Un chatbot de inteligencia artificial llamado ChatGPT está llamando la atención de los internautas por su capacidad de responder preguntas y tomar instrucciones de los usuarios de una manera conversacional, similar a la humana.
OpenAI, la compañía detrás de la herramienta, lanzó en diciembre anterior un versión demo de ChatGPT y en cuestión de cinco días alcanzó 1 millón de usuarios, según ha dicho Sam Altman, CEO de la empresa.
El auge de la plataforma captó la atención de Microsoft, empresa que ya era socia de OpenAI, pero que ahora decidió dar un paso más contundente con una fuerte inversión.
¿Qué hace?
ChatGPT no solo es conversacional, sino que también está bien entrenado en una amplio abanico de temas. Entre sus habilidades están tareas sencillas como redactar cartas o hacer publicaciones en redes sociales hasta programar pero también crear guiones para programas de televisión, explicar la física cuántica o escribir un poema a pedido.
En su publicación de blog sobre el lanzamiento, OpenAI dijo que el formato de diálogo de ChatGPT “hace posible que responda preguntas de seguimiento, admita sus errores, cuestione premisas incorrectas y rechace solicitudes inapropiadas”.
En redes sociales, decenas de usuarios publicaron sus experimentos con el chatbot. Por ejemplo, una persona le pidió hacer un ensayo de cuatro párrafos sobre las teorías del nacionalismo de Benedict Anderson y Ernest Gellner, uno politólogo irlandés y el otro un filósofo checo-británico.
El resultado de la petición resulta impactante. “Estamos presenciando la muerte del ensayo universitario en tiempo real”, escribió el usuario.
I guess GPT-3 is old news, but playing with OpenAI’s new chatbot is mindblowing. https://t.co/so1TuXMQB0
— Corry Wang (@corry_wang) December 1, 2022
We’re witnessing the death of the college essay in realtime. Here’s the response to a prompt from one of my 200-level history classes at Amherst
Solid A- work in 10 seconds pic.twitter.com/z1KPxiAc1O
Otra persona le encargó a ChatGPT escribir una pieza para piano al estilo de Mozart, algo que el chatbot resolvió sin problemas.
— Ben Tossell (@bentossell) December 1, 2022
En una reciente prueba hecha por este medio, ChatGPT respondió cuántas palabras hay en el diccionario de Oxford y cómo las tasas de interés reducen la inflación, con respuestas que no están copiadas de un sitio web, sino que son deducidas por la inteligencia artificial (IA) según las bases de datos de información que ha estudiado.
Esta herramienta se puso de moda entre estudiantes que encontraron fácil encargarle la realización de sus tareas, pero tiene sus limitaciones: no siempre es precisa y tiene vacíos si se le pregunta sobre acontecimientos posteriores a 2021. La propia empresa creadora admitió que el chatbot puede generar respuestas “que suenan plausibles pero incorrectas o sin sentido” y mostrar un comportamiento “sesgado”.
No obstante, suele resolver con soltura cuestiones sobre una amplia generalidad de temas.
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Por esa razón la herramienta ya está envuelta en polémica en el mundo académico. La universidad francesa Sciences Po prohibió el 27 de enero a sus alumnos usar ChatGPT, so pena de sanciones, como la expulsión del centro.
En el correo emitido por la dirección, el centro de estudios subraya que esta herramienta “plantea serios interrogantes a los actores de la educación y de la investigación en todo el mundo” sobre el tema del “plagio”, informó la agencia AFP.
Otros ya le encuentran usos. El sitio digital de noticias BuzzFeed planea usar la IA abierta de ChatGPT para generar contenido específico para el sitio, incluidos cuestionarios, según publicó Forbes. “El proceso creativo será cada vez más asistido por IA y habilitado por tecnología”, dijo el presidente ejecutivo, Jonah Peretti, en un memorando a los empleados.
OpenAI está buscando cómo monetizar su inesperadamente popular aplicación. Según recogió el medio The Verge, una nueva versión pro está disponible para los usuarios por $42 al mes, aunque la empresa no ha hecho un anuncio oficial sobre el costo y características disponibles para esta versión.
Microsoft a la caza
Posiblemente previendo el crecimiento de esta tecnología a largo plazo, Microsoft está reforzando su apuesta económica en OpenAI.
Ambas empresas ya eran socias pero ahora Microsoft se dispone a invertir $10.000 millones más en OpenAI a lo largo de varios años, según datos de Bloomberg.
“Hoy anunciamos la tercera fase de nuestra asociación a largo plazo con OpenAI a través de una inversión plurianual y de miles de millones para acelerar los avances en inteligencia artificial y garantizar que estos beneficios se compartan ampliamente con el mundo”, escribió Microsoft en un comunicado.
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Como parte del acuerdo, Microsoft desplegará los modelos de OpenAI en sus productos de consumo y empresariales e introducirá nuevas categorías de experiencias digitales basadas en la tecnología de OpenAI.
La compañía invirtió $1.000 millones en OpenAI en 2019 y volvió a inyectar dinero dos años después, pero la nueva inversión es la más cuantiosa.
IA: la era de los datos
Los chatbots como GPT aprovechan la IA que funciona con enormes cantidades de datos y técnicas informáticas con el fin de hacer predicciones sobre cómo unir palabras para formar frases con sentido.
No solo utilizan una gran cantidad de vocabulario e información, sino que también entienden palabras en contexto, lo que les ayuda a imitar los patrones del habla al tiempo que buscan transmitir conocimiento.
Las herramientas del lenguaje que usan IA están en el radar de grandes empresas tecnológicas. Google y Meta han desarrollado sus propias herramientas de modelo de lenguaje que utilizan programas que responden a indicaciones humanas y diseñan respuestas sofisticadas.
Por ejemplo, Meta anunció en octubre que desarrolló un sistema de traducción del taiwanés, que carece de escritura estandarizada, en lo que constituye el primer paso en el diseño de una herramienta de traducción de voz, automática y en tiempo real, para todas las lenguas.