal. La “inversión es casi imposible, no hay manera desde el lado público”, aseveró el ministro.
Actualmente a nivel nacional se invierte el 0,58% del Producto Interno Bruto (PIB) en investigación y desarrollo. Es una cifra que se queda corta en comparación con los países de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), los cuales superan el 1%.
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Con recortes al presupuesto para el 2017 y sin un futuro alentador, Costa Rica deberá cambiar su estrategia si quiere tan solo arrancar. Porque con lo que tenemos no es suficiente.
Según los Indicadores Nacionales de Ciencia y Tecnología e Innovación de Costa Rica correspondientes al 2014 (los datos más recientes que ofrece el Micitt), muestran que en el país se invirtieron $1.294 millones en actividades científicas y tecnológicas.
De este monto $838 millones fueron invertidos por el sector académico, $344 millones por el sector público, $105 millones por el sector empresarial y $6,5 millones por las organizaciones sin fines de lucro.Ante este panorama, Jenkins apuesta por mover sus cartas hacia la inversión privada. Para esto en el Ministerio se crearon iniciativas para que funcionen como puente entre la academia y las empresas. Se trata de Ruta Inn, Inno Lab y Huella Pyme.
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Estos proyectos todavía dan sus primeros pasos y se espera que el alcance sea mayor.
En el caso de Ruta Inn, que es una alianza público-privada que pretende llegar a los más jóvenes a través de ferias científicas y campamentos de ciencia, se logró que 30 personas entre los 15 y 20 años exploraran herramientas para ser innovadores.
También se efectuó la segunda ronda de Inno Lab, lugar donde participan las universidades y el sector económico más robusto. Se logró reunir a 35 empresarios, 35 investigadores y 15 gestores de innovación respaldados por la Universidad de Costa Rica (UCR) y el Tecnológico de Costa Rica (TEC).
En el caso de Huella Pyme, fueron 200 pequeñas y medianas empresas las que participaron en actividades de transferencia de conocimiento acerca de buenas prácticas empresariales relacionadas con tecnología.
Jenkins aseguró que uno de los principales logros fue la organización de ferias científicas y la capacitación y entrega de equipos en los Centros Comunitarios Inteligentes (CECI).
En las ferias científicas regionales de este año participaron más de 5.000 personas.
Tareas pendientes
En el área de telecomunicaciones todavía queda mucho por hacer.
La tarea de la adjudicación de los 70 MHz pareciera ser el pendiente “más fácil” de resolver. Jenkins aseveró que estaría listo a inicios del 2017. “Solo falta hacer unas observaciones al cartel”, señaló.
El Micitt también mantiene como un tema prioritario la transición de la televisión analógica a la digital.
A partir del 2017 las televisoras trabajarán de forma voluntaria en la creación y difusión de campañas que ayuden a educar a la población sobre qué significa el “apagón analógico” y la mejor manera de adaptarse.
Quizá, la misión más retadora para la institución y el país es mejorar la velocidad de Internet fijo. Alcanzar la anhelada banda ancha.
El ministro asegura tener ideas para resolver la situación y la compañía Korea Telecom se mostró interesada en el negocio de extender un cable submarino que conecte a Costa Rica con Europa y Asia, para lograr que la velocidad del Internet fijo sea más eficiente. Sin embargo, todavía “falta realizar el estudio de factibilidad y se tiene claro que cuesta muy caro”.