Otto Monge es un costarricense de 34 años que actualmente estudia un doctorado en Ciencias de la Vida en la Universidad de Viena, Austria.
Él se encuentra en Europa desde el 2017 y viajó gracias a una beca que le otorgó el Ministerio de Ciencia, Tecnología y Telecomunicaciones (Micitt).
Su plan luego de finalizar el doctorado es regresar a Costa Rica para instalar un laboratorio en la zona de los Santos para efectuar pruebas y análisis que consisten en evaluar el papel de las aves dentro de los cafetales y cómo el cambio climático podría afectar esa relación en el futuro.
“Quiero investigar si las aves pueden también dispersar semillas y polinizar plantas dentro de las fincas y que esto ayude a tener más vegetación dentro del cafetal. Esto es importante porque según algunas predicciones, los cafetales que están más expuestos al Sol podrían verse afectados con el aumento en la temperatura debido al cambio climático”, explicó Monge.
Esta investigación en la zona de los Santos está ligada a sus estudios en Viena, por lo que Otto toma el conocimiento que obtiene en Europa y lo aplica en el país.
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El científico también está interesado en ejercer como profesor en Costa Rica y realizar un posdoctorado.
Monge pertenece a los 670 científicos y tecnólogos que estudian en el extranjero, según datos de la plataforma Hipatia del Programa del Estado de la Nación.
La buena noticia para el país es que un 58% de ese talento planea regresar a Costa Rica.
Esta cifra representa una mejora en comparación con los datos del 2015, cuando un 42% dijo que no veían oportunidades en Costa Rica. Hoy esa cifra se redujo a 33%.
La edad de la mayoría de los entrevistados oscila entre los 26 y 35 años, quienes salieron del país para estudiar o trabajar.
Quienes muestran el mayor interés en volver al país son los involucrados en las ciencias agrícolas (63%). Del otro lado de la acera están los profesionales de las ciencias médicas e ingeniería, que están menos interesados en regresar (44%).
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Imán de talento
Atraer al talento que se formó en el extranjero ha sido una tarea difícil debido a la baja inversión del país en investigación y desarrollo que es de un 0,43% del Producto Interno Bruto (PIB).
Al comparar este tipo de inversiones con otros países que pertenecen a la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), el país todavía se queda corto, pues, los miembros aportan más del 1% de su PIB para estas actividades.
Entonces, ¿cómo se espera atraer y retener a los profesionales que se formaron en el extranjero?
La respuesta del Gobierno está en mantener una constante inversión en medio de los problemas con el déficit fiscal y darle mayor fuerza a la inversión privada.
Se espera que con la llegada y el desarrollo de firmas transnacionales se estimule la creación de puestos especializados donde puedan calzar estos profesionales.
“La inversión en I+D se contrasta con respecto al PIB que fue de 0,44% (2016) y 0,43% (2017); en términos absolutos, se pasó de $245,4 millones en 2016 a $246,3 millones en 2017, manteniendo valores constantes en los últimos dos años y desmarcándose de la tendencia del resto de Latinoamérica, que muestra disminuciones en la inversión”, explicó el Micitt.
En términos absolutos, en el 2017 se invirtieron $1.361,9 millones en actividades científicas y tecnológicas, de este monto $864,8 millones fueron invertidos por la academia; $420,6 millones por el sector público; $75,9 millones por el sector empresarial y $0,6 millones por los organismos sin fines de lucro.
En los países desarrollados, la mayor carga de inversiones la lleva el sector privado, ya que están interesados en estimular la innovación.
La herramienta Hipatia mostró que hace tres años, el 45% de los tecnólogos que estudiaban o trabajaban quería volver al país, frente a un 42% que no estaba interesado. Hoy, un poco más de la mitad ve posibilidades de regresar a Costa Rica.
Estados Unidos es el país que más alberga costarricenses, según Hipatia son 217, seguido por Alemania (74) y España (54).
Las actividades en las que encuentran mayor oportunidades para vincularse con la fuerza laboral del país son los proyectos de investigación en cooperación con colegas y el intercambio de conocimiento a través de la docencia y publicaciones.
Más abajo en la lista aparece el emprendedurismo y las actividades filantrópicas.
La importancia que tiene la formación del talento en el extranjero está en que los estudiantes alcanzan una mejor educación, eleva la calidad de las investigaciones, estimula la innovación e incluso mejora la imagen de Costa Rica a nivel internacional.
Los perfiles multilingües en áreas de ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas sumado a habilidades blandas, como la creatividad, son cualidades que, según la Coalición de Iniciativas para el Desarrollo (Cinde), logran inclinar la balanza a favor del país cuando compañías transnacionales buscan desarrollar sus negocios.
Monge quiere desarrollar más investigación en Costa Rica con lo que ha aprendido en Austria, por lo que está en busca de financiamiento para obtener equipos portátiles y de alta tecnología para llevar a la Zona de los Santos innovación y desarrollo.