Amazon cumple el 20 aniversario del lanzamiento en línea de su tienda de comercio electrónico y consolidando su área de servicios de cara a la nueva era de Internet de la nube, almacenamiento de grandes cantidades de datos (Big Data) y de análisis de la información (analítica).
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El 16 de julio de 1995 la firma lanzó su servicio de ventas en línea, alcanzando ventas de $15,7 millones al concluir el año fiscal de 1996, pasando de 180.000 a 1,5 millones clientes en 1997, mostrando una tasa de clientes que repetían compras cercana al 50% y —según el prospecto presentado a los accionistas para su ingreso en bolsa en ese año— ocupando el lugar 20 en un ranking de 90 sitios electrónicos elaborado por Media Metrix.
Así se convirtió en el ícono del comercio electrónico y de la primera era de Internet, con las puntocom, y su fundador, Jeff Bezos, fue coronado como el hombre del año por la revista Time en 1999.
Superado el estallido de la burbuja de las puntocom a principios de los años 2000, de la que salió como una sobreviviente, la compañía lanzó su unidad de servicios conocida como Amazon Web Services (AWS) en el año 2006, justo antes de la crisis financiera del 2008 que golpeó a todas las industrias.
Más que darle un aire de diversificación –al que se une la venta del reproductor de libros electrónicos, un smartphone y el servicio de video streaming–, el AWS convirtió a la compañía en una fuerte contendiente en el área de almacenamiento y entrega de contenidos, bases de datos, analítica, aplicaciones y soporte, entre otros.
Al finalizar el año fiscal 2014 Amazon obtuvo ventas por $88.988 millones, de los cuales 23% era generada por AWS.
Sin embargo, la firma viene arrastrando pérdidas por $241 millones en el 2014 y $57 millones en el primer trimestre del 2015, en parte por el ritmo de aumento de sus costos de tecnología y contenidos y de mercadeo que supera el crecimiento de los costos operativos totales y el de los ingresos, de acuerdo al análisis de los estados financieros.
La compañía, además, viene enfrentando cuestionamientos por diversos sectores de la industria literaria –encabezada por autores, agentes y vendedores de libros independientes– que la acusan de prácticas anticompetitivas, de acuerdo con reportes de The New York Times y del Washington Post, éste de propiedad de Bezos.